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Las opciones que tiene la ciudad van desde experiencias gastronómicas con chocolate o miske hasta planes de turismo de naturaleza
Famosa por haber sido declarada patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco en 1978, Quito es una ciudad que en muchas de sus facetas parece congelada en el tiempo. En el centro histórico, compuesto por 130 edificaciones catalogadas como monumentos, destacan sus casas y comercios tradicionales, que junto a la Ciudad Mitad del Mundo, población al norte de la capital ecuatoriana famosa por dividir ambos hemisferios, son algunos de los puntos más conocidos de Quito.
La oferta turística de la ciudad se ha ampliado. Hace tres años se inauguró la Casa Agave, un museo centrado en el valor histórico de esta planta para los nativos ecuatorianos. En él es posible hallar productos de Agave Spirit, marca que produce jugos y miel de agave, alcaparras con la flor de la planta, cerveza y miske, bebida alcohólica a base de la savia de agave relacionada con el tequila o el mezcal.
“Hemos generado un vínculo entre la tradición ancestral alrededor del agave y la forma de dar el valor agregado a esta tradición. Creamos este espacio, el primer museo del agave de Sudamérica y tenemos la fábrica y los procesos de producción que enseñamos a los turistas”, explicó Diego Mora, gerente de la Casa Agave y de Agave Spirit.
Otra tradición ecuatoriana es el chocolate. En Quito está la tienda de Pacarí, marca reconocida internacionalmente, y realizar una cata de chocolate orgánico. En el local hay más de 40 productos y 35 variedades de chocolate en barra. Además, los turistas pueden hacer talleres de elaboración de trufas o solicitar un tour a las plantaciones.
Si lo que busca es apreciar la gastronomía de Quito, rica en papa y maíz, puede visitar restaurantes como Pim’s, ubicado en la loma del mirador El Panecillo, o Pekaraz, en la Plaza Grande del centro histórico. Otras opciones más vanguardistas, pero que no dejan de lado los ingredientes tradicionales, son Quitu o Zerdo; pero si lo que quiere es acercarse a los sabores locales, lo recomendable es una clase de cocina en Altamira.
“Guardando la técnica ancestral y el producto en sí, para que el turista o el mismo local conozca su preparación y por qué obtenemos diferentes sabores o texturas”, explicó Edwin Yambay, chef ejecutivo de Altamira.
Quienes buscan planes de ecoturismo pueden aprovechar dos destinos ubicados a una hora de Quito: la Reserva Orquideológica El Pahuma, en la que se ven orquídeas y colibríes, y se pueden realizar deportes extremos, o hacer canopy, actividad que se basa en un sistema de cables que atraviesan por las copas de los árboles, en Tucanopy.
En cuanto a las artesanías, Quito ofrece múltiples alternativas: desde jabones de miel de Api Real, hasta juguetes tradicionales en madera de la Juguetería Zabalartes, u hojalata de la Hojalatería Silva, ubicados en la popular Calle La Ronda, hasta artesanías típicas de Casa Mariscal, o productos de diseñador en Olga Fisch Folklore.
Museo del Agave
Tal como en México con el mezcal, en Ecuador se resalta la preparación del miske a partir del agave. Aprenda sobre los usos que tradicionalmente han dado los indígenas y deguste esta bebida y otras preparaciones a partir de la planta como syrup y jugos.
Clases de cocina en Altamira
Si desea aprender de la gastronomía quiteña y preparar un locro o un encocado de pescado, puede tomar una clase de cocina en el Restaurante Altamira por US$50 en la que aprenderá técnicas tradicionales y ancestrales.
Reserva Orquideológica Pahuma
Para un día al aire libre, esta reserva es una alternativa en la que, además, hay más de 270 tipos de orquídeas. La reserva cuenta con tres cascadas para hacer rappel y es hogar de 500 especies de aves, entre ellas colibríes.
Cata de chocolates Pacarí
Ecuador es conocido por su chocolate. Visite la tienda de Pacarí, marca que tiene más de 300 premios en los Chocolate Awards, en la que encontrará 35 variedades de barras a base de cacao y aprenderá a catar chocolate.
Olga Fisch Folklore
Olga Fisch FolklorePara quienes buscan diseños exclusivos de estilo artesanal, es posible encontrar tapices hasta por US$420, alfombras entre US$200 y US$4.000 y joyería hasta por US$1.500. En la tienda, legado de la artista húngara Olga Fisch, se hallan diseños de Belén Mena.
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