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Ante la contaminación que genera el consumo masivo de prendas, La moda se transforma para tener prácticas más éticas y con conciencia ambiental
Según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta, principalmente por lo que se denomina “moda rápida” que consiste en lanzar colecciones que duran poco tiempo en el mercado y se renuevan constantemente; lo que es posible gracias a una producción masiva de ritmo acelerado con precios bajos.
En oposición a este modelo, ha surgido un movimiento denominado “slow fashion” también conocido como ‘moda sostenible’ o ‘moda ética’, que busca minimizar el impacto medioambiental a través de procesos de diseño, productivos y de consumo más conscientes.
Según el experto en tendencias de WGSN, Christian Acquista, “ la moda es de las industrias que más está cambiando en un corto plazo, impulsada por la nueva mentalidad consciente del consumidor”.
Lo que ha llevado a muchas marcas y diseñadores a desarrollar prácticas del slow fashion, en las que destaca el estilo atemporal, la reutilizan con materiales para darles una segunda vida o usar unos de tipo ecológico con mayor durabilidad. Un ejemplo es la diseñadora belga, Marina Yee, quien presentó en 2018 una pequeña colección de abrigos, destacando la larga vida que posee tanto el material como la vigencia del diseño.
En Latinoamérica también se están desarrollando propuestas de moda sostenible que además son más exclusivas que las prendas fast fashion, ya que se producen menos piezas con un costo mayor dado que prevalece la calidad ante la cantidad.
Así sucede en la colección ‘Asauka 2020’ de la diseñadora mexicana Daniela Villa, que contiene prendas 100 % biodegradables con fibra natural.
En Colombia el diseñador Juan Carlos Obando muestra sus piezas dos veces al año, las cuales contienen valor agregado y resaltan otra característica del slow fashion, el pago justo para cada persona que trabaja en la producción de una prenda.
Acquista explica que hay grandes marcas como Levi´s que se han sumado al slow fashion y “en sus tiendas ofrecen menos inventario y se enfoca más en ayudar a sus consumidores a alargar la vida de sus productos, creando un proceso mucho más ético”. De igual forma, la marca de tipo fast fashion H&M se ha sumado a utilizar textiles sostenibles e implementa procesos de reciclaje que se involucran con los consumidores. Mostrando así como grandes multinacionales dan pasos encaminados a que su responsabilidad corporativa impacte las tendencias de consumo.
Respecto a los compradores, se ha dado “un cambio significativo, ya que existe una tendencia a ser mucho más cauteloso con el gasto debido a los cambios que la pandemia nos ha dejado”, por lo que hay más conciencia en adquirir longevidad y versatilidad al comprar una prenda.
“La tendencia de consumo será invertir en compras inteligentes”, concluye Acquista.
Adidas Stan Smith Mylov
Con el compromiso ‘End Plastic Waste’ a partir del 2024 Adidas únicamente utilizará poliéster reciclado para sus productos, y los icónicos tenis Stan Smith tendrán un exterior hecho de Primegreen, un tejido de material reciclado. Los nuevos Smith Mylov (en foto) están hechos con raíces de hongos.
Fe Handbags desde la cultura indígena
Esta empresa fundada por Valentina Palacios trabaja con más de 100 mujeres indígenas para a preservar sus raíces y cultura. Este bolso ‘Irish’ está hecho a mano por creativas del pueblo Gunadule en el Urabá antioqueño, con materiales de alta calidad y tiene un precio de $600.000.
Juan Pablo Martínez, marca bogotana
Tiene la meta de no generar desperdicio, sus diseños se realizan con insumos como algodón reciclado y PET como es el caso de esta camisa blanca de inspiración militar. Se reinventa el proceso de desarrollo de cada prenda, se confecciona con stock muerto y telas locales.
Colección “Explora tu Casa” de Agybo
Esta marca es de los artistas Juanes y Fonseca. “No es una colección más, le estamos reforzando la idea del planeta como casa de todos”, dijo el gerente de mercadeo, Martín Fonseca. Han buscado ser sostenibles y tienen alianzas de preservación del Magdalena Medio con ‘O2 Reserve’ .
Burberry y su cambio de tradición
Según el CEO Marco Gibbetti “el lujo moderno significa ser social y abiertamente responsable”. La firma solía quemar sus piezas sobrantes para que sus productos no se devaluaran, pero desde 2018 decidió donarlos y tomar otro rumbo, por lo que ahora hace parte de iniciativas de moda circular.
Destaca el ‘Jarrón con flores’ que fue pintado en 1956, un año clave en la trayectoria del maestro. La pieza tiene un precio de salida de $250 millones y puede alcanzar hasta $450 millones
El tenis es una industria que mueve cerca de US$7.860 millones al año y que entrega jugosas cifras en premios como la del US Open 2024, que dio al ganador US$75 millones