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La monarca de Inglaterra y Estados de la Mancomunidad, deja un reinado de US$81.735 millones, y una cultura en cine y literatura
Entre 1952 y 2022 se vivió el reinado más largo de la historia del Reino Unido con la Reina Isabel II completando 70 años a la cabeza del Palacio de Buckingham. Desde su trono real vio pasar a más de una docena de primeros ministros, cerca de 20 Juegos Olímpicos y seis Papas. La última vez que se le vio, fue el martes, con la primera ministra Liz Truss en el castillo Balmoral.
Sorpresivamente, en diciembre de 1936 supo que sería la responsable de llevar la Corona durante los años venideros, hecho que había descartado al no encontrarse en la línea de sucesión directa. Sin embargo, la decisión de su tío David, el rey Eduardo VIII de abdicar al trono para casarse con Wallis Simpson cambió el curso de la historia, delegando la responsabilidad monárquica sobre el príncipe Alberto, quien tomó el título de rey Jorge VI y puso en el foco a Isabel Alejandra María Windsor, esgrimiendo a Su Majestad como la piedra angular sobre la que se constituyeron décadas de un imperio.
Desde ese momento, la Reina Isabel II asumió su destino con vehemencia y determinación. Sin quererlo, parecía estar hecha para ocupar su lugar, demostrando un sentido de responsabilidad, empatía y una forma distinta de leer el mundo en el que creció y en el que, desde muy pequeña, su padre fue fundamental.
El mismo Winston Churchill, antes de convertirse en primer ministro, dijo que poseía un aire de autoridad asombroso en una niña.
Aunque no asistió a una escuela formal, sino que recibió clases personalizadas necesarias para cuando llegara el momento de asumir el trono, se convirtió en experta en idiomas, estudio la historia constitucional y presenció la Segunda Guerra Mundial, época en la que ofreció particulares mensajes de esperanza a los niños británicos y decidió tener una cercanía no vista con su pueblo y la Mancomunidad de Naciones.
En 1939 encontró el amor. La princesa de 13 años asistió a una visita a la Escuela de la Royal Navy en Dartmouth, donde conoció al príncipe Felipe de Grecia. Si bien no era la primera vez que se encontraban, su relación se empezó a construir a través de cartas en las que compartían sus más profundos pensamientos. El 20 de noviembre de 1947 contrajeron matrimonio en la Abadía de Westminster, abriéndole las puertas a este para convertirse en el duque de Edimburgo.
Tiempo después de asumir su cargo, la Reina Isabel II declaró: “No tuve un período de aprendizaje. Mi padre murió demasiado joven y todo se produjo muy repentinamente”. Su llegada se dio en un momento histórico en el que el país sufría los efectos devastadores de la guerra, por lo que su coronación - la primera en ser transmitida por televisión - fue vista como una nueva oportunidad para l nación, que luchaba por mantenerse a flote.
Los efectos se hicieron evidentes cuando en 1953 emprendió una gira, donde comprobó que muchas de las zonas en las que el imperio británico tenía poder se habían independizado.
En 2021 falleció el Duque de Edimburgo, con quien estuvo casada por 73 años. “Ha sido mi fortaleza y se ha quedado todos estos años. Su familia, este y muchos otros países, le debemos mucho más de lo que él admitiría y de lo que nunca sabremos”, aseguró al final de los 90 en una entrevista.
En las calles se dejará de escuchar “Dios salve a la reina”. Ahora, quienes deseen honrar a la monarquía gritarán “Dios salve al rey”.
La monarca de Inglaterra y Estados de la Mancomunidad, deja un reinado de US$81.735 millones, y una cultura que ha tocado la industria del cine, la televisión y la música.
