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La jornada reunirá a comunidades del norte y sur del Perú, quienes llegarán a la capital para alzar su voz en contra de Dina Boluarte
Se anunció que, este 19 de abril, se llevará a cabo la ‘Tercera Toma de Lima’ y la población se pregunta ¿qué pasará?, ¿esta manifestación se igualará a la primera o segunda Toma de Lima?, ¿cómo se va a prevenir en las regiones del norte y sur? La incertidumbre ante las próximas concentraciones preocupan a los peruanos a pocos días de celebrar las Fiestas Patrias, por lo que se espera que el vandalismo no prime, como sucedió en los meses de diciembre del 2022 y marzo del 2023.
¿Quiénes llegarán a la capital para la Toma de Lima?
La agencia Bloomberg indicó que un gran porcentaje de los manifestantes que estarán presentes para la Toma de Lima provienen de pueblos indígenas que han confirmado su participación a través de redes sociales.
Además, señalaron que estos ciudadanos estarían llegando desde Piura, Cusco, Arequipa y Apurímac, y que su desplazamiento hacia la capital inició el 13 de julio. También, se esperan a ronderos desde Cajamarca, La Libertad y Amazonas.
Docentes quechuas y aymaras, mercados y diversos colectivos como la Federación de Pueblos Jóvenes de Construcción Civil, Macro Centro, Macro Sur y Macro Norte, participarían en esta manifestación.
Por otro lado, a partir del lunes 17 de julio, pobladores de Juli, Yunguyo, y los distritos de Acora Zepita y Huacallani (Puno), se hicieron presente a través de otros medios de comunicación y confirmaron su presencia en la ‘Tercera Toma de Lima’.
¿Qué está sucediendo en el norte y sur del Perú?
Sin embargo, estas marchas no solo se llevarán a cabo en Lima, sino también en diferentes departamentos de Perú. El presidente de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas del Perú (Cunarc) mencionó que las centrales y las federaciones regionales y distritales se manifestarán en sus localidades respectivas.
“Se ejecutarán movilizaciones contundentes, pero de forma pacífica. Nuestra voz tiene que ser escuchada”, resaltó el líder de los ronderos.
En el caso de Ayacucho, el presidente del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (Fredepa) anunció que el 19 de julio se llevará a cabo un paro de 24 horas en la región para apoyar a la ‘Tercera Toma de Lima’ y, a su vez, cada región enviará una comitiva a Lima para participar en contra del mandato de Dina Boluarte.
En el departamento de Puno, Ciro Castillo, representante del Comando Nacional Unitario de Lucha de los Pueblos del Perú, reveló que una de sus estrategias es realizar plantones frente a las comisarías del interior del país “para evitar que los policías puedan trasladarse a las marchas carreteras”.
¿Cómo actuará la Policía Nacional de Perú ante el despliegue?
El Ministerio del Interior realizó varias conferencias para mantener la calma entre la población, que teme el vandalismo que se padeció meses atrás. Vicente Romero anunció que hay medidas de prevención ante la llegada de manifestantes a Lima y advirtió que la Policía Nacional del Perú emitirá una respuesta severa a quienes den inicio con los actos de violencia.
En una entrevista con Latina, el ministro del Interior dijo que “los más de 136.000 efectivos policiales que tenemos van a proteger a todos los peruanos, a los que quieren movilizarse y a aquellos que quieren trabajar. La Policía protegerá a todos. Tenemos 24.000 efectivos capacitados en todo Perú, y 11.000 policías destinados para Lima. Todos capacitados para controlar el orden público, no caer en provocaciones y garantizar el respeto a los derechos humanos de todos los ciudadanos”.
¿Qué pérdidas hubo en la primera y segunda Toma de Lima?
La primera Toma de Lima inició a partir del autogolpe de Pedro Castillo, el 7 de diciembre del 2022. El exmandatario fue detenido y destituido de su cargo por el Congreso de la República tras su anuncio en televisión; por ello, Dina Boluarte asumió el cargo y días más tarde, llegaron pobladores de diferentes zonas del país a expresar su molestia con el cambio de gobierno.
Se bloquearon carreteras, edificios y centros de comercio fueron atacados, intentaron tomar varios aeropuertos. La violencia desbordaba en la zona sur, en Puno, departamento en el que murieron 19 personas en enero.
Lo que al principio fue una iniciativa de ciudades indígenas y agrupaciones vecinales, se le sumaron los estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Según la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, hubo un total de 61 fallecidos y 49 de ellos eran civiles. Durante los enfrentamientos, las fuerzas del orden le habrían quitado la vida a 47 de ellos con el uso de bombas lacrimógenas.
Para inicios de febrero del 2023, las pérdidas económicas del país superaron US$ 500 millones en la mayoría de actividades económicas del país, debido a los bloqueos y los paros impuestos por los manifestantes, según el ministro de economía, Alex Contreras.
La segunda Toma de Lima se anunció el 1 de marzo en la capital, liderada por organizaciones sociales que vinieron desde Puno. Se recuerda que Alberto Otárola descartó alguna posibilidad de que se produzca esta edición: “No va a haber ninguna Toma de Lima, eso lo aseguro como Poder Ejecutivo. En segundo lugar, la Policía siempre va a actuar respetando la vida y derechos de todos los peruanos”.
Tanquetas y miembros de la Policía resguardaron la Plaza Dos de Mayo, la avenida Abancay, en el Cercado de Lima. A través de los medios de comunicación, se vio que las autoridades lanzaron bombas lacrimógenas contra un grupo de manifestantes pacíficos, quienes no dudaron en reclamar por esta agresión.
Finalmente, esta segunda Toma de Lima no tuvo el mismo alcance que la primera. La latencia se debilitó rápidamente y los pobladores regresaron a sus respectivas comunidades.
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