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Por medio de juegos y actividades lúdicas los menores aprenden a su ritmo y en diversos idiomas, desde los números y las letras, hasta cómo hacer operaciones matemáticas
En los últimos meses las familias han regresado al hogar, para convivir, estudiar y trabajar a causa del aislamiento preventivo, lo que se ha convertido en un gran reto, no solo por temas de acceso a internet y a los equipos necesarios para hacerlo, sino porque muchos papás no tienen el tiempo suficiente durante el día para apoyar a sus hijos o no saben qué actividades ponerles para que no se aburran en sus tiempos libres.
Para ello existen muchas aplicaciones que le permiten a los menores divertirse mientras aprenden por medio de juegos, videos, canciones y demás, así como realizar un trabajo independiente y avanzar a su ritmo, según sus habilidades.
Cabe resaltar que, si bien estas herramientas son seguras y le dan la opción a los niños y niñas de que puedan realizar las actividades solos, es muy importante que siempre cuenten con la supervisión de algún adulto. De hecho, hay varias aplicaciones que permiten que los padres puedan revisar el proceso de sus hijos y las actividades que realizan.
Gonzalo Rodríguez, CEO de Papumba, explicó que este tipo de plataformas o aplicaciones son para que los niños desarrollen habilidades de razonamiento, resolución de problemas, y para que tengan un acercamiento al mundo natural, las emociones, la inclusión y hasta entender cómo manejar situaciones de bullying.
Hay aplicaciones que también refuerzan el tema del aprendizaje en diversos idiomas, como es el caso de Jardín niños, que le permite a los más pequeños aprender los nombres de letras, números y objetos en 12 lenguas.
Rodríguez también afirmó que, “la tecnología es un complemento que debe potenciar a la educación tradicional. Se trata de encontrar, para cada desafío de aprendizaje, la mejor herramienta disponible, sin importar si es analógica, digital, vieja o nueva. La más útil, eficiente y valiosa para los chicos y chicas, en cada oportunidad y para cada desafío”.
Es muy importante que los niños puedan desarrollar estas habilidades con las distintas herramientas que tengan a su mano sin sentirse presionados, debe ser un proceso divertido, por lo que aplicaciones como Smartick, ideal para que niños y niñas entre cuatro y 14 años aprendan matemáticas, propone ejercicios de 15 minutos al día, que se van adaptando a las respuestas y habilidades de cada persona.
Otra aplicación que enseña matemáticas a los menores es Aula Itbook, con la cual los niños y niñas aprenden a resolver sumas, restas, multiplicaciones y divisiones mientras desarrollan y consolidan sus habilidades de cálculo a la par que navegan a través de diez escenarios temáticos.
El mundo de Masha y el oso le abre a los menores la posibilidad de aprender al mismo tiempo que pintan y colorean; buscan palabras; memorizan objetos y siluetas. También resuelven rompecabezas y hacen música con diversos instrumentos o completan operaciones matemáticas.
A la hora de educar a un niño, también es importante tener en cuenta temas no tan comunes como lo son los números y las letras, pues asimismo, deben aprender a identificar sus emociones y cómo manejarlas.
Aprende las emociones, le permite a niños, por medio de las historias contadas por Quique, una ardilla que es el personaje principal y que interactúa en español, inglés, finlandés y árabe a conocer los sentimientos. Este juego permite elegir el nivel según la edad.
Víctor Hugo Malagón, presidente del Foro de Presidentes, resaltó la importancia de estas herramientas, porque, además de apoyar a los padres en el proceso educativo de sus hijos, “esta transición hacia lo digital se debió haber dado desde hace muchos años, pero era una idea que se quedaba en los discursos y que con la coyuntura mundial tuvo que acelerarse, llevando a los colegios y entidades educativas a acomodar sus planes”.
Deserción escolar y retos por covid-19
En Colombia hay cerca de 10 millones de estudiantes matriculados en el sistema educativo, según el LEE, que están en riesgo de deserción por el impacto que ha tenido el covid-19 en la economía que ha hecho que las familias de muchos de ellos no tengan los recursos suficientes para continuar con este proceso.
Esta institución también resaltó que la tasa de deserción promedio que se tiene actualmente en el país es de 3% cada año. Asimismo, develó que 32% del total de los estudiantes que se matricularon en 8° durante 2015 no se graduaron de 11° en 2018, que era el tiempo estimado.