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Pereira, Manizales, Santa Marta, Armenia y Medellín son las ciudades donde más se ha sentido este aumento durante la pandemia
La crisis generada por el covid-19 ha impactado todos los sectores de la economía. Uno de los segmentos que registró este choque fue el de los arriendos. Esto se evidencia en que las categorías de alquileres efectivos de alojamiento (lo que los inquilinos pagan) y de alquileres imputados de alojamiento (lo que los propietarios calculan o esperan recibir) registraron un alza de 1,12% y 1,21% en lo que va del año, respectivamente, según datos compartidos por el Dane a septiembre.
Al analizar la categoría alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles medida por el Dane, en términos de la variación del IPC en lo corrido del año, salta a la vista que Pereira, con 3,02%; Manizales, con 2,62%; Santa Marta, con 2,23%; Armenia, con 2,20% y Medellín, con 1,96% fueron las ciudades que registraron los cambios más altos en este frente.
“La inflación de los alquileres a nivel nacional continuó con la tendencia decreciente que registra desde inicios de 2018, impulsada principalmente por el comportamiento de Bogotá y Medellín. Cali, por su parte, interrumpió la aceleración de sus precios de renta en el marco del aislamiento preventivo iniciado en marzo”, señaló un análisis de cartera del mercado de vivienda del primer semestre de 2020 del Banco de la República.
En el texto publicado por el Emisor, que podrá leer completo en la página web de LR, también se destaca que el tiempo necesario para arrendar ha registrado un aumento promedio de 0,5 meses para los estratos cuatro, cinco y seis.
Además del aumento en esta categoría, como lo registra la variación del índice de precios al consumidor (IPC) en lo corrido del año, Jonny Salazar Abarca, director de Vitrina Inmobiliaria, resaltó que el tema de arriendos en el país, especialmente, en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, experimentó tres situaciones diferentes y consecutivas en lo corrido del presente año.
“La primera situación se dio en lo corrido del primer trimestre de este año, es decir, antes de las medidas de aislamiento social que adoptó el Gobierno Nacional para contener el avance del covid-19. Este momento se caracterizó por tener un desarrollo normal, con tendencia a superar el número de unidades arrendadas, frente al mismo periodo de 2019”, dijo Salazar.
El segundo momento que vivió el segmento fue cuando iniciaron los aislamientos y el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio sacó el Decreto 579 de 2020, que condicionó tanto a los arrendatarios como a los arrendadores conciliar el incumplimiento de los pagos de cánones, explicó Salazar, quien agregó que la tercera fase que de este segmento se está viviendo con la reactivación.
Sobre esto, Camila Rojas, directora de Marketing del portal inmobiliario Finca Raíz, aseguró que durante “los meses más duros de la cuarentena, marzo y abril, se registró una caída de las búsquedas de inmuebles de 35% en todo el país. En cuanto a los apartamentos en arriendo, las búsquedas bajaron 51%”.
El panorama cambió con el periodo de reactivación, pues aumentó el interés por parte de los consumidores en materia de alquileres. “Las búsquedas de propiedades han crecido desde junio 30% en todo el país, y en específico las búsquedas e interés de apartamentos en arriendo han aumentado 32%”, dijo Rojas.
De acuerdo con Salazar, se ha registrado un repunte en los arriendos de locales comerciales, debido a que los comerciantes están buscando inmuebles para el aprovechamiento de la temporada de fin de año. Sin embargo, sigue siendo menor en comparación del mismo trimestre del año pasado.
El futuro del segmento de arriendos
“El tema de arriendo de vivienda va aumentando y se espera que repunte en término de mayores valores”, dijo Salazar, quien agregó que se estima que, en promedio, 34% de las familias vive en arriendo. Esta cifra puntualmente en Bogotá es de 45%, mientras que Antioquia y Valle del Cauca, es 37%. A esto se le suma que la oferta de unidades disponibles para arrendar es alta y está marcada no solamente por las unidades disponibles por el proceso de natural de ocupación y desocupación, sino también por el jalonamiento producido por los 100.000 subsidios para vivienda no VIS.