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Reino Unido y la UE están atascados tratando de cuadrar un círculo: que el Brexit no suponga la creación de una frontera comercial entre Irlanda del Norte e Irlanda
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, ha instado hoy a Londres a rehacer su propuesta de Brexit para poder llegar a un acuerdo y evitar una salida brusca de la Unión Europea el próximo 29 de marzo. Lo ha hecho horas antes de la cena de jefes de Estado o Gobierno europeos que se celebra hoy en Salzburgo, y donde la primera ministra británica, Theresa May, dará su visión de las negociaciones.
Tusk se ha referido a dos áreas en concreto: el asunto de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte y el marco de la futura relación económica entre Reino Unido y la UE a 27. En otras, en cambio, como política exterior y seguridad, ha asegurado que hay avances.
"Algunas de las propuestas de Chequers [el plan aprobado por el Gobierno británico este verano como propuesta de Bréxit] indican una evolución positiva del enfoque británico y la voluntad de minimizar los efectos negativos del Bréxit. Aquí me refiero a, entre otras cosas, la disponibilidad para cooperar estrechamente en seguridad y política exterior. En otros asuntos, como la cuestión irlandesa o el marco de cooperación económica, la propuesta de Reino Unido necesitaría ser rehecha y volver a ser negociada", ha firmado el presidente del Consejo Europeo.
Esta mañana, en un artículo de opinión publicado en varios diarios europeos, May instaba a la UE a flexibilizar su posición para tratar de llegar a un acuerdo. Tras el comunicado de hoy, no parece que sea esa la idea que Tusk tiene en mente.
Según los cálculos de la Comisión, el acuerdo de divorcio debe cerrarse, como muy tarde, a comienzos de noviembre. De lo contrario no va a dar tiempo a realizar todos los trámites parlamentarios y burocráticos que requiere la salida del Reino Unido, para la que apenas faltan seis meses y medio.
De momento, Tusk ha anunciado la convocatoria de otra cumbre de jefes de Estado y Gobierno a mediados de noviembre. Esta sería, en principio, la última oportunidad de llegar a un acuerdo.
"Tal vez hoy haya más esperanza, pero lo que seguro hay es menos y menos tiempo. Debemos usar cada día que queda para hablar", ha asegurado el líder europeo.
Mañana, ya sin May en Salzburgo, será Michel Barnier, negociador jefe de la UE para el Bréxit, quien informará a los líderes de los 27 del estado de las negociaciones y de cómo valora la Comisión la propuesta de Chequers.
Sobre la cuestión irlandesa, Reino Unido y la UE están atascados tratando de cuadrar un círculo: que el Brexit no suponga la creación de una frontera comercial entre Irlanda del Norte e Irlanda. La solución propuesta por Bruselas es que esa frontera pase al Mar de Irlanda, pero esto crea una frontera interior en territorio británico, algo inaceptable para Londres.
En cuanto al marco de la relación económica futura, Reino Unido quiere mantener el mayor acceso posible al mercado interior de la UE, pero con las menores obligaciones posibles también. Bruselas ve en eso una amenaza existencial al modelo de integración europea y quiere ponérselo difícil. La lógica es clara: si el Bréxit muestra que se puede disfrutar de todas las ventajas de la Unión sin atender a todos sus compromisos, se estaría creando el caldo de cultivo para nuevas salidas.
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