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Mientras el streaming sigue dominando, otros formatos continúan perdiendo relevancia.
Con más de US$20.400 millones en ingresos, los servicios de suscripción se consolidaron como el pilar de la industria, aportando más de 50% de los ingresos totales
Durante muchos años, la industria musical enfrentó un panorama en el que la piratería y la caída de las ventas físicas pusieron en jaque un negocio que parecía en declive. Sin embargo, en 2024, el sector confirmó su resurgimiento con ingresos globales de US$29.600 millones, 5% más que en 2023, según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, Ifpi.
El streaming ha sido el gran protagonista de esta transformación. Representando casi 70% del mercado digital, esta modalidad ha revolucionado la forma en que el mundo consume música. Con más de US$20.400 millones en ingresos, los servicios de suscripción se consolidaron como el pilar de la industria, aportando más de 50% de los ingresos totales.
Durante décadas, el modelo tradicional de la industria se basaba en la venta de discos físicos y, posteriormente, en descargas digitales de canciones o álbumes completos. Sin embargo, con la llegada de plataformas como Spotify, Apple Music, Amazon Music y YouTube Music, el panorama cambió. Hoy, los usuarios prefieren pagar una suscripción mensual para acceder a un catálogo infinito de canciones, en lugar de comprar álbumes individuales.
Este nuevo esquema no solo ha beneficiado a los consumidores, sino que también ha brindado una fuente de ingresos sostenible para las discográficas y los artistas. En 2024, los ingresos por suscripciones pagas crecieron 9,5%, consolidando su papel como el motor principal de la industria. Aunque el streaming con anuncios también experimentó un aumento, su crecimiento fue más moderado, con un aumento de 1,2%.
El impacto de esta transformación ha sido profundo. Artistas que antes dependían de la venta de discos para generar ingresos ahora encuentran en las plataformas de streaming una herramienta clave para alcanzar audiencias globales. Además, los algoritmos y las recomendaciones personalizadas han permitido que nuevos talentos emergentes puedan competir en igualdad de condiciones con artistas consagrados, democratizando su acceso.
El crecimiento del streaming no se ha limitado a las grandes potencias musicales como Estados Unidos y Europa; ha tenido un impacto en mercados emergentes, especialmente en Latinoamérica que, en 2024, tuvo un crecimiento de 22,5% en ingresos musicales, consolidando 15 años consecutivos de expansión. Brasil, el mercado más grande de la región, creció 21,7%, mientras que México logró un hito histórico: con un aumento de 15,6%, el país superó a Australia y entró en el top 10 de los mercados musicales más grandes del mundo.
El avance del streaming en Latinoamérica responde a varios factores: la penetración de los smartphones, el acceso a internet móvil y la influencia de artistas latinos en el mercado global. Figuras como Bad Bunny, Karol G y Feid han llevado la música en español a audiencias internacionales, consolidando la región como una de las más dinámicas.
Estados Unidos y Canadá, que representan 40,3% del mercado global, crecieron 2,1%. En particular, Estados Unidos, el mercado más grande del mundo, creció 2,2%, mientras que Canadá, con un aumento de 1,5%, sigue en el top 10 mundial.
Europa, la segunda región más importante, registró un crecimiento de 8,3%, con Reino Unido (4,9%), Alemania (4,1%) y Francia (7,5%) impulsando el aumento. Medio Oriente y África del Norte fue la región de mayor crecimiento en 2024, con 22,8% de aumento. En esta región, 99,5% de los ingresos provienen del streaming.
Asia, aunque creció a un ritmo más lento (1,3%), sigue siendo el líder en ventas de formatos físicos, representando 45,1% de los ingresos globales por discos y vinilos. Sin embargo, la caída en las ventas de estos formatos afectó su crecimiento general. África Subsahariana superó por primera vez los US$100 millones en ingresos, con un crecimiento de alrededor de 22,6%.
Mientras el streaming sigue dominando, otros formatos continúan perdiendo relevancia. Las descargas digitales sufrieron una caída de 7,7%, reflejando el cambio de los usuarios hacia plataformas de acceso ilimitado. Los ingresos por formatos físicos también disminuyeron, con los CD cayendo 6,1% y los videos musicales 15,5%. Sin embargo, hay una excepción: el vinilo, que sumó su 18 año consecutivo de crecimiento, con un aumento de 4,6% en ingresos, lo que demuestra que hay un nicho que sigue apostando por la experiencia analógica.
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