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Chris Bannister llegó en enero del año pasado a tierras colombianas, donde el lanzamiento de la marca no dejó a nadie indiferente
5 de noviembre de 2020, Parqueadero Salitre Mágico en Bogotá. La escena fue la siguiente: 1.000 personas al interior de sus autos, bandas musicales en vivo, tres globos gigantes con forma de bebé con las marcas Claro, Movistar y Tigo paseándose por el cielo.
Entra Chris Bannister en una toma idéntica a la de Anthony Hopkins como el doctor Hannibal Lecter, ataviado con una camisa de fuerza en una camilla, y una máscara que solo deja ver sus ojos. De fondo, música estridente, fuegos artificiales. El inglés, CEO de la firma de telecomunicaciones, se desata la camisa y grita: ¡Guaaa!
Justo cuando Bannister terminaba su presentación de casi una hora y daba el vamos oficial a WOM en Colombia, su competidor, Claro, envió 300 drones con luces rojas, el color que caracteriza su marca. En el cielo, durante 20 segundos, se leyó: Bienvenidos WOM.
Y aunque esa última parte no estaba coordinada, es precisamente la manera como el “Tío Wom” -como se le llama al británico en Chile- quería arribar a tierras colombianas. No dejando a nadie indiferente. La escena fue seguida por más de 10 mil personas de todo el país, e incluso sus hijos en Amsterdam y Londres se conectaron al streaming. Era el primer evento en vivo para varios desde el verano de 2020, pre Covid.
“Para abrir la marca, debíamos golpear. Y eso tenía que ver con nuestros valores: ser valiente, apasionado, comprometido y honesto. Como estábamos en medio de una pandemia, no había eventos públicos por casi 10 meses en todo Colombia, entonces no podíamos lanzar WOM como una marca tranquila. Acá las marcas que hay son conservadoras, no hacen ruido. Nosotros no somos así”, cuenta al otro lado de la cámara en conversación con DF MAS.
De ahí en más, y recordando lo que ocurrió en Chile en 2015 cuando la empresa controlada por el fondo islandés Novator arribó a Chile, la competencia ha respondido duramente. Les han dicho que solo son una bomba de humo y un discurso de marketing más. Claro proyectó frente a sus oficinas su logo. “Nosotros ya hicimos eso en Chile en 2015. ¡Move on!”, asegura el ejecutivo que, aunque se maneja con el idioma español, prefiere dar entrevistas en inglés. Habla rápido, se para frente a la cámara, gesticula y se ríe estridentemente. Viste una polera blanca que deja ver sus fornidos brazos. Los 61 años no se le notan.
Con Claro es precisamente con quien ha tenido los principales intercambios. En particular, sobre su dueño, el multimillonario Carlos Slim, dice: “Él no ha hecho lo suficiente, y es una de las razones por las que estamos aquí. 20 millones de colombianos no tienen acceso a 4G. Otras miles de personas no tienen acceso a ningún tipo de internet. Y esa es la contribución que queremos hacer. La buena noticia es que el gobierno hizo una subasta en diciembre de 2019 y parte del criterio para adjudicar esa subasta fue conectar a los no conectados. Y forzó el acceso de un cuarto operador relevante, porque sabían que los precios eran demasiados altos”.
La meta de Bannister es ambiciosa. Quiere un cuarto del mercado antes del año 2024. Y tiene dinero para lograrlo. Con una mezcla de emisión de deuda del fondo de inversión controlador y de deuda, destinarán US$ 1.000 millones, de los cuales en los primeros 12 meses ya han gastado más de US$ 250 millones entre instalar 1.500 antenas propias por todo Colombia y conectar más de 500 localidades sin acceso a red celular, y contratar a dos mil personas. Los “womers” como se hacen llamar.
Y su discurso tiene sustento. El precio promedio más barato por Gigabytes es Chile, y en la posición número 15 está Colombia, convirtiéndose en uno de los más caros de la región. Además, en 2015, cuando llegó a Chile, el promedio de uso era de 1 gigabytes por mes. En el país de Bogotá usaban 1.2 GB. En 2020, el promedio chileno es de 10 GB por mes. El colombiano es de 2 GB. No hubo cambios en 5 años. “Y eso ocurrió en parte gracias a nuestro paso por Chile”, cuenta.
Hace tres semanas, anunciaron que fusionarán la colombiana Avantel con WOM en ese país. La firma local de allí, que estaba en capítulo 11 en Estados Unidos, tiene un buen porcentaje de espectro, pero la tecnología es antigua, por lo que tienen que comprar cerca de 8 mil antenas para desplegarse por aquellas tierras.
Con esto ya WOM no es un nuevo actor en la nación que preside Iván Duque, dijo el gerente de Tigo, una de las principales competidoras. Bannister solo ríe.
Parada número 11
Colombia, para Bannister, nacido en una comunidad obrera a 27 kilómetros de Manchester en Londres, es su operación número 11. Antes pasó por Singapur, Malasia, Vietnam, Suecia, Austria, Polonia. “Nosotros tenemos una buena experiencia haciendo esto”, dice.
Cuando llegó desde Chile, lo hizo acompañado con otros tres ejecutivos que conoció aquí. Su director de tecnología, de redes y de recursos humanos. Y empezaron a contratar gente, vía teleconferencia, en una oficina temporal para 12 personas.
“Por dos semanas fuimos cuatro trabajando en esto. Ahora ya somos 2 mil womers. Y estamos abriendo oficinas en Bogotá, Cali, Medellín. Todo por Zoom, algo que jamás pensé hacer, porque me encantaba la contratación en persona. A mi team de gerentes los conocí recién hace 3 meses”, relata.
En la medida de lo posible, ha tratado de recorrer el país empapándose de la cultura. A principios de junio fue a Cali, luego de pedir un permiso a las autoridades policiales para pasar las barreras. Cuando llegó, los 25 trabajadores de esa oficina le hicieron un haka característico del equipo de rugby neozelandés, a Chris en plena calle. “En Cali hay gente que lo está pasando mal y ellos hacen esto en medio de la calle, todo el mundo se preguntaba qué estaba pasando. Ese es el espíritu de esta empresa”, recalca.
De las primeras actividades que hizo el año pasado fue pasar cuatro días en una comunidad indígena llamada Juan y Medio, cerca de Riohacha, en la Guajira, en plena selva colombiana. “Ellos son muy espirituales, y ahí me pregunté quiénes estaban viviendo correctamente, si ellos, que tienen casas comunitarias, que despiertan todos los días agradeciendo al sol y a las aves. Mientras que yo vivo en Bogotá, peleando con el tráfico todos los días. Con eso te das cuenta que la humanidad tiene que proteger la naturaleza”, dice.
La cercanía por lo “verde” que Bannister ha cultivado durante su vida, se fortaleció durante una travesía en Chile.
Durante dos meses subió, cargado con su bicicleta, todos los días a Farellones. En septiembre de 2019 en el Morro de Arica partió un viaje de 59 días que concluyó el 19 de noviembre en Punta Arenas y tras recorrer casi ininterrumpidamente 5.005 kilómetros.
De hecho, recuerda que su arribo a Santiago fue el 18 de octubre, y al día siguiente partiría desde Plaza Italia con otros dos mil ciclistas rumbo al sur. Tras el estallido social, cambió de ruta. “En Valdivia y en Temuco había protestas en el camino, pero me reconocían como el Tío Wom y me despejaban el camino”, cuenta.
Cuando terminó su viaje en la Patagonia, se dio cuenta que el mejor lugar que visitó fue el Desierto de Atacama. Los volcanes, la hostilidad del desierto, y la belleza de las montañas lo cautivaron hasta hoy.
Solo a raíz del covid-19 y de las manifestaciones que se iniciaron en abril, Bannister no ha podido practicar bicicleta en Colombia, un país archiconocido por este deporte. Es su tarea pendiente, dice.
¿Se retira? “No, gracias”
Sobre las diferencias entre clientes chilenos y colombianos, dice que los últimos son muy buenos bailadores. “Yo le estoy poniendo ganas para aprender”, reconoce. “Me entretengo mucho bailando, pero no soy muy bueno”.
Hablando más en serio, dice que Chile está muy concentrado en Santiago. “En Colombia, hay cinco grandes ciudades, cada una con su propia personalidad y cualidades. En Cali viven 2,3 millones de personas y la región de Cali incluye a 8 millones de habitantes. Ellos bailan muy bien salsa y nosotros estamos auspiciando un concurso sobre esa habilidad. En Medellín, con 3 millones de ciudadanos, tienen otras cualidades. Antioquía, Barranquilla, Bucaramanga lo mismo, cada uno con su propia personalidad”. Eso, en Chile no es tan notorio.
Casado y divorciado tres veces, Bannister cuenta que pololea con una chilena, la que se instaló hace unas semanas en Colombia. Antes de eso, pasó solo y encerrado buena parte del tiempo. “Tengo un departamento de tres dormitorios, uno de ellos es para mi gimnasio personal. En la pandemia aprendí a disfrutar la soledad y a meditar”, explica. También repasó libros de crecimiento personal, dejó de comer carne y leyó novelas policiacas escandinavas.
¿Abrir WOM en otros países o comprar una operación andando? “En los próximos dos o tres años estaré muy enfocado en echar a andar la máquina colombiana. Esto es intenso, en Chile fue intenso. Hay que meter la marca, hacer que el dinero en efectivo fluya, que el cliente esté satisfecho. Cuando esté aburrido y ya baje la carga, entonces puedo repetir el viaje de 5 mil kilómetros que recorrí de bici en Chile”, dice entremedio de carcajadas.
Cuando le pregunto qué piensa hacer cuando se retire, él responde que aquello no está en sus planes. Lo cierto, es que estaría feliz de vivir en cualquiera de sus tres casas en el mundo: una en Suecia, otra en Barcelona, España y la última, un departamento con vista a la cordillera que compró en Las Condes, en Santiago.
Estallidos y Constitución
Sobre el estallido social que Colombia enfrenta, cauteloso, dice que el diálogo es la forma de salir de este problema. “Y espero que con los empleos bien pagados y las redes de conexión a los que no tenían internet, y que nosotros estamos instalando, ayuden a Colombia”, añade. “Tienen que venir los inversionistas, el talento disponible aquí es increíble. Nosotros lo hicimos en medio de una pandemia y de protestas sociales, eso demuestra que sí se puede. Le digo a los otros inversionistas extranjeros que Colombia sí es un buen lugar para invertir”, enfatiza.
Sobre la situación chilena, el británico reflexiona: “Es increíblemente moderno y bueno que ahora puedan hacer una nueva Constitución después del estallido. Escucha este ejemplo: Es un país pequeño, lejos del mundo, pocas familias controlan la riqueza, sus recursos son la pesca, minería y forestal. ¿Sabes qué país es? Suecia. ¿Por qué Suecia tiene Ikea, Volvo, Spotify, Minecraft, H&M? ¿Y Chile? Alexis Sánchez. ¿Por qué? La respuesta es que Suecia invierte gran parte de su presupuesto en formar talento. No hay malas escuelas, las mujeres toman decisiones. Creo que Chile tiene una oportunidad, espero que la tomen y construyan una sociedad moderna para la próxima generación”.
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