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Un enfrentamiento de guerras de clases culinarias.
El programa sin guion de 12 episodios comenzó con 100 chefs, divididos en dos categorías. Los “cucharas blancas” dirigen restaurantes aclamados
La última apuesta de Netflix por los reality shows coreanos ha creado otro gran éxito. Durante las últimas dos semanas, el concurso de cocina Culinary Class Wars encabezó su lista semanal mundial de títulos en otros idiomas.
El programa sin guion de 12 episodios comenzó con 100 chefs, divididos en dos categorías. Los “cucharas blancas” dirigen restaurantes aclamados, muchos de ellos con estrellas Michelin; se enfrentan a los chefs menos favorecidos etiquetados como “cucharas negras”.
Los dos episodios finales se lanzaron el martes: el ganador fue el de la cuchara negra Kwon Sung-Joon, más conocido por su apodo “Napoli Mafia”. Su premio fue de 300 millones de wones coreanos (US$222.000).
La popularidad del programa ha generado revuelo en Internet, memes y personajes pintorescos de los chefs de las batallas culinarias y ha revitalizado los negocios de comida coreana, muchos de los cuales habían estado en dificultades desde la pandemia. Las reservas en los restaurantes dirigidos por chefs que participaron en el programa se han disparado, mientras que los videos de YouTube relacionados con el programa (por ejemplo, tiramisú elaborado con ingredientes de tiendas de conveniencia) han obtenido millones de vistas colectivas.
Los comentarios de los dos aclamados jueces (el chef Anh Sung-jae, que dirige el restaurante Mosu, con tres estrellas Michelin, y el magnate de los negocios de comida local Baek Jong-won) condimentan el programa con sus puntos de vista apasionados y, a veces, opuestos.
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