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La multinacional separará la unidad de helados, la cual solo el año pasado generó ganancias por US$8.600 millones, además planea recortar más puestos de trabajo
El nuevo jefe de Unilever quiere revertir años de resultados “mediocres” con un ambicioso plan para separar la rama de helados del conglomerado y eliminar capas de mandos intermedios.
Unos nueve meses después de tomar las riendas de la empresa anglo-holandesa, Hein Schumacher se propuso deshacerse de una división valorada en US$18.000 millones, según los analistas de Barclays. Es el hogar de marcas como Ben & Jerry’s y Magnum - que un anterior jefe de Unilever, Paul Polman, apodó “una de las mayores historias de éxito en el mercado de bienes de consumo”.
Es sólo una parte del plan más amplio de Schumacher para impulsar el crecimiento y aumentar los beneficios en Unilever y deshacer un legado de sobre expansión, oportunidades perdidas y fusiones y adquisiciones fallidas.
El nuevo CEO, nombrado después de que el inversionista activista Nelson Peltz tomara una participación en la empresa y se incorporara a su consejo de administración, también tiene previsto recortar 7.500 puestos de trabajo, lo que equivale a casi 6% de los 128.000 que tiene el fabricante de jabones, Dove.
“Nuestra idea general es hacer menos cosas, mejor y con mayor impacto”, dijo Schumacher en una llamada con periodistas. “El helado es realmente un negocio diferente. Ya se gestiona por separado de nuestras otras actividades”.
La división de helados tuvo ventas de 7.900 millones (US$8.600 millones) en 2023, pero su margen de beneficios es menos de la mitad que el de la unidad de cuidado personal de la empresa, según datos recopilados por Bloomberg. Además, es un negocio estacional, intensivo en capital y que requiere una logística de cadena de frío más compleja.
Según la empresa, la opción más probable para separar la unidad es una escisión que cree una nueva entidad cotizada en bolsa, aunque ya ha vendido otras empresas de lento crecimiento a firmas de capital riesgo.
Unilever más de 3% en las operaciones de Londres luego de que se explicara el plan. La reestructuración muestra cómo Schumacher está dejando su impronta en la empresa tras tomar el relevo de Alan Jope, que había enfadado a los accionistas con un intento fallido de comprar la división de salud del consumidor de GSK.
El nuevo CEO aspira a ahorrar 800 millones de euros (US$868 millones) en costes en los próximos tres años, ya que Unilever responde a un periodo de lento crecimiento en el que el gasto de los consumidores se vio limitado por la elevada inflación y muchos compradores cambiaron los productos de marca por los de marcas blancas.
La reestructuración dejará a la empresa centrada en cuatro negocios: belleza y bienestar, cuidado personal, cuidado del hogar y nutrición. Su rival Nestlé ya había separado su negocio de helados mediante la creación de una empresa conjunta con la sociedad de capital riesgo PAI Partners.
La eliminación de la unidad también supondrá un quebradero de cabeza para Unilever, que ha tenido que hacer frente a polémicas sobre posturas políticas adoptadas por Ben & Jerry’s. En diciembre de 2022, Unilever resolvió una batalla judicial con el consejo independiente de la marca de helados después de que la marca se opusiera a que sus productos se vendieran en la Cisjordania ocupada por Israel.
En otro incidente a principios de ese año, Unilever criticó a Ben & Jerry’s después de que dijera en una publicación en las redes sociales que el presidente estadounidense Joe Biden estaba avivando “las llamas de la guerra” al enviar tropas a Europa, semanas antes de que Rusia invadiera Ucrania.
Las grandes empresas alimentarias también han intentado ajustar sus carteras a medida que ganan popularidad los nuevos medicamentos para adelgazar de Novo Nordisk y Eli Lilly & Co. Según los analistas, los helados ya no encajan bien con otras marcas de Unilever, como los cubitos de caldo Knorr.
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