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La primera obra que saldrá a buscar inversionista será la denominada Accesos Cali-Palmira, seguida de la IP ALO Sur y Accesos Norte II
El Gobierno Nacional ha reiterado en distintos escenarios que el de la infraestructura es uno de los sectores llamados a impulsar la recuperación económica, y muchos tienen las expectativas puestas en las 5G.
Estas, sin embargo, son una apuesta a un par de años, pues a pesar de que se ha avanzado en la estructuración de estos proyectos, todavía no han sido contratados, por lo que su construcción todavía se demorará en concretarse.
Sobre el estado de estos proyectos, que en la primera ola serán 14 con una inversión estimada de $18 billones, el presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Manuel Felipe Gutiérrez, dijo que espera que este año quede cerrada la estructuración para salir a contratar Accesos Norte II, que es la ampliación de la autopista; y Puerto Salgar-Barrancabermeja y Barrancabermeja-San Roque, que recogen lo que antes era la Ruta del Sol II. Además, la estructuración de la concesión Accesos Cali-Palmira.
“Cerrada la estructuración este año, el primer semestre del otro año se contratará Accesos Cali-Palmira. La segunda que saldrá a contratación será la IP ALO Sur, que ya fue aprobada por el Ministerio de Hacienda. Esperamos tener esta semana la aprobación del Departamento Nacional de Planeación (DNP) para que pase a consejo de ministros y se abra el proceso”, explicó Gutiérrez.
Luego, seguirán con la contratación de Accesos Norte II, las dos troncales del Magdalena, y las concesiones Buga-Loboguerrero y Loboguerrero-Buenaventura. Lo anterior en cuanto a las obras de carreteras de la primera ola del programa, donde los siete proyectos mencionados tendrán una inversión capex estimada de $9,32 billones.
Sin embargo, cabe recordar que una de las principales novedades de este programa, en comparación con sus predecesores, es la incorporación multimodal de otros sistemas de infraestructura. Esto, porque programas como las 4G contemplaban únicamente proyectos viales, mientras que en 5G se amplió el espectro a otros modos de transporte: fluviales, férreos y aeroportuarios.
“Esto implica un reto importante, porque seguramente los procesos de estructuración van a tener algunos cambios adicionales con respecto a las carreteras, por las características propias de cada proyecto”, explicó Juan Manuel Martínez, socio de Bonus Banca de Inversión.
En esa línea, el experto anotó que si bien cada uno de los proyectos tendrá sus propias particularidades, la ventaja es que ya está el marco general del contrato 5G, por lo que hay una política trazada y una “columna vertebral” de la que se debe partir.
Dos de los componentes más importantes y novedosos de ese marco contractual general son la sustitución de la diferencia en el recaudo por la figura de soporte de ingresos y la incorporación explícita de un enfoque de sostenibilidad en la zona de influencia de los proyectos.
Esto, dirigido a superar algunos de los problemas de las concesiones anteriores en materia ambiental y social, tiene sin duda el propósito de generar un impacto positivo y duradero. Sin embargo, advirtió Daniel Rodríguez, socio de CMS Rodríguez-Azuero, “debe tenerse mucho cuidado de no convertir al concesionario y al proyecto, en el sustituto del Estado, como ha venido sucediendo a lo largo de los años en relación con la gestión de comunidades impactadas por proyectos”, y agregó que todavía es muy pronto para evaluar las bondades de ese enfoque y su relación con la superación de los obstáculos en materia ambiental y social que se presentaron en las 4G.
Sobre los proyectos fluviales, el presidente de la ANI explicó que el primer trimestre del próximo año se cerrará la estructuración de la APP del Río Magdalena y de Canal del Dique, para posteriormente abrir el proceso licitatorio y adjudicar las obras a finales del primer semestre de 2021. Estos dos proyectos tendrán una inversión aproximada de, respectivamente, $0,45 billones y $2,13 billones, para un total de $2,58 billones.
Además, la primera ola contempla también un proyecto férreo, que será el ferrocarril La Dorada-Chiriguaná y tendrá una inversión de $1,59 billones.
Desde el punto de vista aeroportuario, la primera ola contempla también cuatro obras: IP Aeropuertos de Suroccidente, IP Aeropuerto de Cartagena, IP Nuevo Aeropuerto de Cartagena, y IP Aeropuerto de San Andrés. La inversión en estos será aproximadamente $5 billones.
La segunda ola, en cambio, contempla 12 proyectos de infraestructura, cuya inversión estimada será de $30 billones. Estos, según informó la ANI, son: Santuario Caño Alegre, Terminación Ruta del Sol I, Calarcá-La Paila, Popayán-Pasto, Zipaquirá-Barbosa, Barbosa- Bucaramanga, Ocaña-Cúcuta, Duitama-Pamplona, Sogamoso -Aguazul, San Roque-Cuestecitas, Sistema Aeroportuario de Bogotá-SAB 2050, e IP Dragado de Buenaventura.
Con esto, entonces, se espera que al término del programa los 26 proyectos que componen las dos olas generen una inversión de $49,35 billones.
La apuesta para la reactivación inmediata será la de los proyectos 4G
Teniendo en cuenta que las obras de infraestructura de 5G no se empezarán a ejecutar en un futuro inmediato, pues tras ser contratadas el próximo año tendrán un año de preconstrucción, los proyectos que sí tendrán un impacto significativo en la reactivación económica del país serán los de 4G. Estos “están facturando cerca de $600.000 millones tras la reanudación de las obras, hay proyectos que pasaron de 16% a 50%, y ese 34% ha permitido generar desarrollo económico de manera importante”, señaló el presidente de la ANI.