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El sueño de volar hacia otras partes del mundo en menos tiempo no está lejos. En Bogotá, compañías como Flapper o Searca, ofrecen servicios de lujo de jet privados
En los últimos días el tema de los vuelos privados ha llamado bastante la atención de las personas. Unos por el impacto ambiental y otros como Warren Buffet porque se convirtieron en una herramienta de estilo de vida muy importante, comprando así 21 jets que vuelan a 1.600 kilómetros por hora.
De hecho, los jets privados se han convertido en el lujo de los empresarios, pues según Jorge Campillo, gerente general de Searca, la mayoría de sus usuarios son empresarios que usan este medio como una herramienta de trabajo.
Cuánto costaría un viaje
El costo de un alquiler de jet privado es un derivado de una serie de factores, entre los cuales las variables más utilizadas incluyen: el costo estimado por hora, por kilometro o milla recorrida; el valor de las tasas de aterrizaje del aeropuerto; costos de la atención en tierra o FBO (Operador de Base Fija) relacionados con el manejo y la utilización del terminal de jet privado; costos de pernoctación; y la tarifa mínima de vuelo o de viaje.
De acuerdo a un sondeo realizado por LR, un viaje de Bogotá a Cartagena costaría en promedio entre US$8.000 a US$10.000. Sin embargo, se encuentran otros más económicos, que van desde los US$700 en un avión turbohélice.
Por ejemplo, Flapper tiene vuelos privados a Cali a partir de $6,7 millones en un pistón Piper Saratoga, hasta $56 millones en un heavy Jet como el Falcon 2000s. Entre los aviones chárter más caros de Colombia (por ser los más lujosos), según Paul Malicki, CEO Flapper, están: el Falcon 2000s, que es para 9 pasajeros, y el Challenger 300 para 8; estos están disponibles desde $30 millones.
Para calcular el costo del vuelo, el operador tendrá en cuenta el número de horas de vuelo que sumen desde el punto de partida al de llegada, más los costos de atención en tierra, impuestos, gasolina y si hay costos adicionales.
¿Cómo está el mercado?
Según Campillo, hay un decrecimiento en el último año porque se ha frenado la inversión y los inversionistas extranjeros que necesitan ir a ciudades intermedias no están viniendo al país ni usando el servicio de jets privados.
Así sería un viaje en Gulfstream G-200
Esta aeronave es la mejor opción para viajar más cómodo y rápidamente. Su clase es la Super Mid-Size Jet, alcanza una velocidad de 880 kilómetros por hora, tocando un techo máximo de 45.000 pies, y cuenta con una autonomía de vuelo de siete horas.
El Hawker Beefchjet 400Av para una viaje más corto
Este jet está diseñado para operar en pistas cortas en las que la gran mayoría de los jets no pueden hacerlo. Ellos llegan a la mayoría de ciudades en Centro y Sur América, sin escalas, incluyendo Miami. Tiene capacidad para ocho personas y es capaz de volar a una velocidad de 820 kilómetros por hora.
Beechcraft 1900D
Esta aeronave es para un grupo más grande. Puede transportar pasajeros o carga al 98% del territorio colombiano gracias a su resistencia a las diferentes zonas geográficas. Esta clase de aviones tienen turbo hélice con cabina doble y una capacidad para 19 pasajeros, con un poco menos de rapidez. Alcanza 440 kilómetros por hora, perfecto para un trayecto corto.
Light Jet de Phenom 300E
Este es un avión de última generación y que recientemente salió desde Medellín hasta Puerto Rico. Cuenta con un baño cerrado, una cocina bien equipada y un sistema de entretenimiento actualizado. Los asientos, de cuero ajustables, ofrecen más espacio y tienen reposacabezas extensibles, reposapiernas y reposabrazos retráctiles.
Safrans du Monde, un jet de lujo que recorre el mundo en 22 días
La operadora de viajes de lujo Safrans du Monde es una empresa francesa que busca llevar a sus clientes a recorrer todo el mundo en solo 22 días, haciéndolo por puntos icónicos en el mundo. Este paquete, en el que un día puede despertar en Francia y dormir en Perú, tiene un costo de US$75.000 por persona.
Destaca el ‘Jarrón con flores’ que fue pintado en 1956, un año clave en la trayectoria del maestro. La pieza tiene un precio de salida de $250 millones y puede alcanzar hasta $450 millones
El tenis es una industria que mueve cerca de US$7.860 millones al año y que entrega jugosas cifras en premios como la del US Open 2024, que dio al ganador US$75 millones