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Sus más fieles seguidores comenzaron hacer fila 24 horas antes del espectáculo
Muchos hablaban del mejor espectáculo de los últimos años en Colombia, los comentarios junto a las críticas de lo que es la actual gira mundial de conciertos de Bruno Mars, hicieron que aumentaran las expectativas entre las miles de personas que se dieron cita en el estadio El Campín de Bogotá en la fría noche de este martes.
No era para menos. El protagonista es la actual estrella más brillante del panorama pop de los últimos años, está en la cúspide de su carrera, el lugar donde no muchos llegan y donde sólo unos pocos permanecen por un buen tiempo.
Es la mezcla entre talento en la composición, la posibilidad de interpretar diversos instrumentos, la indiscutible voz, un carisma arrollador y excelentes coreografías. A todo esto, se le suma un impresionante montaje, músicos de alta calidad y bailarines increíbles, hicieron del show de Bruno Mars una memorable experiencia de 90 minutos de duración.
Desde meses atrás la boletería se agotó y sólo la reventa, con precios que triplicaron el valor original de las entradas, se convertían en la única opción para poder acceder a este show. Sus más fieles seguidores comenzaron hacer fila 24 horas antes del espectáculo y el estadio estaba preparado desde el lunes con tres anillos de seguridad, el primero de ellos abierto desde las siete de la mañana de este martes.
Antes de la entrada a escena de Bruno, los asistentes disfrutaron del corto pero enérgico concierto de DNCE, agrupación liderada por Joe Jonas, recordado por hacer parte del trío musical de hermanos los Jonas Brothers. Un excelente preámbulo para el plato fuerte de la noche, con buenas canciones muy enérgicas.
Pero todos estaban a la espera del artista de Honolulú, Hawaii, quien entró en escena interpretando ‘Finesse’, entre juegos pirotécnicos y algunas pocas frases en español, entre las cuales no se cansó de repetir ‘parceros’ y hacer un recorrido musical, para algunos algo corto, pero cargado de emoción, energía, pero en especial, un despliegue de talento artístico.
The Hooligans, la banda que lo acompaña en esta gira, se mostró sólida, con músicos de alta calidad técnica, más cuando se solían unirse a las perfectas coreografías, todos perfectamente vestidos con sus camisetas de béisbol.
Y si en medio de juegos pirotécnicos comenzó, así mismo terminó pasadas las diez de la noche es te memorable espectáculo que dejó con una amplia sonrisa a cada uno de los asistentes al estadio, con la esperanza de volver a ver a Bruno Mars en el escenario.
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