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La boleta de los festivales más esperados está entre US$264 y US$500, conozca todos los precios y cuáles son sus diferenciales
Los eventos de música electrónica están teniendo su momento de oro, se recuperaron rápido después de pandemia y llegaron con ideas renovadas y nuevas experiencias para los amantes de la música electrónica.
Ahora no solo se conoce el típico Tomorrowland que, aunque de común no tiene nada, sí era el más nombrado y esperado por los Ravers de todo el mundo.
En el primer lugar de este ranking se posiciona Burning Man. Y, aunque muchos de los fans de este evento aseguran que no es un festival, sino un experimento social, se encuentra en el tope de este listado por ser el más excéntrico.
Una de las particularidades de este evento es que tiene que realizar una inscripción y responder algunas preguntas antes de pagar, por lo cual no lo hace un festival con una intención netamente lucrativa, pues no todos los que tienen el dinero logran entrar -aunque es bastante caro llegar hasta allá-.
Para lograr entrar, tiene que entender verdaderamente la esencia del Burning Man, un lugar a donde va a experimentar cosas que tal vez jamás se imaginó. Lo primordial es dejarse llevar por la música, los sentidos y por los otros participantes de este experimento, que parecen sacados de otro planeta.
Otra particularidad es que no se puede llevar dinero, por una semana el efectivo o billeteras digitales no existen. Por lo cual, en términos monetarios todos son iguales. ¿Cómo sobrevivo entonces? La idea es compartir. Ser generoso con el prójimo y, como dicen allá, "la playa proveerá".
La tercera novedad es que este festival se hace en un desierto, por eso cobra sentido la frase anterior, el medio de transporte son bicicletas y los atuendos de los asistentes son siempre fuera de lo común, con tintes apocalípticos y psicodélicos.
Los orígenes del Burning Man se remontan a 1986, cuando varios amigos quemaron una estatua hecha de madera con forma de hombre en la playa Baker Beach en San Francisco. Este momento no solo le da el nombre al festival, sino que le da el verdadero significado: quemar lo malo para dejar que lo esencial y verdaderamente importante entre.
¿Por qué? Cada año construyen el mismo hombre en madera y sus visitante escriben las cosas malas en él, al final de la semana la estatua se quema y el fuego se lleva lo que hay que dejar atrás. Al final, solo quedan las cenizas, no como símbolo de destrucción, sino de renacimiento y nuevas oportunidades.
Poco a poco el Burning Man se ha ido convirtiendo en una cita ineludible para miles de personas que durante una semana conviven en pleno desierto.
El segundo es el ya conocido Tomorrowland, celebrado cada junio. Viajar a Tomorrowland es, seguramente, el sueño de casi cualquier amante de la música electrónica. Antiguamente, viajar a Tomorrowland parecía un sueño inalcanzable; sin embargo, en la red ya abunda mucha información sobre cómollegar hasta allá.
Este festival se celebra desde 2005 y recibe visitantes de todos los rincones del mundo. Las estrellas del evento son los Dj´s de primer nivel internacional. Los creadores de este macroevento son los hermanos Manu y Michiel Beers.
En sus primeras ediciones se trataba de un festival local sin demasiadas pretensiones, pero en la cuarta edición participaron más de 100 dj´s y asistieron 50.000 personas. Cada año se baten los récords de asistencia y desde 2011 el evento tiene una duración de tres días. Las actuaciones de dance house, EDM y techno se realizan siempre en un paraje natural.
Por último, está el Electric Forest Festival. Este festival también dura ocho días y dos fines de semana donde se puede disfrutar de varios géneros de electrónica.
Ofrece lugares para acampar y vehículos recreativos, desde cabañas y casas de campo, hasta suites de hotel, todas ubicadas directamente en el recinto del festival.
Durante el día, los visitantes pueden aprovechar las numerosas comodidades de la propiedad, incluido un parque acuático cubierto de 60.000 pies cuadrados, un campo de golf de campeonato de 18 hoyos, piscinas, cabalgatas y más.
Por la noche, el bosque de Sherwood se vuelve eléctrico, regado con exhibiciones de luces asombrosas, fiestas improvisadas «secretas», personajes de otro mundo y sorpresas en todo momento.
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