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Dos tercios de los proveedores prevén que la atención remota será frecuente y 60% de los pacientes están dispuestos al cambio
A partir de las crisis sanitarias del covid-19, el sector salud ha sufrido grandes transformaciones en medio de su adaptación a la nueva realidad, siendo uno de los sectores más golpeados por la pandemia.
Con la llegada de la virtualidad, debido a los confinamientos que trajo consigo el virus, las consultas médicas empezaron a realizarse de manera remota y, de acuerdo con el más reciente informe de Boston Consulting Group, esta es una tendencia que se va a afianzar en el sector.
El estudio, que se llevó a cabo a partir de una serie de encuestas a ejecutivos de atención médica, proveedores y pacientes, plantea que el uso de la telesalud ha caído levemente desde su punto máximo en 2020, pero sigue siendo 11 veces más alto que antes de que comenzara la pandemia.
Además, este revela que la atención comienza con la interacción digital en las primeras consultas y para ciertas especialidades y tratamientos, por lo que la virtualidad será una opción común en la mayoría o en todos los puntos de atención.
“A medida que cambia la prestación de la atención médica, los proveedores deben crear ecosistemas que integren las modalidades digital y presencial”.
“Invertir en investigación médica es fundamental para estar preparados ante amenazas a la seguridad pública, más recurrentes en un mundo cada vez más conectado”.
Dos tercios de los proveedores opinan que el uso de consultas virtuales se acelerará en los próximos tres años y más de 30% proyecta que el uso de herramientas digitales y de diagnóstico por parte de los pacientes es común en la actualidad, el doble de los proveedores que pensaban en esta opción en 2019, cuando 17% tenía esta opinión antes de la pandemia.
La mayoría de los proveedores consultados también cree que hasta 60% de las interacciones con los pacientes para la atención primaria se llevará a cabo de manera virtual en los próximo tres a cinco años.
También, llama la atención que casi la mitad de las consultas en cardiología o cirugía general, y más de la mitad de las consultas de dermatología, se podrán realizar de manera virtual. Esto teniendo en cuenta que la mayoría de las consultas remotas en estos campos específicos serían en revisiones de pruebas y exámenes, y seguimientos a largo plazo.
El estudio alerta que la virtualidad en las consultas se convertirá en una necesidad. Aunque algunas especialidades seguirán requiriendo interacciones físicas, las empresas que no tengan la capacidad de interactuar digitalmente perderán pacientes, clientes y socios.
Por su parte, los pacientes consultados también muestran un cambio en la preferencia de los hospitales y los sitios de atención relacionados.
Según proyecciones de Boston Consulting Group, un tercio de todo el volumen hospitalario podría trasladarse a entornos ambulatorios, domiciliarios y de visitas virtuales durante los próximos diez años.
“Cada día se conocen nuevas soluciones para cubrir más pacientes móviles y más puntos de atención, incluidos diagnósticos, atención de urgencia, atención primaria y atención especializada”, dice el informe.
Asegura el estudio que 60% de los pacientes está dispuesto a dejar de recibir la atención médica en un hospital, mientras que 52% preferiría recibir atención únicamente en clínicas independientes, consultorios privados o donde el médico recomiende y 32 % está dispuesto a ir a cualquier sitio que su médico diga para su cuidado.
Así mismo, más de 40% de los ejecutivos del sector de la salud esperan ver un aumento en los procedimientos realizados en entornos ambulatorios para pacientes que así lo requieran y más de 60% esperan ver atención brindada en lugares no clínicos, como en los hogares.
“A medida que cambia la prestación de la atención, los proveedores deben crear ecosistemas que integren las modalidades digital y presencial. Brindar una experiencia de atención cohesiva a lo largo del viaje del paciente requerirá que los proveedores se asocien de manera más fluida con otras partes interesadas. Una de las principales tareas para los proveedores es determinar la cantidad y el nivel de asociaciones con los actores farmacéuticos, de tecnología médica y de seguros para brindar una experiencia cohesiva al paciente y entregar los mejores resultados mientras se mantiene la ventaja competitiva”, dijo Marcial González, director general y socio de BCG.
La inversión en tecnología médica e investigación para facilitar las consultas virtuales también se ha incrementado a partir de la pandemia.
El informe asegura que la financiación de riesgo en el cuidado de la salud superó los US$20.000 millones en septiembre de 2021, a falta de tres meses de terminar el año, y el monto promedio de los acuerdos de financiación también aumentó a US$39 millones, cuando en 2019, apenas se invertían US$7.900 millones en salud digital con un monto por transacción de US$19,9 millones, es decir, que desde que inició la pandemia hubo un aumento de 165%.
“Invertir en investigación médica es fundamental para estar mejor preparados ante amenazas a la seguridad pública, que serán más recurrentes en un mundo cada vez más conectado. La investigación médica sirve para una toma de decisiones informada y con base en evidencia, y que desde la prevención sea posible mitigar los riesgos”, afirmó Claudia Navas, analista de Control Risks.
Retos en la contratación de talento médico
Según la encuesta realizada por Boston Consulting Group, 72% de los proveedores dijo que el covid-19 ha tenido efectos negativos persistentes en la satisfacción del personal médico por el agotamiento y la inflación de los costos laborales. A esto se le suma que la digitalización, la atención virtual y entornos de atención más variados presentan desafíos de personal y organización para las compañías farmacéuticas, de tecnología médica y de seguros, que deben hacer la transición hacia formas de trabajo más biónicas en un momento en que el talento escasea.
