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El presidente dijo que exprimió los compromisos ambientales de Elon Musk, incluido el uso de agua reciclada en todo el proceso de fabricación
Tesla construirá una nueva planta en Monterrey, México, anunció el presidente de la nación, poniendo fin a semanas de especulaciones sobre dónde elegiría operar el fabricante de automóviles eléctricos en el país.
La decisión, que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que la compañía detallará el miércoles, ayudaría a México a aprovechar los millones de vehículos con motor de combustión que el país ya suministra a Estados Unidos cada año. Hasta ahora, los fabricantes estadounidenses y europeos han destinado la mayoría de sus fábricas de vehículos eléctricos para el mercado estadounidense en los estados estadounidenses, aunque BMW y General Motors han anunciado nuevas inversiones en México en los últimos meses que aumentarán las exportaciones de vehículos eléctricos a los Estados Unidos.
La llegada de Tesla a México también es una pluma en la gorra para López Obrador, aunque no cumplió su deseo de que la fábrica se ubicara en un estado económicamente desfavorecido en el sur del país. El presidente dijo que exprimió los compromisos ambientales del presidente ejecutivo de Tesla, Elon Musk, en una llamada telefónica el lunes, incluido el uso de agua reciclada en todo el proceso de fabricación, una promesa que López Obrador buscó para una región donde el agua se ha vuelto escasa.
“Quiero agradecer al Sr. Elon Musk por ser muy respetuoso, atento y comprensivo de la importancia de abordar el problema de la escasez de agua”.
Tesla celebra un día de inversionistas el miércoles y es probable que la compañía detalle el anuncio en ese momento, dijo López Obrador. También se anunciarán compromisos adicionales la próxima semana, dijo. El gobernador de Nuevo León, Samuel García, aplaudió la decisión en un tuit.
López Obrador había dicho la semana pasada que Tesla no recibiría permisos si no había suficiente agua en el área del sitio de la fábrica. En junio pasado, las autoridades se vieron obligadas a cortar el acceso al agua en Nuevo León, donde se encuentra Monterrey, por un máximo de siete horas, ya que las represas corrían el riesgo de vaciarse por completo. El gobierno mexicano incluso pidió a las industrias y agricultores de Monterrey que ofrecieran parte de su agua a la población en medio de semanas de escasez aguda, mientras que Amlo pidió a las empresas de la zona que redujeran el consumo de agua.
Tesla se había topado con preocupaciones sobre la escasez de agua mientras planeaba una fábrica en Berlín, una de las dos fábricas de automóviles que la compañía abrió el año pasado. Si bien Musk se rió de una pregunta sobre el tema en agosto de 2021, contribuyó a los retrasos que impidieron que la planta comenzara a producir hasta siete meses después.
López Obrador no especificó qué construiría Tesla en la planta, aunque sus comentarios sobre el agua en el ciclo de fabricación implicaban que el ensamblaje y la pintura de los vehículos se llevarían a cabo allí. Una nueva planta en México se sumaría a las cuatro fábricas existentes, en California, Texas, China y Alemania, que según Tesla tienen la capacidad de fabricar más de 1,9 millones de vehículos al año.
Además, la empresa ha comenzado la producción piloto de su semirremolque en Nevada en la fábrica de baterías que está ampliando como parte de una inversión de US$3.600 millones anunciada el mes pasado. Los líderes indonesios, incluido el presidente Joko Widodo, también dijeron que están en conversaciones con Tesla para que el fabricante de automóviles construya una fábrica en la nación del sudeste asiático que alberga metales clave para baterías.
La fábrica sería la primera de Tesla al sur de la frontera con Estados Unidos. López Obrador dijo que México no podría proporcionar subsidios para baterías o semiconductores comparables a los incentivos que se ofrecen en EE.UU. La incertidumbre sobre la ubicación en México desencadenó una batalla de marketing entre diferentes estados, cuyos líderes buscaron promover su atractivo para las empresas.
La industria de los automóviles eléctricos ha crecido en México principalmente a medida que continúa la demanda extranjera de los vehículos, con BMW anunciando una nueva inversión de US$847 millones en el estado de San Luis Potosí. Otras automotrices, como GM, también han anunciado que ampliarán su producción de autos eléctricos en el país.
Stellantis NV, propietaria de las marcas Jeep y Ram, también está considerando una planta en México para la producción de vehículos eléctricos, informó Bloomberg. Ford Motor ha estado construyendo el Mustang Mach-E en su planta de Cuautitlán, México, durante más de un año.
Las empresas han estado ubicando sus negocios en México como un medio para superar los obstáculos de suministro que surgieron en la pandemia mientras mantienen el acceso al mercado norteamericano. La ocupación del parque industrial de México alcanzó un récord el año pasado, y los bancos esperan que esta tendencia impulse la economía en 2023.
Sin embargo, la reforma del sector energético de López Obrador para dar prioridad a las empresas estatales de servicios públicos sobre los proveedores privados de electricidad ha hecho que algunas empresas sean aprensivas y limite la inversión. López Obrador también ha alterado las plumas en el mundo de los negocios al intervenir en las grandes decisiones comerciales, incluida la venta de la unidad local de Citigroup Inc.
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