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Desde sus difíciles comienzos en 1929 en Matsumoto, Yayoi Kusama transformó con magia y determinación el rumbo de su vida
Consagrada como sacerdotisa de un arte hipnótico y colorista, la artista japonesa Yayoi Kusama es una de las figuras más emblemáticas de los años 50-60. Ahora firma con Louis Vuitton una colección cápsula en la que plasma sus lunares y su particular universo de color.
Desde sus difíciles comienzos en 1929 en Matsumoto (Japón), Yayoi Kusama transformó con magia y determinación el rumbo de su vida. Al hilar el encanto del poder de su arte mientras se aventuraba por el mundo en los años 50 y 60 desde Tokio a Nueva York, se rescató a sí misma en el proceso.
La última vez que Louis Vuitton pudo contemplar la magia de Kusama fue en 2012, pero su relación no terminó entonces. Una década más tarde, ha evolucionado y ampliado con continuas conversaciones.
La Maison cuenta con una larga trayectoria de colaboración con artistas que se remonta a hace casi un siglo, cuando el nieto del fundador, Gaston-Louis Vuitton, empezó a encargar a creadores el diseño de escaparates y obras para las tiendas de la marca.
Este impulso ha permanecido a lo largo del tiempo y ha crecido en la época contemporánea. Desde 1988 Louis Vuitton ha invitado a personalidades de la talla de Sol Le Witt, Takashi Murakami o Jeff Koons a colaborar en distintas proyectos.
Cómo es la colaboración de Yayoi Kusama con Louis Vuitton
Los objetos talismán de Kusama, los motivos y las imaginaciones del infinito se apoderan de la Maison y de todos sus prendas y complementos: desde bolsos, gafas de sol y calzado hasta ropa (masculina y femenina) o perfumes.
A su vez, algunas de las piezas emblemáticas de Louis Vuitton han experimentado una evolución y pasado a formar parte del universo personal de Yayoi Kusama. El encuentro entre la Maison y Kusama se basa en la sinceridad y, sobre todo en la apreciación mutua de la artesanía y la excelencia.
Este intercambio creativo comienza en aquella conversación en 2012 y un regalo que abarca sus dos mundos. Entonces la artista escogió uno de los objetos más atemporales de las Maison y lo hizo suyo: pintó a mano un baúl de Louis Vuitton con sus característicos lunares, que para ella, representan el infinito
La colección creada para Louis Vuitton está protagonizada por un réplica exacta de esos puntos. Kusama ha supervidado personalmente los objetos del proyecto, movidos con precisión milimétrica y con las pinceladas reflejadas.
Kusama transforma la ropa y los accesorios para, a su vez, transformar a la gente que los lleva. No en vano, la colección prêt-à-porter que apuesta por la alegría a través de la artesanía.
Los bolsos, los zapatos, los accesorios, el equipaje, los baúles y las fragancias estarán disponibles con los motivos de Yayoi Kusama desde enero de 2023. La primera oleada se lanzará el 1 de enero en China y en Japón, y en el resto del mundo estarán disponibles desde el 6 de enero. La segunda oleada llegará a las tiendas de Louis Vuitton el 31 de marzo.
Los motivos de Yayoi Kusama
Presentada en mayo de 2022, durante el desfile Crucero 2023 de Louis Vuitton, los artículos de la colección exhiben distintos motivos. El Painted Dots son una traducción directa de la mano de Kusama a través de una compleja técnica de serigrafía e impresión en relieve sobre cuero o lona recubierta. Los puntos están presente en la marroquinería, los accesorios fragancias.
La colección Metal Dots se inspira en los orbes espejados de Kusama, un motivo conocido por su Narcissus Garden, expuesto en la 33º edición de la Bienal de Venecia en 1966. Aquí los orbes plateados de distintos tamaños van colocados a mano con precisión exacta, incrustados en artículos de cuero negro y plateado para mujer.
El punto pintado se transforma en la colección Infinity Dots. El motivo más reconocible de Kusama abarca la mayoría de las piezas del proyecto en todas las categorías. El punto infinito es el motivo más obsesivo de la artista. Blanco y negro, rojo y blanco, amarillo y negro, además de negro y rojo para los hombres, los puntos infinitos se funden con una multiplicidad de iconos de Louis Vuitton en artículos de cuero, zapatos y siluetas.
Y, por último, la Psychedelic Flower. Las flores son otra de las obsesiones de Kusama. Utilizando la pintura Flower de 1993 (un tanto psicodélica), una flor exótica se despliega a través de los accesorios y el prêt-à-porter para hombre y mujer.
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