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Los compradores de GNL ya han hablado de comprar más combustible a EE.UU., en parte para disuadir la amenaza de aranceles
El presidente electo Donald Trump advirtió a la Unión Europea que sus exportaciones se verán afectadas por aranceles estadounidenses si sus estados miembros no compran más petróleo y gas estadounidenses.
“Le dije a la Unión Europea que deben compensar su tremendo déficit con los Estados Unidos mediante la compra a gran escala de nuestro petróleo y gas. De lo contrario, ¡¡¡será cuestión de aranceles!!!”, dijo en Truth Social.
Estados Unidos es el mayor productor de petróleo crudo del mundo y el mayor exportador de gas natural licuado. Los compradores de GNL, incluidos la UE y Vietnam, ya han hablado de comprar más combustible a Estados Unidos, en parte para disuadir la amenaza de aranceles.
El euro subió 0,3% el viernes a US$1,03, en una señal de que los inversionistas creen que el bloque podrá cumplir sus demandas y evitar medidas punitivas.
El déficit comercial de bienes y servicios de Estados Unidos con la UE fue de US$131.300 millones en 2022, según la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, y la UE se ha estado preparando para una ofensiva comercial desde la victoria electoral de Trump el mes pasado.
En 2017, el bloque se vio en gran medida sorprendido cuando Trump, citando preocupaciones de seguridad nacional en su mandato anterior como presidente, impuso aranceles al acero y el aluminio europeos. Desde entonces, la UE ha reinventado su doctrina comercial y ampliado su caja de herramientas, dándole una gama de opciones para contrarrestar las prácticas coercitivas.
“Estamos bien preparados para la posibilidad de que las cosas cambien con una nueva administración estadounidense”, dijo la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, tras una reunión del Grupo de los Siete en Italia a finales de noviembre. “Si la nueva administración estadounidense sigue una política de ‘América primero’ en los sectores del clima o el comercio, entonces nuestra respuesta será ‘Europa unida’”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lanzó el mes pasado la idea de que las importaciones de Estados Unidos podrían reemplazar el consumo de GNL ruso del bloque.
“El GNL es uno de los temas que abordamos”, dijo von der Leyen después de una conversación telefónica con Trump. “Todavía recibimos mucho GNL a través de Rusia, desde Rusia. ¿Por qué no reemplazarlo con GNL estadounidense, que es más barato y reduce nuestros precios de la energía?”.
Estados Unidos ya es el mayor proveedor de GNL de Europa, pero las importaciones de Rusia siguen en segundo lugar. Los funcionarios de la UE están buscando formas de limitar el papel de Moscú mientras continúa la guerra en Ucrania, incluso cuando el gasoducto ruso y el GNL están en gran medida fuera del alcance de las sanciones.
El bloque explorará posibles medidas cuando discuta un nuevo paquete de sanciones el mes próximo, pero las restricciones estrictas siguen siendo difíciles, según una persona familiarizada con el asunto, que habló bajo condición de anonimato.
En el corto plazo, Estados Unidos no tiene mucha más capacidad para aumentar los envíos. Y como el GNL se vende mediante contratos a largo plazo, para aumentar los envíos a Europa los compradores originales del gas tendrían que aceptar desviar sus envíos a Europa, pero eso no aumentaría la cantidad exportada por Estados Unidos. En el largo plazo, habrá más capacidad disponible, con docenas de proyectos en marcha en Estados Unidos.
Estados Unidos ya ha asumido un papel de importancia crítica como proveedor de petróleo a Europa, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania.
Los envíos se mantienen estables en torno a los 2 millones de barriles diarios, lo que supera los flujos procedentes de países como Arabia Saudita, África occidental y otros. Los barriles estadounidenses también han adquirido una importancia cada vez mayor para determinar el precio del crudo Brent, el precio clave a nivel mundial para determinar las transacciones en el mercado físico.
Esos flujos han sido en gran medida una función del libre mercado y es difícil saber qué diferencia podría suponer cualquier tipo de intervención a nivel gubernamental. Asia también compite por los barriles. Las refinerías están optimizadas para producir los combustibles adecuados a partir de los crudos adecuados.
Pero la UE se ha preparado para la posibilidad de acabar en una guerra comercial con Washington. El nuevo instrumento anticoerción de la UE refuerza las defensas comerciales y permite a la Comisión, el brazo ejecutivo del bloque, imponer aranceles u otras medidas punitivas en respuesta a esas restricciones con motivaciones políticas.
La UE también adoptó una llamada regulación de subsidios extranjeros, que permite a la comisión impedir que las empresas extranjeras que reciben subsidios estatales injustos participen en licitaciones públicas o acuerdos de fusiones y adquisiciones en el bloque, entre otras medidas.
Trump tiene múltiples quejas contra la UE y ha criticado a Europa por no gastar lo suficiente en defensa y por el déficit comercial entre Estados Unidos y la UE. En una ocasión se refirió a Bruselas, la sede de las instituciones de la UE, como un infierno, y más recientemente dijo que una vez le dijo a un miembro de la Otan que dejaría que Rusia hiciera “lo que quisiera” con ella si no alcanzaba los objetivos de gasto en defensa.
Trump ha amenazado con imponer aranceles a países desde China hasta Canadá, y está particularmente centrado en las naciones que tienen déficits comerciales con Estados Unidos. Europa ya es el principal destino del GNL estadounidense, con más de la mitad de las entregas dirigidas al continente el año pasado.
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