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Presentada por siete grupos de activistas, incluidos Greenpeace y Friends Of The Earth Netherlands, la demanda obliga a cambios de estrategia
Un tribunal holandés fallará el miércoles en un caso histórico en el que los activistas climáticos buscan obligar a Royal Dutch Shell a acelerar sus recortes a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Presentada por siete grupos de activistas, incluidos Greenpeace y Friends of the Earth Netherlands, la demanda marca la primera vez en la que grupos ambientalistas han recurrido a los tribunales para tratar de obligar a una importante empresa energética a cambiar de estrategia.
Se presentó en abril de 2019 en nombre de más de 17.000 ciudadanos holandeses que dicen que Shell está amenazando los derechos humanos mientras continúa invirtiendo miles de millones en la producción de combustibles fósiles.
El caso se llevó a cabo en un tribunal de La Haya, donde se encuentra la sede de Shell.
Los grupos han dicho que se sienten alentados por el caso llamado "Urgenda", en el que el Tribunal Superior holandés en 2019 ordenó al gobierno intensificar su lucha contra el cambio climático, ya que dijo que la falta de acción estaba poniendo en peligro a los ciudadanos holandeses.
Exigen que Shell reduzca sus emisiones de carbono en un 45% para 2030, una reducción mucho más pronunciada que el objetivo actual de la compañía de reducir la intensidad de carbono de los productos que vende en un 20% durante la próxima década.
Una reducción rápida obligaría efectivamente a la firma anglo-holandesa a alejarse rápidamente del petróleo y el gas.
Shell, que planea lograr emisiones netas de carbono cero para 2050 o antes, ha dicho que la acción judicial no acelerará la transición del mundo lejos de los combustibles fósiles.
El principal comerciante de petróleo y gas del mundo ha dicho que sus emisiones de carbono alcanzaron su punto máximo en 2018, pero los objetivos de reducción basados en la intensidad le permiten, en teoría, expandir su producción de petróleo y gas.
Los demandantes afirman que la estrategia climática de Shell no está en línea con el acuerdo climático de París de 2015 respaldado por la ONU para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
Shell dice que su meta cero neto para 2050 está alineada con el acuerdo de París y que se moverá "al paso" con el progreso de la sociedad en la transición energética.
Dijo en un comunicado que está de acuerdo en "que se necesitan acciones ahora sobre el cambio climático. Lo que acelerará la transición energética es una política eficaz, inversión en tecnología y cambios en el comportamiento del cliente. Nada de lo cual se logrará con esta acción judicial".
En febrero, Shell actualizó su plan para abordar el cambio climático, diciendo que planeaba frenar sus emisiones a través del rápido crecimiento de sus negocios con bajas emisiones de carbono, incluidos los biocombustibles y el hidrógeno.
Aunque la compañía dijo que su producción de petróleo alcanzó su punto máximo en 2019, su gasto seguirá inclinado hacia el petróleo y el gas en el futuro cercano.
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