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Con más del 95% de los votos escrutados, el izquierdista Pedro Castillo tiene una pequeña ventaja en la carrera presidencial de Perú
Hay indicios de que el probable próximo presidente de Perú será menos enemigo de la minería de lo que se temía. Pero hasta que no se aclare el entorno político, no espere que el segundo proveedor de cobre reciba nuevas inversiones importantes.
Con más del 95% de los votos escrutados, el izquierdista Pedro Castillo tiene una pequeña ventaja en la carrera presidencial. Al principio de su campaña, el exprofesor de escuela asustó a los inversionistas con amenazas de nacionalización, antes de pasar a una propuesta de reforma fiscal para abordar las desigualdades.
Hay razones para esperar que no se apliquen medidas drásticas en industrias como la minería: un congreso fragmentado incluye facciones favorables al mercado, mientras que Perú tiene un historial de candidatos que moderan sus acciones una vez que llegan al poder. Aun así, el riesgo político mantendrá a las mineras cautelosas en un momento en que el mercado del cobre, en particular, espera que Perú ayude a satisfacer la creciente demanda en un mundo electrificado.
“Hasta que no haya mayor certeza sobre la situación política y las implicaciones para la industria minera, no esperamos ver que se aprueben muchos proyectos a largo plazo para su desarrollo por parte de las empresas mineras”, dijo Colin Hamilton, director gerente de investigación de materias primas de BMO Capital Markets, en una nota a los clientes.
Según los comentarios recientes de su equipo, parece poco probable que Castillo intente expropiar minas. Esta semana trató de calmar a los mercados, diciendo que pagará la deuda del país y mantendrá la independencia del banco central.
Pero incluso una reforma fiscal podría erosionar la rentabilidad de futuras inversiones mineras, poniendo en peligro las expansiones clave que el mercado necesita para resolver la escasez de suministro. Propuso un nuevo impuesto a las ganancias y regalías basadas en las ventas y prometió renegociar los contratos de estabilidad fiscal con las grandes empresas.
A la incertidumbre que rodea las políticas de Castillo se suman las perspectivas de una elección disputada. Su oponente, la favorita del mercado Keiko Fujimori, dijo que el partido rival ha estado “distorsionando o retrasando” los resultados electorales. No proporcionó pruebas para respaldar su afirmación, pero se comprometió a hacerlo.
Sin embargo, la industria minera peruana es muy importante para dejarla fracasar. Además del cobre, el país es un importante proveedor de zinc y plata. La minería representa al menos el 11% del producto interno bruto y el 15% de los ingresos fiscales totales, según Eileen Gavin, analista principal de Verisk Maplecroft.
“El Estado no está en condiciones de administrar el sector por sí mismo, ni de acudir a un arbitraje internacional por incumplimiento de contrato con las principales empresas mundiales”, dijo Gavin.
La escasa ventaja de Castillo también podría dificultarle gobernar, al tener menos influencia en el Congreso para impulsar sus planes.
“Una cosa es hablar de ello y otra es ver la mecánica legal y judicial de todos estos temas”, dijo en entrevista telefónica el analista de BTG Pactual César Pérez-Novoa. “Este no es un evento a corto plazo”.
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