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El presidente electo también insinuó que el canal corría el riesgo de caer en manos equivocadas, diciendo que no le corresponde a China gestionarlo
El presidente electo Donald Trump dijo que el Canal de Panamá está cobrando “precios y tarifas de paso exorbitantes” a los buques navales y mercantes estadounidenses, y exigió que se reduzcan las tarifas o de lo contrario Panamá debería devolver el canal a Estados Unidos.
“Las tarifas que cobra Panamá son ridículas, sobre todo teniendo en cuenta la extraordinaria generosidad que Estados Unidos ha demostrado hacia Panamá”, dijo Trump en una publicación en su plataforma Truth Social. “Esta completa ‘estafa’ a nuestro país cesará de inmediato”.
Estados Unidos es el mayor cliente del canal, responsable de aproximadamente tres cuartas partes de la carga que transita por él cada año. Sin embargo, una sequía prolongada ha obstaculizado la capacidad del canal para mover barcos entre los océanos Atlántico y Pacífico. La directora del Consejo Económico Nacional, Lael Brainard, dijo la semana pasada que las interrupciones resultantes contribuyeron a las presiones en la cadena de suministro que han impulsado la inflación.
La Autoridad del Canal de Panamá dijo el viernes que el canal contribuyó con US$2.470 millones al tesoro de Panamá en el año fiscal 2024, la segunda disminución anual consecutiva.
Estados Unidos completó el canal de 82 kilómetros (51 millas) a través del istmo centroamericano en 1914, pero lo devolvió a Panamá en 1999 en virtud de un tratado firmado por el exPresidente Jimmy Carter en 1977, una medida que Trump calificó de tonta.
Trump insinuó que el canal corría el riesgo de caer en manos equivocadas, diciendo que no le corresponde a China gestionarlo. China es su segundo cliente más importante. Una empresa china con sede en Hong Kong controla dos de los cinco puertos adyacentes al canal, uno a cada lado.
“No fue otorgado para beneficio de otros, sino simplemente como muestra de cooperación con nosotros y Panamá”, dijo Trump. “Si no se respetan los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de generosidad, entonces exigiremos que se nos devuelva el Canal de Panamá, en su totalidad y sin cuestionamientos. A los funcionarios de Panamá, ¡les pido que se guíen en consecuencia!”.
La embajada de Panamá en Washington no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Un funcionario del Gobierno de Panamá dijo el sábado por la noche que estaba al tanto de la declaración de Trump y que habría una respuesta formal en los próximos días. Un portavoz del canal se negó a hacer comentarios hasta que el Gobierno respondiera.
Diversos políticos panameños se volcaron a las redes sociales para criticar los dichos de Trump y solicitar a su gobierno que defienda la autonomía del paso interoceánico.
"El gobierno tiene el deber de defender nuestra autonomía como país independiente. La diplomacia exige firmeza ante palabras lamentables", escribió en X la diputada Grace Hernández, del partido opositor Movimiento Otro Camino (MOCA)
Por su parte, el Defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc Jr., enfatizó la "neutralidad" del Canal.
"El Tratado de Neutralidad garantiza que el Canal de Panamá sea una ruta abierta, segura y accesible para el comercio mundial, reafirmando nuestra soberanía y contribuyendo al desarrollo global. Un compromiso histórico con la paz y la igualdad", escribió Leblanc en X.
El Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá establece que la ruta marina permanecerá abierta tanto en tiempos de guerra como de paz indistintamente de la nacionalidad de los buques. Sin embargo, tendrán prioridad las naves estadounidenses y panameñas.
Estados Unidos construyó en gran parte el canal y administró el territorio que rodea el paso durante casi un siglo. Pero ambos países firmaron un par de acuerdos en 1977 que allanaron el camino para que el canal volviera a estar totalmente bajo control panameño a partir del último día de 1999.
La vía navegable, que permite el cruce de hasta 14.000 buques al año, representa 2,5% del comercio marítimo mundial y es fundamental para las importaciones estadounidenses de automóviles y bienes comerciales en buques portacontenedores procedentes de Asia, y para las exportaciones estadounidenses de materias primas, incluido el gas natural licuado (GNL).
No está claro cómo Trump trataría de recuperar el control sobre el canal, y no tendría ningún recurso en virtud del derecho internacional si decidiera hacer una jugada por el paso.
No es la primera vez que Trump se plantea abiertamente una expansión territorial.
En las últimas semanas, ha elucubrado repetidamente sobre la posibilidad de convertir Canadá en un estado estadounidense, aunque no está claro hasta qué punto va en serio con el asunto.
Durante su primer mandato (2017-2021), Trump expresó su interés en comprar Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca. Fue rechazado públicamente por las autoridades danesas antes de que las conversaciones pudieran tener lugar.
Luego de las declaraciones de Trump, José Raúl Mulino, presidente de Panamá, emitió una interlocución oficial rechazando las amenazas de Trump respecto al Canal. "Cada metro cuadrado del canal de Panamá es de Panamá y lo seguirá siendo. La soberanía e independencia del país no es negociable. Este canal es parte de nuestra historia de lucha y es una conquista irreversible", empieza diciendo Mulino.
Se refirió a los Tratados Torrijo-Carter de 1977, en donde acordaron la disolución de la ex zona del Canal, "reconociendo la soberanía panameña y la entrega completa del canal de Panamá, que finalizó el 31 de diciembre de 1999, hace casi 25 años. "Desde entonces no hubo objeciones ni reclamos, al contrario, ha sido motivo de apoyo Internacional. Se amplió por decisión panameña y hoy representa un grana activo que aporta miles de millones de dólares a la economía".
Además, explicó que estos tratados también establecieron la "neutralidad permanente, garantizando su futuro abierto y seguro, tratado que ha tenido la adhesión de mas de 40 estados, y que cualquier posición contraria carece de sustento ante la faz de la tierra".
Y por último, se refiere a las tarifas. "Las tarifas no son un capricho, se establecen de una manera pública y en audiencia abierta, considerando la competencia internacional, los costos operativos y las necesidades de mantenimiento de la vía interoceánica".
"El Canal no tiene control directo o indirecto ni de China ni de la comunidad europea o de cualquiera otra potencia. Como panameño, rechazo enérgicamente cualquier decisión que tergiverse esa posición", y reafirma que no está en negociación la soberanía del Canal.
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