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Romper objetos en espacios seguros se volvió una tendencia creciente. Precisamente, las personas acuden a los ‘anger rooms’ para descargar la rabia
¿Alguna vez ha sentido ganas de desencadenar su rabia rompiendo algún objeto pero no lo ha hecho por ser peligroso y afectar el entorno de los demás?. Pues bien, por si no era de conocimiento, desde hace varios años, existen los ‘anger rooms’ o habitaciones de la rabia, donde las personas pueden ir a destrozar todo tipo de cosas de manera segura, para liberar la rabia o el estrés acumulado.
En 2011 en Estados Unidos, fue cuando quizás se abrió el primer negocio de ‘anger rooms’. Fue exactamente en Dallas, por su creadora Donna Alexander. Allí las personas iban y hacían sus reservas como si se tratara de un hotel. El precio era desde $87.000 hasta más de $1 millón. Todo dependía del tiempo y de los objetos que se deseaban romper o también, si se preferían packs especiales para grupos.
Esa idea se catapultó y hoy existe ‘anger rooms’ en varios países como España, Italia, Brasil y Australia. Su éxito también llegó a la región, países como Chile y México ofrecen también esta particular dinámica.
Para equipar una anger rooms, se deben tener en cuenta tres pasos fundamentales. El primero es la seguridad y protección de las personas. Estas deben contar con gafas, casco de protección, ropa gruesa que se pueda dañar, zapatos cerrados de suela gruesa y guantes.
Un segundo aspecto es el lugar. Debe ser un espacio adecuado donde solo esté la persona con sus elementos de protección y los objetos a dañar. Y lo tercero, es por supuesto, los artículos, estos deben ser o imitaciones de cosas u objetos que ya no tengan una vida útil o funcional y que, por ende, se puedan dañar. Es claro, que deben ser hechos de materiales como pasta, vidrio, madera; o almohadas y saco de boxeo.
Incluso, anger rooms en Canadá, por ejemplo, incluyen packs especiales donde las personas puede ir a destruir objetos en ambientes temáticos.
Sin embargo, aunque los ‘anger rooms’ existen, expertos en salud mental explican que no puede ser considerado como una terapia para tratar problemas mentales o de ira. Esto simplemente es una actividad lúdica que, con la pandemia, se ha visibilidad más, pues los niveles de estrés se han venido aumentando por el encierro.
Pero, ¿cómo funcionan?
En las salas así, además de los objetos a dañar y elementos de seguridad, se entregan bates de béisbol o metal para romper las cosas. Las personas pueden ir solas, en pareja o grupos y romper según el tiempo que hayan comprado que va desde minutos a horas. Allí, se puede elegir música o escribir en las paredes palabras que sirvan como blanco de la ira. Al igual, pueden llevarse un vídeo de la sesión.
Espacios y reglas para la seguridad
Los ‘anger rooms’ pueden ser una práctica peligrosa si no se hace de manera segura. Cuando se acude a una de ellas, estas dan elementos de protección a las personas. Así mismo, existen unas reglas que deben cumplirse para ingresar a las habitaciones, como son ser mayor de edad, no haber consumido bebidas alcohólicas o sustancias psicoactivas. Y, no estar en embarazo, operado o lesionado.
Temáticas para mejorar el momento
Algunos espacios ofrecen elegir qué habitación destrozar: una oficina, una sala de estar, o una cocina. Por ejemplo, en las elecciones de 2016, decenas de clientes en una anger room de EE.UU. pidieron maniquíes que simulaban ser Clinton o Trump para machacarlos. Otras incluyen ofertas especiales para parejas casadas, otro en épocas de San Valentín, en fiestas de divorcio o eventos para quienes odian la navidad.
Los objetos para destrozar varían
Por US$30 en un lugar de estos de EE.UU. se puede tener 30 minutos para romper aparatos electrónicos y una pila de platos. Está destruir ordenadores por US$5, o, televisores por US$25, pues los objetos tecnológicos son los más demandados. Romper objetos de vidrio en pedazos o tablas de madera, son otras de las alternativas. Se puede también, romper cosas personales que se traigan.
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