Tsmc considera operar fábricas de Intel en EE.UU. tras pedido del equipo de Trump

Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. está considerando tomar una participación controladora en las fábricas de Intel Corp. a pedido de los funcionarios de la administración Trump, dijo una persona familiarizada con el asunto, mientras el presidente busca impulsar la fabricación estadounidense y mantener el liderazgo de Estados Unidos en tecnologías críticas.

Los funcionarios de Trump plantearon la idea de un acuerdo entre las dos empresas en reuniones recientes con el fabricante de chips taiwanés, dijo la fuente, y TSMC se mostró receptiva. No está claro si Intel está abierta a una transacción.

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Las conversaciones se encuentran en una etapa muy temprana y no se ha establecido la estructura exacta de una posible asociación. Pero el resultado previsto sería que el mayor fabricante de chips a pedido del mundo operara plenamente las fábricas de semiconductores de Intel en Estados Unidos, dijo la persona, que pidió no ser identificada porque las conversaciones son privadas. También abordaría las preocupaciones sobre el deterioro de la situación financiera de Intel, que ha obligado a la empresa a recortar puestos de trabajo y frenar sus planes de expansión global.

Según la fuente, el acuerdo podría implicar que los principales diseñadores de chips estadounidenses adquieran participaciones accionarias, junto con el apoyo del gobierno de Estados Unidos. Eso significa que la empresa no sería propiedad exclusiva de una empresa extranjera. TSMC es el fabricante de chips de referencia para Apple Inc., Nvidia Corp. y otras empresas que desarrollan semiconductores que impulsan algoritmos de inteligencia artificial.

Aun así, la posible asociación podría toparse con obstáculos políticos, no muy diferentes de los que han obstaculizado una propuesta de adquisición de United States Steel Corp. por parte del fabricante japonés Nippon Steel Corp.

Un funcionario de la Casa Blanca dijo que es poco probable que el presidente apoye a una entidad extranjera que opere las fábricas de Intel.

TSMC e Intel, con sede en Santa Clara, California, declinaron hacer comentarios.

Las acciones de Intel redujeron sus pérdidas el viernes después de que Bloomberg informara sobre las negociaciones. La acción cayó un 2,2% a 23,60 dólares al cierre en Nueva York después de haber caído hasta un 5,3% anteriormente en la sesión.

Aunque Intel ha perdido mucho terreno frente a sus rivales en los últimos cinco años, sigue fabricando los componentes más utilizados en las industrias de los ordenadores personales y los servidores, y cuenta con la red de producción más grande y avanzada de una empresa con sede en Estados Unidos. Esas fábricas han adquirido una importancia estratégica vital en un momento en que Washington trabaja para revertir décadas de traslado de la fabricación de semiconductores a Asia.

Bajo la dirección del exdirector ejecutivo Pat Gelsinger, Intel se embarcó en un ambicioso y costoso plan para recuperar su liderazgo en la fabricación de chips, y la empresa obtuvo US$7.900 millones en financiación del gobierno de Estados Unidos para apoyar proyectos en cuatro estados. También consiguió US$3.000 millones para producir chips para el ejército estadounidense, que se pagarán en su totalidad a medida que las plantas de Intel alcancen hitos clave. La empresa ha recibido US$2.200 millones hasta enero.

Pero hasta ahora ese esfuerzo no ha logrado atraer suficientes clientes externos como para que las inversiones merezcan la pena, en particular en una nueva planta en Ohio. Los propios productos de Intel también están perdiendo participación de mercado, lo que se suma a la presión general sobre sus finanzas, justo cuando necesita gastar mucho. Gelsinger se vio obligado a dimitir en diciembre después de que la junta directiva perdiera la confianza en sus planes de recuperación.

Aunque Intel ha reiterado su compromiso de invertir en fábricas estadounidenses, incluso cuando se retracta de sus esfuerzos en el extranjero, los funcionarios de Washington llevan meses discutiendo planes de contingencia. Una opción que algunos miembros de la administración Biden prefieren es un posible acuerdo entre Intel y GlobalFoundries Inc., según ha informado Bloomberg .

Eso habría unido a un fabricante de chips de generaciones anteriores con el negocio de vanguardia de Intel, pero GlobalFoundries abandonó la producción de vanguardia hace años y no tiene dinero para una adquisición, por lo que esas conversaciones no avanzaron mucho más allá de un ejercicio de reflexión.

Los funcionarios de Biden también plantearon la posibilidad de que TSMC conceda la licencia de su tecnología de fabricación para su uso en las instalaciones de Intel, según varias personas familiarizadas con las conversaciones. Pero TSMC no estaba interesada en un acuerdo que en última instancia pudiera beneficiar a un competidor, dijeron las personas. Y el equipo de Biden en general se mostró reacio a asumir un papel activo en las conversaciones sobre el acuerdo, según varias personas familiarizadas con la situación.

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Mientras tanto, Trump no tiene reparos en cerrar acuerdos, y TSMC, que acaba de celebrar su reunión de directorio en Estados Unidos por primera vez, está ansiosa por mantener buenas relaciones con el nuevo presidente.

Trump ha acusado repetidamente a Taiwán de “robar” la industria estadounidense de chips y ha amenazado con imponer aranceles a los semiconductores producidos en el extranjero. Ha expresado su preferencia por utilizar ese tipo de gravámenes para impulsar la fabricación de chips en Estados Unidos en lugar de subsidios gubernamentales, el enfoque adoptado por la Ley de Chips y Ciencia de Estados Unidos. Esa legislación, aprobada en 2022, llevó a TSMC a obtener US$6,6 mil millones en subvenciones para apoyar tres plantas en Phoenix.

Pero también fue la primera administración de Trump la que se propuso atraer a TSMC a Estados Unidos, y los altos funcionarios de Trump han afirmado constantemente su compromiso de impulsar la fabricación nacional. Eso es particularmente cierto en el caso de las tecnologías que están en el centro de la competencia entre Estados Unidos y China.

Estados Unidos “garantizará que los sistemas de inteligencia artificial más potentes se construyan en Estados Unidos con chips diseñados y fabricados en Estados Unidos”, dijo el vicepresidente JD Vance durante una cumbre de inteligencia artificial en París a principios de esta semana.

El hecho de que TSMC esté abierta a un acuerdo con Intel indica un cambio de actitud respecto a hace apenas unos meses. En octubre, el director ejecutivo CC Wei había dicho a los analistas que su empresa no estaba interesada en adquirir las fábricas de Intel.