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En la OPI, la marca de sandalias "feas" que lleva más de 250 años en el mercado, había fijado el precio de las acciones en US$46
Birkenstock, la marca alemana de sandalias “feas” y las favoritas de Steve Jobs, debutó ayer en Wall Street, pero la acogida no fue la esperada. Cifras de Bloomberg precisan que se trata de la peor apertura para una cotización de US$1.000 millones o más en dos años.
El panorama se veía difícil desde el inicio de la jornada, pues las acciones de la compañía abrieron cotizando 11% por debajo del precio establecido en la Oferta Pública Inicial, OPI, que fijó cada acción en US$46. Y al cierre, la cifra se ubicó en US$40,20, con lo que la contracción llegó a más de 12%.
Lo cierto es que de más de 300 OPI estadounidenses con ese mismo tamaño, dice Bloomberg, solo nueve han tenido peores resultados; pero Juan Pablo Vieira, analista bursátil de Tactical Trading, explica que últimamente se han presentado fuertes correcciones.
“Antes eran una muy buena oportunidad de compra, pero se ha vuelto mejor para los inversionistas esperar que los activos salgan a bolsa y marquen un piso antes de pensar en comprarlos. Existe una presión vendedora fuerte”, precisa.
Esta no es la primera vez que a una marca emblemática de calzado no le va tan bien en el mundo bursátil. Un caso reciente es el del fabricante británico de botas, Dr. Martens que, si bien presentó un incremento de 22% en el precio de sus acciones el día en que empezó a cotizar, la cifra luego fue en bajada. En el último año, por ejemplo, la contracción ha sido de casi 35%.
Además del apetito del mercado, otro factor que podría influir en el rendimiento de las marcas de zapatos es lo cambiante que es la moda. Y tanto Birkenstock como Dr. Martens se han caracterizado por un mismo eje en sus diseños a lo largo de su trayectoria. Con lo que mantenerse en los guardarropas de los consumidores también sería clave.
“Las preferencias de los consumidores pueden cambiar rápidamente, y las tendencias de moda pueden tener un impacto significativo en la demanda de productos de una empresa. Si una marca no logra mantenerse relevante o adaptarse a las tendencias cambiantes, esto puede afectar su desempeño en bolsa”, precisa Lina Bustillo, experta en lujo y moda.
Del lado de Birkenstock, algo que la favorecería (y podría a la larga cautivar a más compradores) es que se trata de una empresa rentable. Según cifras de Bloomberg, la compañía ha aumentado sus ventas, con un incremento de más de 21% en sus ganancias, que se ubican sobre US$1.200 millones en los primeros nueve meses del año.
Pese al debut, el valor accionario se situaría en unos US$8.600 millones por el momento. Después de la operación, además, el fondo L Catterton, la sociedad familiar de inversiones del multimillonario Bernard Arnault, quien también es presidente de Lvmh, seguirá poseyendo cerca de 83% de las acciones.
La fabricante ha dicho que tiene planes de expandirse, pues por ahora su mercado está concentrado, principalmente, en Europa y EE.UU., en donde son usadas por todo público, desde millonarios (como fue el caso de Jobs) hasta estudiantes y empresarios comunes. Se estima que solo 10% de sus consumidores se encuentra en otros países.
La compañía se fundó en 1774, pero el nombre empezó a tomar fuerza en 1896 cuando presentó su horma característica; ya en la década de 1990 entrarían a un punto de fama sin retorno. El hito se lo deben a la modelo Kate Moss, quien usó un par para una sesión de rodaje de la revista The Face.
Y hoy, casi 250 años desde su creación, las sandalias de Birkenstock se han convertido en un infaltable de la moda, que han logrado colaboraciones con marcas de lujo como Dior, Manolo Blahnik y Valentino.
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