MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
José María García, en sus viñedos de La Horra, en la Ribera del Duero, que asegura haber cuidado con mimo toda la vida. Tras trabajar como viticultor durante cuarenta años, en 2001 decidió fundar Figuero, una bodega basada en su pueblo natal.
El día que José María García (La Horra, Burgos, 1936) y Milagros Figuero se casaron, sus familias les cedieron mil cepas a cada uno como regalo de bodas
Elegido 'Leyenda del vino' por el crítico Tim Atkin, José María García fue proveedor de uvas de Vega Sicilia y Tinto Pesquera hasta que se jubiló y fundó Figuero, su propia bodega. Un proyecto familiar que espera que le sobreviva: "Quiero que perdure lo que aprendí de mis abuelos".
El día que José María García (La Horra, Burgos, 1936) y Milagros Figuero se casaron, sus familias les cedieron mil cepas a cada uno como regalo de bodas. Y cuando compraron su casa, consiguieron otras 7.000 cepas, lo que les dio un viñedo de unas cuatro hectáreas. Con el tiempo, el matrimonio fue comprando más parcelas en su pueblo natal, muchas de ellas de viña vieja. "Por eso las grandes bodegas querían mis uvas, porque tenía viñas viejas de calidad, bien cuidadas y en la mejor zona", asegura García.
Cuando dice grandes bodegas se refiere a nombres tan célebres como Vega Sicilia y Tinto Pesquera, de las que fue proveedor de uvas. Cuando se jubiló, decidió no poner su vida en barbecho y con 65 años fundó Figuero junto a su familia. Un proyecto con raíces entre las que escarbamos para conocer la historia de esta leyenda viva del vino.
Naciendo en La Horra, poco más se podía hacer que ser viticultor ¿no? Siempre me ha gustado el campo y aprovechaba desde chaval para ir con mi abuelo los días que no tenía clase. De él aprendí a trabajar y a querer la tierra.Durante cuarenta años fue proveedor de uva. ¿Cómo recuérdalas negociaciones con las grandes bodegas?Siempre he sido honesto con mi trabajo y he cuidado mis viñas con mimo; los enólogos venían a ver mis parcelas y hablábamos en confianza. Fue una etapa feliz, en la que siempre soñaba con poder elaborar algún día mis propios vinos.
Y ese momento llegó al jubilarse en 2001. ¿No pensó en descansar?
Tener una bodega era el sueño de mi vida. Quise cumplirlo antes, pero mis hijos estudiaban fuera de casa y esperé a que ellos tuvieran sus propias familias y no me necesitaran para arrancar este proyecto. No me arrepiento de esta decisión; llevo 24 años disfrutando de mis vinos.
Ahora trabajan tres generaciones en Figuero. ¿Hay que podar las malas hierbas antes de trabajar con la familia?
Lo más difícil de trabajar con los tuyos es combinar la tradición con la modernidad. Cada vez hay más opciones y estamos muy pendientes de desarrollar lo que nos ayude a mejorar. Quiero que perdure lo que aprendí de mis abuelos. Me alegra saber que el sueño de mi vida tiene continuidad y que todo el saber se queda en familia y seguirá como lo hemos construido juntos.
¿Y si alguna bodega de la zona les propone comprarles el negocio para tener su deseada uva?
Nunca me lo he planteado, he peleado toda mi vida para tener mi propia bodega y quiero que mis hijos y mis nietos sigan con ella.
¿Opinarán ellos lo mismo?
Cuando haces las cosas con ilusión esperas que tu familia las continúe; de momento disfruto viendo cómo mis nietos se incorporan a la bodega y quizá algún día lo mantengan también futuras generaciones.Lleva desde los doce años trabajando y ha sido testigo de cómo han cambiado las cosas.
¿Ha visto decaer la cultura del esfuerzo?
Yo he pasado toda mi vida en el campo, de sol a sol, y no me he quejado nunca. Por suerte, mis hijos no han pasado por eso, pero han visto el esfuerzo que hemos hecho para sacarles adelante. La vida en el campo está llena de incertidumbre, tienes que aprovechar los años buenos y aguantar los años malos. Ahora tienen más oportunidades y en nuestras manos está enseñarles que sólo a través del trabajo lograrán las cosas que quieren.
El apellido de su esposa da nombre a la bodega y su vino Milagros es uno de lo más especiales de Figuero. Ya que estos días se celebra el amor, póngase romántico. Mi mujer ha sido y es la persona más importante de mi vida. Desde jóvenes hemos trabajado juntos para sacar adelante a nuestra familia, tener oportunidades y darles una vida mejor a nuestros hijos; sin su esfuerzo no hubiese sido posible.
Somos un matrimonio que lo comparte todo, la bodega es un homenaje a ella y a nuestra vida juntos.
Hoy en día las parejas no duran tanto como la suya, ¿se ha perdido también la cultura del esfuerzo... en las relaciones?
Yo sólo sé que mi vida con Milagros ha sido feliz, que hemos sabido querernos y pelear juntos. Las parejas de ahora tienen que aprender a estar juntas como hemos hecho nosotros.
Nada en la vida es fácil, pero hay que esforzarse cada día para entenderse y apoyarse.
¿Cómo les gustaría que evolucionase este proyecto conjunto? Espero que Figuero siga obteniendo reconocimiento y que la gente disfrute de nuestros vinos.
Nuestra filosofía es elaborar vinos que muestren nuestro paisaje. Cuando almuerzo con una copa de mi vino reconozco a mi pueblo y eso me enorgullece.¿Si a la edad de jubilarse se puso a emprender, qué hará cuando cumpla los 90?A mis casi 89 años me centro en el presente y hago una vida tranquila. Me gusta levantarme temprano y pasar la mañana en la bodega. Vuelvo a casa a comer y paso la tarde con mi mujer. Y si el día acompaña, me doy un paseo por el viñedo; lo sigo disfrutando tanto como el primer día.
El artista paisa promete a los capitalinos un show inolvidable este fin de semana, para el que aún hay entradas disponibles
Reuss no se pronunció sobre el costo del proyecto de F1, que lleva mucho tiempo gestándose con Cadillac