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La tecnología es como la moda, muchos la llevan, pero pocos se dan cuenta cuándo no funciona. Nos encanta predecir qué sucederá. Parece que sabemos cuál será “la próxima tendencia”. ¿El “metaverso”? Hablemos de esto.
Hace un año, el término difícilmente existía. Hoy, no podemos vivir sin él, al menos esto es lo que parece. ¿NFTs? No sabemos realmente para qué sirven, pero tenemos que entrar a ese mundo. Todo es mejor si no nos lo perdemos. Esta extraña y curiosa situación tiene un nombre: ‘Fomo’ (Fear of missing out) o el miedo a perderse la tendencia actual. Vemos por el espejo retrovisor con miedo y nos acordamos de lo que sucedió con TikTok: pasó de ser desconocido a conquistar todo en muy poco tiempo: la moda, la política, el emprendimiento. ¿Cómo pudimos habernos perdido esto? Claro, no podemos permitir que vuelva a suceder. Entonces parece ser más seguro entrar en la moda “digital”, sin importar de lo que se trata exactamente. ¿FinTech? Suena bien, es una tendencia, creemos una.
Mejor tomémoslo con calma. La tecnología llegó hace mucho para mejorar y facilitar nuestras vidas, y no al revés, está cambiando todo a un ritmo increíble, pero también está alterando nuestro comportamiento. Aparecen cosas “sin las cuales no podemos vivir”; cuidamos a los niños con una Tablet, vemos Netflix y pedimos todo por Rappi, queremos volvernos influenciadores e invertir nuestros ahorros en el extraño mundo de las criptomonedas. Parece que hay un sendero aquí. Las tecnologías que realmente facilitarán nuestras vidas son las que adoptamos. Aquello que cambió la vida de muchos en el trabajo durante la pandemia no es una solución de high-tech, sino una herramienta como Zoom, una tecnología que ha existido por años, porque facilita nuestras vidas.
Miren el ejemplo de la Realidad Virtual (VR). Su llegada revolucionaria se sigue anunciando cada año desde 2005, pero hasta que no podamos teletransportarnos, dudo que estaremos viviendo una verdadera revolución.
Es importante saber qué está en tendencia y así adentrarnos a ese ‘Zeitgeist’, especialmente cuando trabajamos en marketing o tecnología, pero es igualmente importante tener criterio. Si se quiere estar en la jugada, hay seguir la formula al pie de la letra: la tecnología tiene que proveer valor, no solamente un valor percibido.
Tenemos que aceptar que es difícil predecir tendencias y aún más imposible el futuro. Si bien se puede anticipar uno a algunas realidades del individuo, esto no aplica para un grupo de personas. Por ejemplo, los avances en medicina pueden ser irrelevantes cuando podemos editar genes a través de Crispr. Y quién necesita carros auto-dirigidos cuando todos podríamos estar volando en drones autónomos. Una cosa impacta el desarrollo de otra y así sucesivamente.
Resulta mejor ver lo esencial, en vez de predecir lo obvio o lo absurdo. La tecnología que realmente cambió nuestras vidas prácticamente nunca se predijo: el Smartphone. Cada vez será más difícil predecir hacia dónde vamos. 60% de la generación Alfa dice que la virtualidad es más importante que la realidad. ¡De veras! Tengo pruebas. Hace una semana recogí a mi hija de 15 años y a sus tres amigas del colegio. Durante todo el trayecto, no se dijeron una sola palabra. Cuando llegamos, pregunté a mi hija: ¿Por qué no hablan, pelearon? Ella respondió: Claro que hablamos todo el tiempo, por Snapchat. Entonces, para los amantes del metaverso, es posible que inclusive éste se vuelva un punto esencial de nuestras vidas, en donde la virtualidad supera la realidad.
