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Son dos los documentos que revelan la erosión de las fuerzas armadas
Incluso antes de que el líder de la Asamblea Nacional de Venezuela pidiera a los militares que abandonen al presidente Nicolás Maduro, el gobierno trataba de detener una oleada de deserciones y ordenó a los guardias fronterizos interceptar a los soldados que intentaran salir del país sin permiso.
Dos documentos revelan la erosión de las fuerzas armadas. Uno enumera a unos 4.300 oficiales de la Guardia Nacional que han desertado desde 2014, con sus rangos y números de serie. Firmada por el comandante de la guardia, el mayor general Jesús López Vargas, la orden del 21 de diciembre los elimina de la institución. Todos son suboficiales u hombres y mujeres alistados y representan a cerca del 6% de la guardia.
El segundo, del 13 de noviembre, está firmado por Luis Santiago Rodríguez González, director del servicio de inmigración del país. Ordena al personal en los puntos de entrada y salida evitar que los miembros de las fuerzas armadas y los jubilados en servicio de reserva se vayan al extranjero sin autorización específica.
Miembros actuales y antiguos del Ejército familiarizados con los documentos oficiales los examinaron y certificaron su autenticidad. Voceros del Ministerio del Poder Popular para la Defensa de Venezuela no respondieron a solicitudes de comentarios sobre el tema.
Las fuerzas armadas son la institución más poderosa de Venezuela y se está librando una batalla por su lealtad tras las controvertidas elecciones del año pasado. La autocracia socialista de Maduro ha cultivado jefes militares, dándoles importantes cargos de gobierno y negocios lucrativos, tanto legales como ilícitos. En los últimos ocho años, unos 1.300 oficiales han sido promovidos al rango de general o almirante, según la organización Control Ciudadano. Estados Unidos afirma que el régimen de Maduro hace vista gorda al lavado de dinero, el fraude, la minería ilegal y los esquemas de tráfico de drogas llevados a cabo por soldados y oficiales.
Escapes
Su rival, el líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, prometió a los desertores una amnistía, oferta que hasta el momento solo ha sido aceptada públicamente por una fracción de los miles de altos oficiales. Un general y un coronel han abandonado las filas en las últimas dos semanas, pero los documentos dejan ver cómo la pobreza endémica y el caos erosionan las fuerzas armadas.
Las fuerzas armadas de Venezuela se dividen en cuatro ramas: Ejército, Marina, Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, que se encarga de las tareas domésticas, como los puestos de control y el manejo de multitudes. Además, el difunto presidente Hugo Chávez creó una milicia civil tras ser depuesto brevemente por un golpe militar fallido en 2002. Chávez, oficial del Ejército, puso esa rama en control de equipamiento clave y arsenales y se rodeó de sus excamaradas.
La Guardia Nacional es una favorita de Maduro, exconductor de autobuses y ministro de Relaciones Exteriores que nunca estuvo en el Ejército. Durante sus seis años en el cargo, ha incrementado su volumen y equipamiento militar, aumentando sus filas más que cualquier otra rama.
Control interno
"Maduro elevó a la Guardia Nacional por razones políticas, porque sus problemas son internos, no externos", declaró Cliver Alcalá, un general del Ejército retirado que rompió con Maduro y ahora vive en el exilio en Colombia. "La Guardia Nacional se convirtió en una fuerza represiva para contener las protestas y mantener el orden público".
Después de 2014, cuando los disturbios contra el gobierno sacudieron a Venezuela, la capacitación básica de un recluta de la guardia se redujo de dos años a seis meses, o incluso tres, según Control Ciudadano. En 2016, su entonces comandante anunció que la fuerza era de 70.000 hombres y mujeres, lo que significa que las deserciones ascenderían a una tasa de 6 por ciento. Esto aparte de jubilaciones y salidas disciplinarias.
Esa pérdida refleja un creciente descontento. Maduro ha trabajado arduamente para aislar a los principales miembros de las dificultades y el gobierno ha tomado medidas contra algunas tropas disidentes, a quienes acusa de conspiración. De acuerdo con la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia, un grupo legal de Caracas, 163 miembros de las fuerzas armadas están tras las rejas por razones políticas.
Pase libre
"Hay miedo en los cuarteles ya que el gobierno de Maduro ha estado amenazando y apuntando a los militares", aseguró Guaidó en respuesta a preguntas enviadas por correo electrónico. “Los funcionarios se han visto obligados a grabar videos jurando lealtad a Maduro. Todos aquellos que se niegan a hacerlo han sido atacados con violencia por sus superiores. Esta es otra medida desesperada de un régimen que sabe que ha perdido".
Desde que tomó las riendas del órgano legislativo el mes pasado, Guaidó presentó un proyecto de ley que ofrece amnistía por abusos a los derechos humanos y corrupción a los soldados que deserten. Ahora llama a las fuerzas armadas a permitir que la ayuda humanitaria ingrese a Venezuela. Maduro asevera que los envíos son el precursor de un golpe respaldado por EE.UU. y promete bloquearlos.
Guaidó esperaba que el llamado a los militares para que lo acompañen y acepten la amnistía generara un gran número de deserciones, pero hasta ahora eso no ha sucedido. (Al menos no públicamente. Guaidó sostiene que en privado muchos oficiales están negociando con su equipo).
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