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TECNOLOGÍA

Las cuentas foodies con las que aprenderá sobre comida en las redes sociales

sábado, 22 de julio de 2017

La decisión de escoger un restaurante ya no es compleja gracias a la ayuda de los food bloggers que seleccionan los mejores lugares para ir

Antes, para escoger un restaurante se debía pasar por un proceso de selección arduo en el que se tenía en cuenta el gusto de cada familiar. Ahora, el asunto se simplificó gracias a los ‘foodies’ o ‘food bloggers’ que recorren cada establecimiento para escoger los mejores platos y así ahorrar el tiempo de una difícil decisión que se toma solo viendo sus redes sociales.

En Colombia estos conocedores culinarios han venido ganando terreno y ahora tienen un movimiento que les ha permitido darse a conocer dentro del mundo gastronómico.

Algunos ejemplos de estos perfiles con los que las personas aprenden sobre composición de platos, términos de la carne, texturas y la manera de jugar con los sabores son Mateo & mateo, La Pobre Viejecita, El Tenedor Rosado y Tasty Bogotá.

Y aunque es una tendencia que nació recientemente, este término inglés se creó en 1984 por Paul Levy, Ann Barr y Mat Sloan quienes lo usaron por primera vez en el libro “The Official Foodie Handbook” y se asocia a las personas que son aficionadas a las comidas y bebidas, pero no se consideran críticos gastronómicos ni chefs.

Para estos food bloggers las redes sociales se han convertido en su fiel acompañante, pues por medio de sus publicaciones logran que sus suscriptores conozcan un plato desde su aspecto estético, la composición de los ingredientes y también el precio promedio que deben pagar por cada selección.

Mateo Quintero y Mateo Urdaneta son los jóvenes detrás del blog Mateo & mateo que al día de hoy completa 41.100 seguidores en su página de Instagram, 1.017 me gusta en Facebook y entre 2.000 y 3.000 lectores por mes en su blog.

En conversación con LR los estudiantes de diseño y de cine y televisión afirmaron que “nuestra idea inicial no fue nunca crear un mega proyecto y llegar a miles de personas, sino iniciar con un hobby sin saber el funcionamiento de los foodies, y las cuentas que existían”.

LOS CONTRASTES

  • Mateo UrdanetaFood blogger de Mateo & Mateo

    “Ayudamos a nuestros seguidores a que se salgan de su zona de confort y conozcan más sobre el mundo gastronómico”.

  • Juan Manuel BarrientosChef y dueño restaurante Elcielo

    “Hay varios tipos de foodies, pero los mejores son los que se toman en serio el trabajo, estudian, comen y viajan, y nunca hablan mal sin razón”.

Con una inversión inicial de $500.000 Mateo grande y Mateo chiquito, como son conocidos popularmente, iniciaron publicando los primeros seis meses dos veces por semana, y hoy con el nuevo formato de ‘desayunos al cuadrado’ publicaron seis reseñas en un mes.

Para Urdaneta las redes sociales son una herramienta que ellos han aprovechado para educar a sus seguidores, ya que “el lenguaje que manejamos es sencillo y entendible, y también explicamos los términos oficiales que solo chefs o críticos conocen. Y además algo que nos diferentes es la importancia que le damos a la estética y el cómo tomamos las fotografías de nuestras sugerencias, pues siempre serán dos platos”.

Aunque erróneamente las personas creen que ser foodie es comer gratis en cada restaurante al que van, estos jóvenes afirman que 70% son los lugares a los que van a comer son pagado por ellos mismos y 30% son invitaciones. Por esto critican la competencia desleal que se puede dar cuando en un día se crea un perfil que ya cuenta con más de 5.000 seguidores, y es allí donde se conoce la corrupción en la compra de usuarios y perfiles para poder comer gratis.

La Pobre Viejecita es otro de los perfiles más reconocidos dentro del mundo de los ‘food bloggers’ detrás de este nombre de uno de los poemas más representativos de Rafael Pombo está un joven de 24 años graduada en artes visuales y literatura, que desde pequeña siempre tuvo un gusto por la cocina y era la guía gastronómica de sus amigos y familiares.

Iniciando con 20 visitas en la página web, la cual ya cuenta hoy con más de 1.000 lectores al mes, como afirmó La Pobre Viejecita la idea nunca fue llegar hasta ese punto. No soy crítica gastronómica porque “prefiero hablarles a los comensales del común, con un lenguaje más informal y que las personas pudieran relacionarse sin que llegue a considerarse elitista, porque cualquier persona puede ir a un restaurante y saber disfrutarlo”.

Para ella sus ‘nietecitos’, como se refiere a sus seguidores, son la conexión más importante que pudo crear por medio de sus redes sociales y agregó que “las redes sociales han ayudado a que se cambie la forma como se accede a la información, permitiendo también que sea información fácil, entendible y para todo el público”.

Según Juan Manuel Barrientos, chef y dueño de ElCielo, hay tres tipos de foodies “personas muy serias que hacen el trabajo bien, estudian, viajan y comen. Pero otros destructivos que se enfocan en resaltar los errores y destruir los negocios”.

Es por esta razón que no todos los foodies son seguidos y queridos por las personas sino que se quedan en críticas destructivas. La utilidad de estas reseñas y consejos desde lo más común de las personas toma relevancia para los comensales y sus decisiones sin embargo, como dicen los chef no todos deben ser referencia por lo que se recomienda ser selectivos a la hora de seguir a estas personas.

La corrupción en el mundo de los blogueros

Para Mateo & mateo y La Pobre Viejecita, el movimiento de los foodies o food bloggers ha tenido un crecimiento importante durante el último año, pero también afirman que aunque tienen un grupo estable de foodies, que se apoya entre ellos, la competencia en la que se han visto envueltos es injusta. Manifiestan que de un día para otro aparecen cuentas con miles de seguidores y solo una foto publicada, y es ahí en donde también se ve la corrupción, porque ellos han ganado los seguidores que tienen con esfuerzo y sacrificio.

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