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Este desarrollo se está abriendo espacio en diferentes facetas de la vida de los seres humanos y 45% de las organizaciones cree que mejorará el trabajo
La disciplina informática que trata de crear sistemas capaces de aprender y razonar como un ser humano, la Inteligencia Artificial (IA), revolucionó la industria tecnológica y hoy en día está presente en el día a día de las personas. Por lo menos hasta mediados de junio de 2019, la inversión en aprendizaje automático ascendía a más de US$45.000 millones entre aplicaciones y plataformas relacionadas, según Statista.
Por medio de esta se pueden hacer cosas que el ser humano nunca se imaginó como, por ejemplo, conducir un auto y hasta crear un asistente virtual capaz de pensar similar al cerebro. Según Statista, existen cuatro tipos de inteligencia artificial que se podría decir se determinan por su grado de influencia en determinada actividad. Primero están las máquinas reactivas: no tienen la capacidad de formar recuerdos ni de utilizar experiencias pasadas para tomar decisiones presentes o futuras.
Luego están las que tienen una memoria limitada. Las máquinas que utilizan esta modalidad sí son capaces de mirar al pasado, aunque de forma limitada. Es decir, pueden almacenar la información que recogen durante cierto tiempo y añadirla a su programación para crear nuevos patrones de comportamiento que puedan usar en el futuro.
Según la teoría de la mente, en este punto se encuentran aquellos sistemas que entienden cómo funcionan las personas, objetos o el entorno que los rodea. Son capaces de aprender de los comportamientos de las personas y, con base a ellos, deducir nuestros gustos, necesidades, deseos, etc. Además, se clasifican en autoconciencia, que son aquellas en donde la inteligencia artificial tiene conciencia de sí misma y se reconoce como un ente independiente, capaz de tomar decisiones propias.
Entonces, según estas clasificaciones le mencionaremos algunos ejemplos en dónde se ya se están usando la inteligencia artificial y lo que puede hacer.
“La IA mejora la eficiencia, impulsando la innovación, ha permitido automatizar una amplia variedad de tareas aumentando la eficiencia y reduciendo los costos".
“La inteligencia artificial y conectividad han reinventado las rutinas al permitir que los productos puedan ser controlados de forma remota como SmarThings”.
En términos ambientales con la ayuda de la IA, según la comisión europea esta puede usarse para construir un sistema alimentario sostenible que garantice comida más sana al minimizar el uso de fertilizantes, pesticidas y el riego; mejorar la productividad y reducir el impacto medioambiental. Además, los robots podrían quitar las malas hierbas y reducir el uso de herbicidas. Incluso, hay granjeros que usan está tecnología para controlar el movimiento, temperatura y consumo de alimentos de sus ganados.
Así mismo algunas empresas globales como Samsung, están implementando la IA en sus productos para contribuir al ahorro de agua y energía. Es el caso de las lavadoras que incluyen tecnologías como super speed y speed shot que reducen el tiempo de lavado a 30 minutos gracias a que disparan potentes chorros de agua, eliminan el detergente de las fibras y garantizan una limpieza profunda en menos tiempo. En el caso de las neveras, su compresor digital inverter genera un ahorro de energía de hasta 50% frente a modelos convencionales.
En lo relacionado a la salud, esta tecnología ayuda a la salud de los usuarios a través de la innovación en máquinas, medicamentos y tratamientos que salvan vidas y mejoran la calidad de vida. Por ejemplo, la telemedicina, monitoreo remoto, procesamiento de datos, impulsado por la inteligencia artificial, son innovaciones para el cuidado de la salud.
Así se han creado productos que ayudan tanto al cuidado personal cómo a mejorar las condiciones de vida como los smartwatch, que son capaces de medir el pulso cardíaco, monitorean las diferentes etapas de relajación durante la noche.
Además, por medio de la IA se pueden detectar enfermedades con anticipación. Es el caso de los investigadores del Hospital General de Massachusetts y el MIT Csail (Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial del Instituto de Tecnología de Massachusetts), que crearon un modelo de deep learning que es capaz de predecir a partir de una mamografía si la paciente presenta riesgo de desarrollar cáncer de mama cinco años antes.
En el ámbito laboral, la IA puede evaluar objetivamente las habilidades y competencias de los candidatos, comparando sus cualificaciones y experiencia con los requisitos del puesto. Esto ayuda a identificar a los candidatos más adecuados para el trabajo. También tiene el potencial de reducir sesgos humanos en el proceso de selección, siempre que se diseñen y auditen algoritmos y modelos de aprendizaje automático de manera justa. Además, puede utilizarse para predecir la adaptabilidad, el rendimiento y la retención de los candidatos, lo que permite tomar decisiones de contratación más informadas.
Así mismo se han creado aplicaciones como Fintonic, MoneyWiz o Spendee que ofrecen consejos para ahorrar, analizan sus cuentas domésticas, las ordena y proponen métodos de reducción de gasto, si es necesario, o incluso préstamos). También, se han creado robots que pueden llegar a suplir trabajos como, por ejemplo, ‘Robothespian’.
Obstáculos para implementar la IA
Empresas de todo el mundo están en la búsqueda de implementar esta tecnología en sus compañías para optimizar labores. Sin embargo, se enfrentan con obstáculos como la falta de perfiles con habilidades y experiencia para la adaptabilidad de la misma. Según Felipe Lizcano, cofundador de Techcetera y Red Design Systems, dos emprendimientos tecnológicos, la falta de datos porque sin eso no se puede hacer o aplicar algoritmos de aprendizaje de máquinas, falta de sistemas o medios para la interpretación de las tendencias o patrones.
