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Foto: Michael Nagle/Bloomberg
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El sector tecnológico vuelve a perder terreno en bolsa, ante un escenario en el que se avecinan más subidas de los tipos de interés
Wall Street se vuelve a teñir un día más de rojo y, como ha sido habitual en este 2022, el Nasdaq es el indicador más penalizado. El índice que agrupa a las empresas tecnológicas cede 1,4% en el día y se sitúa al límite de 11.000 puntos. Debido a este nuevo castigo por parte de los inversores, el selectivo vuelve a desplomarse más 30% desde sus máximos de noviembre del año pasado y desde sus máximos anuales de enero.
La cotización de las empresas tecnológicas se ve perjudicada por el endurecimiento de la política monetaria. La Reserva Federal volvió ayer a aumentar los tipos de interés en 75 puntos básicos, lo que es conocido como la bomba atómica monetaria, y las previsiones apuntan a que el banco central estadounidense no levantará el pie del acelerador hasta que el precio del dinero alcance una horquilla situada entre 4,25% y 4,5%. Tras el alza de ayer, las tasas se encuentran por encima de 3%.
Entre las Big Tech, Amazon es la más perjudicada del día, al caer 1,5%, descenso que eleva su desplome anual hasta casi 30%. Apple cede 0,7%, mientras que Alphabet, Microsoft y Meta se anotan avances de 1%.
Las pérdidas que sufre la renta variable no son exclusivas del sector tecnológico, ya que el S&P 500 cae 0,5% y se sitúa en sus niveles más bajos desde el mes de julio. En el año, el indicador se deja 20%.
El Dow Jones, por su parte, limita su retroceso diario a0,1%. Merck, Johnson & Johnson y Verizon son los mejores valores del selectivo, mientras que American Express, Boeing y Goldman Sachs presentan el peor balance.
"Los mercados sienten que tienen que recalibrar las valoraciones y cuando eso sucede, sucede de manera lineal: primero se dispara y después se pregunta", ha sentenciado Art Hogan, estratega jefe de B. Riley Wealth.
Por su parte, Ed Moya, analista de Oanda, ha señalado que "la Fed allanó ayer el camino para que gran parte del mundo continúe con aumentos agresivos de los tipos, y eso conducirá a una recesión global, y su gravedad se determinará según el tiempo que tarde la inflación en bajar".
Frente a estos descensos, la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años ha escalado hasta 3,68%. La del bono a 2 años se ha situado en 4,132%, máximos de 2007. El barril de West Texas, de referencia en EE.UU., se mantiene en US$83, mientras que la onza de oro repunta hasta los US$1.680.
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