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La Domus Tiberiana, uno de los principales monumentos históricos y arquitectónicos de Roma, llevaba cerrada desde los años 70
Después de unas largas y complejas labores de restauración que han durado 50 años, finalmente ha reabierto sus puertas el que fuera el primer palacio del Imperio Romano, se trata de la Domus Tiberiana. Los graves problemas estructurales que padecía la obligaron a permanecer cerrada al público desde los años 70. No obstante, en el mes de septiembre se produjo su reapertura acompañada por la exposición "Imago Imperii", centrada en narrar la fascinante historia detrás de este palacio imperial. De esta forma, los turistas que decidan acudir a la capital italiana han de añadir un nombre más a los lugares que visitar en Roma, puesto que se trata de una oportunidad única.
La primera residencia de los gobernantes de Roma se encuentra situada en la colina del Palatino, donde se ha erigido durante los 2.000 años de antigüedad que carga sobre sus muros. Este monumento romano ofrece además unas vistas panorámicas del Foro Romano, de hecho, una de las mejoras que se ha logrado ha sido restaurar el camino circular entre ambos espacios, el Foro Romano o el Palatino. Por la que se cruzan los Jardines Farnesio, cuya construcción fue posterior, en torno a mediados del siglo XVI, por lo que se puede apreciar su herencia renacentista y barroca.
La Domus Tiberiana, el palacio del Imperio Romano
La Domus Tiberiana fue mandada a construir por el emperador Tiberio, una residencia de cuatro hectáreas que se ubicaría en el noroeste de la colina del Palatino. Sin embargo, esta idea original posteriormente sería transformada en un complejo más ambicioso por parte de sus sucesores, como Tiberio y Nerón. Este último tuvo un papel importante en su evolución, ya que, tras el gran incendio que sufrió Roma en el año 64 d.C., intervino en la reconstrucción de la Domus Tiberiana y la incorporó a su Domus Aurea. A lo largo de los siglos, el palacio sufrió más transformaciones, incluso llegó a alojar al papa Juan VII, quien solo ostentó el cargo durante dos años, entre el 705 y el 707.
Es sabido que la Domus Tiberiana vivió una temporada alejada del primer plano, ya que estuvo en desuso durante buena parte de la Edad Media. No obstante, en el siglo XVI se construyeron los Jardines Farnesio y reavivaron la zona. Otro momento clave llegó en el siglo XIX, cuando el emperador francés Napoleón III sitió interés por la edificación y mandó realizar una serie de excavaciones arqueológicas que realizaron grandes descubrimientos que aún se preservan.
Sin embargo, en los años 70 se determinó que el palacio romano presentaba una peligrosa inestabilidad estática y geotécnica, por lo que resultaba imprescindible clausurarlo y comenzar unas labores de reconstrucción para evitar su posible derrumbe. De hecho, supuso un reto para los expertos, debido a los problemas que causó la humedad, así como las dificultades que entrañaba recuperar elementos clave, como las cubiertas abovedadas.
Hasta que, cincuenta años más tarde, los visitantes de Roma podrán por fin disfrutar de la fascinante Domus Tiberiana. Así como de la exposición "Imago Imperii", que se divide en una serie de salas, que incluyen exposiciones multimedia, donde se descubrirá la impresionante historia de este monumento romano, así como de muchos de los objetos y restos que se han logrado recuperar durante las excavaciones arqueológicas y los procesos de restauración.
Una de los espacios más llamativos es la llamada "sala de la basura", que arroja numerosas pistas sobre cómo era la vida cortesana de la época, así como otras curiosidades. Por supuesto, la exposición también incluye las piezas de arte histórico que se encontraron en su interior, siendo algunas de las más relevantes unas cabezas de terracota y la estatua de Nike, considerada como la diosa de la victoria y representada con una forma alada.
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