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Construir un mundo totalmente virtual dependerá del desarrollo de nueva y mejor tecnología. Hoy existen sitios similares en la web
Con el anuncio de Facebook de sumergirse en el mundo del metaverso surgieron dudas que se creían saldadas, y otras más recientes, en torno a un concepto que nació en los 90’s de la mano de Neal Stephenson, quien habría empleado dicho término en su novela ‘Snow Crash’. Hoy, las características que encierra este mundo se asemejan a uno que otro capítulo de la reconocida serie de Netflix, ‘Black Mirror’, llena de elementos que ya no parecen tan lejanos a nuestra realidad.
El metaverso es un mundo virtual al que es posible conectarse a través de las ya conocidas gafas de realidad aumentada, elemento al cual se le suman otros dispositivos que permiten que la experiencia sea lo más vívida y apegada a la realidad posible. Sin embargo, pese a que esta idea hoy se pone en práctica en los videojuegos, lo que se busca en la práctica es crear una realidad alterna en la que se puedan realizar las mismas actividades que desarrollamos en la actualidad.
De hecho, durante el lanzamiento, el líder de la compañía, Mark Zuckerberg, aseguró: “vemos esta progresión de la tecnología a medida que obtenemos constantemente formas más naturales de conectarnos y comunicarnos entre nosotros. A lo largo de la vida de Facebook, comenzamos a escribir texto en sitios web y obtuvimos teléfonos con cámaras. Así que Internet se volvió más visual y móvil. Ahora tenemos un video rico que es más inmersivo como la forma principal en que compartimos experiencias”.
El planteamiento, que recién comienza, pero que ya tiene allanado el camino con la participación de Google, Nvidia y Microsoft, le apuesta a brindarle herramientas a sus usuarios para crear un mundo a su gusto. Allí se podrán crear negocios, construir su apariencia física, usar monedas virtuales, tener una casa, un vehículo, comprar ropa e infinidad de posibilidades, tantas como la imaginación lo permita.
Según Daniel Tovar, consultor de tecnología de la Universidad Javeriana, “entre las ventajas se encuentran que físicamente puede ser “quién quiera’. No necesita cirugías para verse como quiere, tampoco se necesitará tanto dinero para visitar millones de lugares y vivir experiencias sin contaminarse”.
Sin embargo, advierte que una de las desventajas es que la realidad se vuelva 100% ese mundo, descuidando la salud y apariencia física, junto con otros hábitos saludables. “Será un espacio para quien pueda pagarlo y que tenga un excelente acceso y estabilidad de internet, por lo que países en vía de desarrollo estarán lejos de tener una experiencia completa”, dijo
Aun así, es importante tener presente que muchos catalogan esta iniciativa como un lienzo en blanco, pese a que existen espacios similares como ‘Second life’ y ‘The Sims’, aunque no tan desarrollados. Por ahora, este universo no tiene bases concretas sobre las cuales pensar en que se tendrá acceso al mismo en el corto plazo, para lo cual se depende exclusivamente del desarrollo de tecnología y herramientas que faciliten la inmersión en esta experiencia.
Hasta el momento, Nvidia, una de las compañías desarrolladora de chips más grandes de dicha industria, ha mostrado interés en que funcione el concepto de metaverso, ya que ha estado buscando oportunidades de crecimiento que vayan más allá de las tarjetas gráficas para videojuegos, opciones entre las que se encuentran la inteligencia artificial.
Para Javier Villamizar, managing director de SoftBank Investment, “un ingrediente clave de la tormenta que ha hecho estallar el interés por el metaverso y la especulación en activos digitales es, en definitiva, la pandemia, fenómeno que ha potenciado el desarrollo de lo digital, la revalorización de las criptomonedas y la participación de artistas líderes en su sector que han visto el potencial de una nueva transformación de lo que entendemos como arte”.
Puede ser inversionista a través de NTF
Este universo moverá US$800.000 millones en 2024, transformando prácticamente todas las industrias y dando lugar a nuevas oportunidades comerciales de inversión. Actualmente existen herramientas de este tipo como los tokens no fungibles (NFT) o exchange trade funds (ETF), activos que representan digitalmente una amplia gama de elementos únicos como arte y artículos de colección en los que puede depositar cierto capital y beneficiarse. Ya existen plataformas como Decentraland y The Sandbox que permiten la compra de parcelas virtuales de tierra y la construcción de ciertos elementos.