Economía colaborativa cambia al mundo

Para el alquiler de espacios para el descanso, AirBnb, es una de ellas, fundada en 2008, acaba de ser valorada en US$24 billones, haciéndola más valiosa que cadenas hoteleras como Marriot, Hyatt y Starwood Hotels (Sheraton). Antes, una de las principales limitantes de las start-ups, era el acceso a capital. El capital estaba limitado a zonas específicas como Sillicon Valley y era escaso en Latinoamérica. Programas como Start-Up Chile ofrecen fondos a las empresas para que se desarrollen bajo ciertas condiciones y requerimientos.

Ningún gobierno o clúster de starups ha sido tan exitoso como el crowfunding. Empresas como Our Crowd o Kickstarter han democratizado las inversiones de capital semilla alrededor del mundo. Ahora, un emprendedor en cualquier lugar del mundo podrá tener contacto con firmas de capital ángel para financiar su negocio; solo basta postular su idea en la plataforma para conseguir recursos de particulares.

La industria del transporte no se queda atrás. A diferencia de plataformas de transporte privado como Uber y Lyft; empresas como Tripda y Blablacar especializadas en viajes compartidos, son ejemplos de la necesidad que tenemos que adoptar para optimizar el uso de activos públicos como carreteras, y activos privados como carros particulares. La precaria movilidad en ciudades como Bogotá y el difícil desplazamiento en vías como Bogotá-Villavicencio, evidencia que el carpooling  puede ser una alternativa formal para mejorar la calidad de vida a corto plazo. 

Estos son solo algunos de los ejemplos suficientemente innovadores que hacen de la economía colaborativa sea una tendencia en crecimiento a nivel mundial: Alquilar espacios de oficinas de trabajo compartido es posible con Sharedesk, que ofrece marketplaces para acceder a salas de reuniones o escritorios cuando realmente los necesitan. En EE.UU., donde los trabajadores están evitando comer en restaurantes, alternativas como Meal Sharing le ayudan a encontrar un menú con foto, perfil del cocinero y puestos disponibles para compartir una comida y conocer nuevas personas. Blue Apron, por ejemplo, le trae productos a su hogar directamente desde los campos de los cultivadores,  en porciones racionadas, evitando el desperdicio y los costos por almacenamiento. Plataformas como Freelancer ponen en contacto a personas que necesitan un proyecto como un desarrollo de una página web, mejorar el tráfico de su sitio web a través de SEO o el desarrollo de aplicaciones móviles con expertos en el tema digital. Incluso, actualmente me encuentro en la edad en la que todos mis amigos se están casando, comprar un vestido nuevo por cada evento es bastante costoso. Para fortuna de mi novia, hoy en día existen empresas como Rent the Runway que permiten alquilar vestidos o accesorios sin salir de casa. 

Desde ya, son muchas las personas que están pensando más de dos veces antes de hacerse a la compra de un nuevo activo. La economía colaborativa tiende a cambiar los flujos de capital de las economías más desarrolladas. La colaboración en sí, siempre ha existido, pero hoy en día la tecnología, el Big Data y una nueva generación de startups está retando al estatus quo de los gobiernos e industrias para involucrar a los ciudadanos en la adaptación de innovación y nuevos modelos de negocios disruptivos.