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Los portales de Wall Street Journal y New York Times son los referentes internacionales.
Los 700.000 suscriptores web que ha conseguido el Financial Times entre 2007, cuando decidió que tanto sus contenidos impresos como digitales tendrían un precio en la web (paywall), y 2017, cuando el número de suscriptores de la edición impresa se ubicó en 190.000, confirmaron que el valor de la información se extendió del papel a la pantalla, con modelos en los que el contenido de calidad gratuito está en vía de extinción.
Bajo el mismo esquema, Wall Street Journal consiguió 1,2 millones de usuarios en la web entre 2009 y 2017. Pero para ese entonces, The New York Times, el gran referente mundial en monetización de contenidos informativos en la web, ya llevaba ocho años en el mercado probando el modelo ‘metered’, con el que cobraba a partir de determinado número de noticias leídas y con el que logró cerrar 2017 con 2,3 millones de suscriptores.
La búsqueda de nuevas salidas financieras ha sido el resultado de un coctel de cambios de la industria editorial que no ha sido ajeno en Colombia y que reúne tres ingredientes: la caída de la circulación de las ediciones impresas, la reducción de la publicidad en el papel (como consecuencia) y, ahora, la ralentización de los ingresos por publicidad digital a causa del auge de los sistemas de pauta que manejan firmas gigantes de la informática como Facebook y Google.
Bajo ese panorama los medios tenían hasta hoy cinco caminos, de los cuales por lo menos dos ya no resultan estrictamente más rentables para el negocio. El primero, era la publicidad digital y el segundo es el crowdfunding, un sistema de donaciones que, puede garantizar la existencia del medio (como lo han hecho los nativos digitales), pero que no necesariamente resulta rentable para quienes están buscando recuperar sus ingresos de los impresos, a través de conquistar cibernautas.
Así, hay tres salidas restantes: exigir a los usuarios el pago total por la información que está en su web y que incluye la del papel (pay wall), cobrar a partir del consumo de cierto número de artículos (metered), u ofrecer una suscripción paga a cambio de contenidos adicionales. Cualquiera que sea el camino, los directores de los medios coinciden en que es necesario darle un valor a la información.
El Espectador dio el primer paso hace unos meses hacia la evolución del sistema de financiamiento de las publicaciones impresas cuando anunció que, luego de leer 20 artículos en su sitio web, los usuarios debían pagar para seguir consumiendo su contenido (paywall).
Los precios que estableció fueron $19.000 mensuales, $66.000 para la suscripción semestral y $90.000 para la anual. En su momento, el director del diario, Fidel Cano, aseguró que la meta para 2018 es conseguir 4.000 suscriptores en línea, un proyecto que va acorde a lo conseguido hasta ahora.
“Estamos muy contentos, la reacción de los usuarios ha estado por encima de las expectativas que teníamos y las cifras que nos planteaban los asesores. Es muy pronto para cantar victoria pero vemos que la gente está dispuesta a pagar por contenidos de calidad”, aseguró Cano, quien agregó que “El Espectador fue el primero, pero todos los medios están avanzando en el mismo camino”.
Tras concretarse ese primer paso, la Revista Semana también anunció que a partir de hoy monetizara sus artículos de la edición impresa en la web. El sistema funcionaría bajo el esquema ‘freemium’, en el que están libres los contenidos digitales pero existe un pago por otros adicionales.
El Tiempo y El País de Cali también están haciendo sus primeras pruebas para incursionar en la era de los cobros digitales. Y aunque hasta el momento, sus lectores no deben pagar, los portales de ambos periódicos exigen el registro de los datos de sus usuarios luego de que estos completen una cuota de contenidos leídos. En el caso de El Tiempo son 18 al mes y en el de El País, 20.
Roberto Pombo, director de El Tiempo, dijo que “con el registro hemos logrado entender muchísimo mejor quiénes son nuestros usuarios más fieles, qué les gusta y cómo consumen. No tenemos una fecha definida para el cobro pero es un paso inevitable”.