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Entre las opciones destacan Ichel Gonet Blanc de Blancs Grand Cr y Alta Alella Mirgin Laietá, ideales para preparar con ciertos platos
Llegan las vacaciones de mitad de año y con ellas la oportunidad de saborear y disfrutar de nuevas sensaciones mientras goza del verano, idóneo para relajarse y entregarse a los placeres más exquisitos, que incluyen la gastronomía y, por supuesto, una buena champagne.
“Entre las opciones destacan los espumosos gracias a su versatilidad que, además de refrescar, limpian el paladar y realzan los sabores. Este tipo de bebida los he maridado con otros tantos platos y el resultado es una explosión de sabores irresistibles para el paladar”, asegura Hernán González, chef madrileño.
La primera de estas es la Michel Gonet Blanc de Blancs Grand Cru 2014 que destaca por su elegancia, frescura, acidez, mineralidad, complejidad y, sobre todo , una excelente relación calidad precio. Es un caballo ganador que se puede preparar con alitas de coliflor y brócoli con rebozado cajún y salsa de yogur a la hierbabuena.
Le sigue Alta Alella Mirgin Laietá 2017, untuoso, con buena acidez y un equilibrio en boca recomendado para toda la comida, pero, especialmente, para los espárragos IGP Navarra con holandesa de pomelo rosa y salmón marinado a los cítricos. Aúna una fruta bien puesta con la complejidad que le dan los 36 meses mínimo de crianza sobre lías.
También está Gramona III Lustro. La elegancia de esta firma se ve magnificada en este espumoso. Con la calidad del sello Corpinnat y un magistral uso del licor de expedición, la familia de esta marca deleita con un vino complejo, elegante y redondo que le va genial a las alcachofas orientales, salteadas con salsa de soja, panceta de bellota y pipas tostadas de girasol.
Raventós y Blanc “De Nit” Rosé está entre los recomendados debido a que la incorporación de la monastrell al coupage clásico del cava le aporta unas finas notas de flores rojas y un toque de vinosidad. Es fresco, divertido y con una burbuja muy agradable que le da un toque especial a mis Bravas del sudeste asiático.
Finalmente está Torelló 225, fermentado y criado en barricas de roble que le aporta notas especiadas y tostadas a un excelente vino base. Buena acidez y larga crianza hacen de este espumoso una gran elección para acompañar a unos Callos a la madrileña. Además, resalta Marteletti Brachetto d’Aqui Con un ligero dulzor, balanceado con una buena acidez y un cuerpo medio.
Destaca el ‘Jarrón con flores’ que fue pintado en 1956, un año clave en la trayectoria del maestro. La pieza tiene un precio de salida de $250 millones y puede alcanzar hasta $450 millones
El tenis es una industria que mueve cerca de US$7.860 millones al año y que entrega jugosas cifras en premios como la del US Open 2024, que dio al ganador US$75 millones