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A menos de un mes de las presidenciales, Harris y Trump concentran su campaña en estados claves que están indecisos
Nevada, Arizona, Wiscosin, Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia tienen la última palabra a la hora de elegir, entre Kamala Harris y Donald Trump, sobre quién llegará a la Casa Blanca en el próximo periodo presidencial. Estos estados, denominados “swing states” concentran la atención de los candidatos en las últimas cuatro semanas de campaña por su poder de inclinar la balanza el 5 de noviembre.
Aunque hay casi 240 millones de personas habilitadas para votar en las elecciones presidenciales no ganará quien logre la mayoría de estos votos, en el modelo electoral de EE.UU. lo hará quien consiga los 270 votos del Colegio Electoral.
Esta cifra se obtiene al sumar los votos de cada estado. “Dependiendo de la población de cada estado hay un número determinado de votos que tiene ese estado en el Colegio Electoral. Por ejemplo, el que gane en California se lleva los 54 votos en el Colegio electoral, no importa que haya ganado por poco o por mayoría amplia”, dijo Sebastián Bitar, profesor de la Escuela Gobierno de la Universidad de los Andes.
Teniendo esto en cuenta, se diría que los estados más importantes son los más poblados, los que aportan más votos al 270, pero en realidad, hay estados en los que ya se sabe quién va a ganar, por ejemplo en California es muy seguro que gane Kamala Harris, y así como este hay varios estados tradicionalmente republicanos que la probabilidad de que gane Donald Trump es casi absoluta.
Entonces estos estados ya no son tan importantes en este momento para la campaña. “Hay estados que todavía no han decidido, están muy empatados en encuestas y algunas veces votan republicanos y otras demócratas, esos son los swing”, dijo Bitar.
“Esta característica de bisagra se da por cuenta del parejo apoyo, debido a cambios demográficos e inclusive de normas electorales estatales que modifican el impacto del nivel de participación electoral, con que cuentan los candidatos en estos estados por lo que un giro en cada uno de estos estados puede favorecer la cuenta de delegados del colegio electoral en favor de Harris o Trump”, explicó Manuel González, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.
Sí, estos estados no son fijos, pueden cambiar para cada elección presidencial, y se va conociendo cuales serán los de la contienda con las encuestas. Para esta elección, Bitar explica que las encuestas empezaron a mostrar muy rápidamente que algunos estados como California, Nueva York y Massachusetts no están cambiando su intención de voto, mientras que en otros sí se estaba moviendo y los candidatos han estado más empatados.
“Hay algunos (swing states) que en las últimas elecciones se han repetido y otros que dejan de estar ahí. Por ejemplo, Pensilvania ha sido un estado muy reñido en las elecciones pasadas y en esta, ganar allí da una ventaja muy grande dado que es uno de los estados de los que más votos tiene en el Colegio Electoral. Un ejemplo es que Florida era un swing state muy claro en elecciones pasadas, y ahora parece que está más del lado republicano, mientras que Ohio antes era un swing muy importante pero ya no tanto”, concluyó el docente.
Sebastián Bitar explica que eventualmente un estado puede pasar a ser swing, “pero tendría que haber cambios demográficos muy grandes, sobre todo en los del sur que han sido tradicionalmente republicanos y es muy difícil que pasen a ser estados en disputa, pero a veces pasa que hay un candidato nativo pero del otro partido, por ejemplo Bill Clinton, y hace mover el estado a un tablero más competitivo e incluso ganar. También puede que Texas deje de ser tan republicano y eventualmente volverse swing, Georgia era más fijo y se volvió abiertamente competido”.
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