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Uruguay es el último país en desbancar a un partido gobernante este año, y Orsi ha sabido aprovechar la angustia de los votantes
Uruguay eligió a Yamandu Orsi, del partido opositor de izquierda, para convertirse en el próximo presidente del país en una segunda vuelta el domingo, sumándose a una tendencia anti-titular en las Américas mientras las preocupaciones de los votantes sobre la desigualdad y el crimen impulsaron el cambio.
El presidente Luis Lacalle Pou llamó a Orsi para felicitarlo por su victoria en las elecciones sudamericanas momentos antes de que el candidato titular, Álvaro Delgado, concediera la victoria antes de que finalizara el recuento oficial.
Los resultados preliminares del Tribunal Electoral de Uruguay mostraron que Orsi lideraba a Delgado por un estrecho margen, con el 70% de los centros de votación informados a las 9:45 pm hora local.
Los votantes se reunieron en un acto de victoria de Orsi el domingo por la noche en Montevideo, ondeando banderas del partido y celebrando su regreso al poder.
Uruguay es el último país en desbancar a un partido gobernante este año, y Orsi ha sabido aprovechar la angustia de los votantes ante la persistencia de una alta tasa de violencia y una recuperación económica que ha dejado a muchos atrás. Sin embargo, la nación sudamericana famosa por su estabilidad en una región volátil no está virando hacia un cambio ideológico radical como el que se ha visto en Brasil, Colombia, Argentina y Estados Unidos.
Orsi, de 57 años, se presentó como el candidato del “cambio seguro”, mientras que Delgado hizo campaña bajo el lema “reelegir un buen gobierno”, en referencia a las políticas contra el covid-19 y el crecimiento del empleo bajo el liderazgo de Lacalle Pou. Ambos se presentaron como candidatos tradicionales predecibles en lugar de como outsiders disruptivos.
Mientras tanto, los uruguayos ya han rechazado una propuesta para desmantelar el sistema de pensiones del país, de US$23.000 millones, que tenía a los mercados nerviosos por la reputación del país como refugio seguro.
Uruguay elige un nuevo congreso y presidente cada cinco años, sin elecciones intermedias. El Frente Amplio obtuvo el control del Senado, de 30 miembros, y 48 de los 99 escaños de la Cámara Baja en las elecciones generales del 27 de octubre. Orsi liderará el cuarto gobierno del Frente Amplio de Uruguay cuando comience su mandato de cinco años el 1 de marzo de 2025.
Orsi heredará una economía que el banco central prevé que crecerá un 3,5% hasta 2025, con una tasa de desempleo que cayó a un mínimo de tres años del 7,3% en octubre. La política monetaria restrictiva ha controlado años de alta inflación, con precios al consumidor que se han mantenido dentro del objetivo del banco central del 3% al 6% durante 17 meses consecutivos.
Aun así, el presidente electo se enfrenta a un primer año complicado en el que deberá recortar el déficit y organizar un rescate del sistema de jubilación de los profesionales de cuello blanco. Orsi tendrá que recurrir en gran medida a las habilidades de negociación que perfeccionó como gobernador para convencer a dos legisladores de la Cámara Baja de partidos rivales de que respalden su agenda legislativa.
El plan de Orsi para impulsar el crecimiento, que en la última década apenas alcanzó 1%, incluye una combinación de incentivos fiscales para fomentar la inversión y una política industrial para apoyar la agricultura, la alta tecnología y la manufactura. También quiere reducir la edad mínima de jubilación de 65 a 60 años y examinar las comisiones que cobran los fondos de pensiones privados como parte de una reforma más amplia del sistema de seguridad social. Orsi ha prometido no abolir los fondos de pensiones.
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Los bonos soberanos en dólares de Uruguay han perdido casi un 0,6% en lo que va del año, en comparación con una ganancia del 12,7% de la deuda soberana latinoamericana, según el índice Bloomberg EM USD Sovereign. El peso ha tenido un mejor desempeño que la mayoría de sus pares regionales, debilitándose solo un 8,8% frente al dólar este año.
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