MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Alcaldía sostiene que no se afectará la naturaleza de conservación de la zona
Desde hace varios años existe una polémica en torno a la Reserva Thomas Van Der Hammen por las intenciones de la Alcaldía Mayor de Bogotá, en cabeza de Enrique Peñalosa, de modificar los límites del espacio. Esta semana nuevamente se reactivaron las opiniones encontradas tras la nueva propuesta que presentó la Alcaldía a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) para definir nuevos linderos del espacio.
De acuerdo con el Distrito, esta nueva propuesta corresponde al trabajo de 14 meses de estudios en los cuales se realizaron diferentes revisiones científicas, técnicas y ambientales, con el fin de definir la mejor alternativa de los proyectos de restauración ecológica que pretenden trabajar en la zona.
El proyecto de la administración gira en torno al aumento del área ambiental de la reserva, pasando de 634 hectáreas a 1.104. Así mismo, propone que el área total se aumente en 314 hectáreas al pasar de 1.396 ha. a 1.710 ha. Frente al área protegida, compuesta actualmente por 634 ha. de bosques y humedales, la Alcaldía propone mantener en el mismo sitio 501 ha. y adicionar 603 ha. más de nuevos hábitats y corredores ambientales.
Otra de las delimitaciones que cambiaría, y que es el centro de la polémica, es la sustracción de 104 hectáreas para la construcción de vías destinadas a descongestionar el norte de la capital, que según la Alcaldía, estarían conectadas con puentes y pasos subterráneos para no interrumpir la conexión entre los diferentes ambientes.
De acuerdo con el Distrito, en este momento solo 40% de la reserva es espacio público (lo demás esta ocupado por cultivos, colegios y otras construcciones de propiedad privada) y con su propuesta pretenden que 1.435 hectáreas (80% del espacio) se destinen a este fin.
La alcaldía de Peñalosa también sostiene que en este momento la reserva tiene una vocación productora, que permite que se cultive en ella, y que esperan se modifique a protectora, pero depende de la CAR definir el futuro de la Van der Hammen.
“La CAR se puede tomar el tiempo que considere para estudiar a fondo la propuesta y una vez salga la incorporamos en el POT que vamos a presentar al Concejo de Bogotá, que se demora tres meses en el estudio”, explicó el secretario de Planeación Distrital, Andrés Ortiz.
Una disputa de casi 20 años
La Van Der Hammen se propuso en el año 2000, como parte fundamental de la Estructura Ecológica Principal (EEP) de Bogotá y la región. Funciona como una red de ecosistemas que se destinan a la preservación de la naturaleza y su trazado conecta los últimos espacios de bosques andinos de La Sabana con el Río Bogotá, los Cerros Orientales y los cerros de Cota; atravesando humedales y quebradas.
En 1996 la CAR le solicitó al científico Thomas Van der Hammen unas recomendaciones sobre los lugares que debía proteger en el territorio bajo su jurisdicción, de lo cual resultó un estudio que se publicó en 1998. Por esa fecha Peñalosa, en su primera alcaldía presentó una propuesta de POT a la CAR para concertación ambiental en su proyecto de expansión de la ciudad en la zona norte.
MinAmbiente definió la situación en el 2000 y ordenó la creación de la Reserva Forestal Regional del Norte (Rfrn) a la CAR. Sin embargo, el alcalde demandó ante el Consejo de Estado esta decisión, quien finalmente favoreció al Ministerio en 2005.
Dos años después un ciudadano interpuso una acción de cumplimiento por falta de la declaratoria de la reserva, lo que llevó a que en 2011 y 2014 la CAR se pronunciara finalmente. Pero la pelea no estaba zanjada. La Alcaldía destinó en 2015 $110.000 millones para comprar predios en la reserva y la declaró área de utilidad pública por medio del Acueducto y en 2016 se presentó el proyecto de urbanización de la zona.
Ambientalistas dicen que espacio debe preservarse
Frente a la propuesta de la Alcaldía la principal queja está en las construcciones que atravesarían la reserva. El consultor e investigador en temas ambientales, Hernán Trujillo, explicó que precisamente por ello se había establecido un pacto previo sobre la Van der Hammen. “A pesar de que no haya ecosistemas con bosques nativos la intención de la reserva era generar una conexión entre los cerros orientales y el río Bogotá, y si nos fijamos ya no quedan corredores biológicos, solo el de la Van der Hammen”, explicó Trujillo.