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Los ojos están puestos en la antigua alianza Mega-Discovery que prometía convertirse en plataforma desde Chile al mundo
Mucho ha cambiado para el mercado de la televisión en los dos últimos años. A fines de 2020, la alianza Mega - Discovery atravesaba por su mejor momento.
Por esos días, Guillermo Delfino, gerente general de Discovery Networks, en una entrevista en Diario Financiero, celebraba el rating obtenido por la estación, que se mantuvo como líder por casi seis años, y adelantaba que saldrían a producir en conjunto en 2021 para “reforzar las sinergias”. Uno de los focos, agregaba, sería compartir contenidos con la señal de Discovery+ que llegaría a Chile al año siguiente.
Pero poco de eso ocurrió. La alianza siguió dando frutos en lo comercial: se continuó con el modelo de venta de publicidad para Mega y los canales de cable de Discovery. Pero de producciones en conjunto y de la llegada de la señal de streaming nunca más se supo.
El tiempo pasó y comenzaron los movimientos en la industria. El 8 de abril pasado, se cerró la fusión de dos gigantes y se creó Warner Bros Discovery, un nuevo imperio de la TV, pero esta vez enfocado en el streaming, hoy por hoy, el gran rey en el planeta de los contenidos.
Ahora, los ojos están puestos en qué pasará con la antigua alianza Mega-Discovery que prometía convertirse en plataforma desde Chile al mundo.
La compañía global de medios estadounidense entró a la propiedad de Mega, controlada por el holding Bethia, liderado por Carlos Heller, en 2016. En esa oportunidad compró el 27,5% de las acciones de la estación en US$ 53 millones, según aparece en sus registros. De acuerdo al contrato, Discovery tenía la opción de aumentar su participación hasta el 30%, alternativa que nunca ejerció. Pero existía otra cláusula que se mantuvo en secreto, hasta ahora: a los tres años Discovery podía activar un “put”, una opción de venta, según la cual Bethia estaba obligada a recomprar su participación.
En 2019 la compañía internacional decidió no ejercerlo y quedarse en la propiedad, y alargar el periodo por dos años más. La opción vencía a fines de 2021, pero justo empezaron las tratativas para la fusión con Warner Bros. y los socios negociaron una extensión corta de la opción de venta que ahora sí, vence el 31 de diciembre de este año.
Streaming, cable y liquidez
Las negociaciones, lideradas por el gerente general corporativo de Bethia, Ramiro Sánchez, y el presidente y director gerente para América Latina y el mercado hispano de los Estados Unidos de Warner Bros. Discovery, Fernando Medin, ya comenzaron. Se trata de acuerdos confidenciales. Por lo mismo, consultados por este medio, ninguno de los dos quiso referirse al tema.
Sin embargo, según fuentes ligadas a la operación, la situación no es nada de fácil: Bethia no tiene hoy los cerca de US$ 60 millones que debe pagarle al nuevo conglomerado, considerando el valor al cual entró Discovery, ajustado por UF y tipo de cambio. Y además, el valor del canal hoy es menor que los US$ 200 millones en que se valorizó a mediados de 2016, cuando el holding de Heller vendió el 27,5%.
Y aunque siempre existe la posibilidad de que los ejecutivos de Warner Bros. Discovery decidan volver a aplazar su opción de venta, hoy tienen razones de sobra para decidir irse del canal.
Por una parte, tras su fusión con Warner Bros., Discovery cambió su foco hacia otro modelo de negocio y se empezó a alejar del cable. “El cable está derrumbado como plataforma, las audiencias migraron, el streaming es más barato y de mejor calidad, y el cable como negocio vale menos de la mitad en todo el mundo y la mayoría de los canales son de mala calidad. Por lo mismo, las razones de Discovery para apalancar su negocio de cable a través de Mega, están súper debilitadas y es mucho menos útil optar por un canal de TV en un país cuando ese negocio está débil y estás migrando a otro foco”, indica un conocedor de la industria.
Pero otra de las razones, es que el nuevo gigante de la industria del entretenimiento necesita liquidez. Para quedarse con Warner Bros. y lograr la fusión, Discovery desembolsó cerca de US$ 50 mil millones, principalmente financiados mediante deuda, según explica un ejecutivo del sector. Por lo mismo, por muy marginales que puedan ser los alrededor de US$ 60 millones que pagaría Bethia, necesitan liquidar el máximo de activos posibles para que los intereses no se los coman.
“En ese contexto -dice-, Mega es un activo mucho más prescindible que antes”.
Bethia en apuros
Aunque quedan cuatro meses para que se cumpla el plazo del “put”, la situación por la que atraviesa Bethia en estos momentos es compleja. El holding de Liliana Solari ha tenido años de malos resultados, producto de decisiones de inversión no acertadas.
Por un lado, aún no logran deshacerse del 46% que tienen en la Isapre Colmena, que está a la venta desde hace más de un año y cuya operación para traspasar sus clientes a Nueva Masvida fue rechazada por la FNE y actualmente espera la respuesta del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC). Además, entre 2020 y 2021, se deshizo de su paquete accionario en Latam Airlines. El holding entró en 2019 a la aerolínea, en la que invirtió cerca de $ 500 millones. Pero, como durante la pandemia la firma aérea se acogiera al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, decidió salir de la operación.
Falabella, su gran negocio, donde poseen el 8,78% de la propiedad, hoy vale menos de un tercio de lo que costaba a principios de 2018, cuando sus acciones alcanzaron su mayor valor, sobre los $ 6.500. En Aguas Andinas, en tanto, donde alcanzaron a tener el 2,3%, hoy tienen menos del 1% de la propiedad. La empresa de transporte Sotraser y la lechera Ancali, son otros de los negocios en los que participan actualmente, pero sus datos no son públicos.
Dada la situación actual del holding, conocedores de las tratativas dicen que una posibilidad es que Bethia negocie acciones a cambio de los US$ 60 millones que debe pagar al conglomerado internacional. Una solución que, de todas maneras, es difícil de concretar: hoy ese monto, calculan en la industria, equivaldría a cerca del 80% del valor de la estación.
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