The Economist ahora pone calificaciones

The Economist es una marca que al ser mencionada crea confianza entre los lectores de la afamada revista. Ahora este mismo sentimiento irá ligado a un negocio donde la confianza es escasa: el de las agencia calificadoras.

El Intelligence Unit de la compañía, el cual se ha dedicado a hacer análisis de países y deudas soberanas, fue aprobado como una agencia calificadora de créditos por la Autoridad Europea de Mercados y Acciones (Esma, por sus siglas en inglés) para que empiece a operar junio 3.

La acreditación le permitirá a la agencia que sus calificaciones sean usadas en medidas regulatorias en la Unión Europea.

Pero el mercado de las calificadoras no es el más fácil. Desde la crisis de 2009, las agencias que se dedican a medir el riesgo han tenido un bajón en su credibilidad, pues cuando cayo el mercado financiero estadounidense la mayoría de estas sostenían altas notas para las entidades que fueron protagonistas en el colapso.

Esto deja una ardua tarea para The Economist Intelligence Unit (EIU), ya que deberá, con el tiempo, ganarse la confianza de los inversionistas que actualmente son escépticos de la credibilidad de este tipo de instituciones.

Juan David Ballen, analista de renta variable de Alianza Valores, aseguró que además de que es un mercado difícil, The Economist está ahora batallando contra las firmas tradicionales como Fitch, Moody’s y Standard&Poor’s. “La nueva agencia tendría que ganarse un nuevo espacio así tenga el nombre de The Economist atrás”.

Sin embargo, Ballen resaltó que el nombre sí le da algo de ventaja por encima de otras agencias que no son tan reconocidas.

Pero aunque el nombre y la historia que acompaña a The Economist se vea como una fortaleza, también crea preocupaciones por el conflicto de intereses que se podría generar. Andrés Duarte, director de estudios económicos de Asesores en Valores, aseguró que el hecho de que una publicación y una agencia calificadora estén bajo el mismo techo no es una unión natural. “Veo complicado el tema de la independencia del grupo si van a ingresar en ese negocio porque el calificador vive de que le paguen por calificar”. Además resaltó que el problema sería si las calificaciones empiezan a influir sobre la línea editorial de la revista.

Sin embargo, esta unión es más común de lo que parece puesto que McGrawHill, conocido por sus publicaciones de ámbito educativo, es la casa matriz de Standard&Poor’s, mientras que Newscorp es dueña de tanto del Wall Street Journal como del índice de Dow Jones.

A estos además se le podría sumar una fuerte competencia: IBM Algorithmics, la sección de la compañía que procesa sus propias calificaciones y que pertenecía anteriormente a Fitch Ratings. IBM ya provee previsiones para 25 de los 30 bancos más importantes usando el software capaz de analizar 2,5 trillones de bytes de información diariamente.

Un cambio en la dirección
Aunque The Economist Group esté mirando a nuevos negocios, su presidente ejecutivo, Andrew Rashbass, decidió dejar las compañía después de 15 años y ahora estará a la cabecera de unidad de noticias de Thompson Reuters. Rashbass comenzará su nuevo puesto durante el verano y lo ejercerá desde Londres. El nuevo jefe entra a Thompson Reuters en un momento en el cual la firma de servicios de noticias busca recortar costos tras reportar una perdida de US$59 millones en marzo comparada con una perdida de US$92 millones para el mismo mes del año pasado.

Las opiniones

Andrés Duarte
Dir. de estudios Económicos de Asesores en Valores
“Alinear un medio de análisis con una calificación crediticia es complicado. Aunque tiene mucho prestigio, solo por eso ya veo un conflicto de interés”.

Juan David Ballen
Analista de renta Variable de Alianza Valores
“Las agencias tradicionales fueron las más castigadas así que las nuevas deberán ganarse la credibilidad y eso toma tiempo”.