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En su segundo libro “Bosé. Historias secretas de mis mejores canciones” anuncia que su lectura "va a romper muchas ilusiones e historias arraigadas"
Nunca imaginé que una de las canciones de la banda sonora de mis despechos románticos hubiera sido escrita para narrar un insondable dolor causado por la muerte de un padre amado.
"Dime amor, amor, amor, estoy aquí, ¿no ves?
Si no vuelves no habrá vida, no sé lo que haré
Si tú no vuelves
No habrá esperanza ni habrá nada
Caminaré sin ti
Con mi tristeza bebiendo lluvia"
Con seguridad alguien también se sorprenderá con esta verdad y la hará mas suya.
El significado y valor emocional de una canción es personal. El sentido y la interpretación, corresponde a quien la escucha. Sentir que describen un momento, un sentimiento, un lugar, un alguien; es la experiencia sensorial que las ata a nuestra vida, a la memoria. Es también una decisión personal descubrir la verdad conociendo la razón por la cual fue escrita, so pena de decepcionarse y romper esa relación de ensueño que se llega a sentir con la letra. Miguel Bosé lo advierte así.
En su segundo libro “Bosé. Historias secretas de mis mejores canciones” anuncia que su lectura "va a romper muchas ilusiones e historias arraigadas" si se quiere conocer la verdad del porque fueron escritas. Y ahí están 60 de sus más grandes éxitos. Pero no todo son un cambio de idea sobre el significado literal con el que han sido cantadas o dedicadas durante los últimos 45 años. También revela identidades de a quienes las escribió y sentimientos, sobre todo eso, la fuerza que lo inspiró en cada momento perfectamente descrito. "Mi Libertad" de 1977 es la primera. "Estaré" de 2016, la última. Un recorrido de memoria estrictamente cronológico.
Nena. “Nena/ Luna serena/ Todo es posible/ Menos tú/ Nena/ Ambar y arena/ Boca insaciable” fue escrita por y para una costarricense a quien amó profundamente y que se convertiría en la referencia para toda su vida “Después de ella, todas las mujeres que fueron entrando en mi vida, incluso las más maravillosas, las más bellas, las más brillantes, fueron medidas por una vara que dejó el listón muy alto”. La confesión va más allá. Cuenta que terminaron su relación queriéndose mucho y ella aún perdura en su memoria. Más de 36 años después “te hecho de menos nena… no te olvido” le dice.
Te amaré. “Te amaré, te amaré/ Como no esta permitido/ Te amaré, te amaré/ Como nunca se ha sabido”. De esta canción dice que nunca volvió a escribir un texto de amor más hermoso, sencillo y poderoso. “Es perfecto y las experiencias en el amor no habían tenido efectos devastadores”. Naturalmente va mucho más allá pero por el bien del descubrimiento hasta aquí está permitido adelantar el secreto.
Morenamía “Morena mía/ Si esto no es felicidad/ Que baje Dios y lo vea/ Y aunque no se lo crea/ Esto es gloria”. Una canción sensual sin duda y mundialmente la más escuchada de su repertorio en Spotify. De ella dice que no solo es sensual, es “posiblemente la canción con más alta carga erótica (…) incluso, es porno”. Y su autor lo dice con razón. Por ejemplo, confiesa que en la frase “Que nadie como tú me sabe hacer café”, no se refiere necesariamente a la bebida, es un sigla que resulta bien cargada: C de coger… y el resto viene después.
El libro en sus manos. Cada uno decidirá si quiere correr el riesgo de romperle el corazón a su memoria o tal vez recurrir a la fantasía de que una de ella es la perfecta para dedicar, enamorar o despedirse. Ahí está el secreto.
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