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El destino europeo se ha posicionado por la facilidad que ofrece a los jóvenes para estudiar inglés, sin la necesidad de tener visado
La economía de más rápido crecimiento en el Viejo continente, según la Comisión Europea, tiene su ancla en el turismo y los cursos de inglés. La ausencia del requisito del visado es de gran atractivo.
“It ‘s been a great experience!”, dicen Elisa y Francisco sobre su aventura en la isla de Malta, que inició en invierno y promete más emociones con la llegada del verano. Responden en inglés y en presente perfecto, para activar sus habilidades, pues hacen parte del grupo de colombianos que acordó solo hablar en el idioma por el que viajaron más de 9.000 kilómetros y pagaron un curso que puede costar hasta 1.874 euros, más de $7,9 millones.
Su profesor británico en la jornada diaria de cuatro horas los ha animado a practicar el material de clase en los ratos libres y a ir más allá de los tiempos presente y pasado simples.
Elisa, de Medellín, cuenta que “tenía un buen salario y apartamento propio y un día me pregunté si era feliz. Además, había perdido a mi pareja, así que emigré y cambié mi vida. Empaqué mi casa en una bodega y me vine a Malta hace dos meses y medio. Como la película Comer, rezar y amar”.
Colombianos, en oleada
Los pronósticos del clima prevén uno de los veranos más intensos de los años recientes, de hecho mayo, aún en primavera, ya superó los 30 grados, y con la del calor también está anunciada una oleada de turistas europeos y de estudiantes colombianos. “Hay un auge brutal, desde marzo hay escasez de hospedaje. De todos los destinos que trabajamos, es el de mayores facilidades”, dice Nina Beltrán, de Colombianos en Malta, una empresa asesora de estudiantes.
El idioma oficial es el Maltés, lo hablan unas 400.000 personas, aunque los estudiantes no lo toman como objeto de interés. Solo leer en los buses la advertencia “¿omm it-twieqi magħluqa” (mantén las ventanas cerradas), da a entender el alcance y la dificultad. El otro idioma oficial es el inglés, enseñado por instituciones como EF Education First y EC English, líderes del mercado y con una penetración en Colombia que hace que para el verano solo la agencia Viajes y Viajes tenga más de 200 reservas.
“Viajé con mi primo. Queríamos Canadá o EE. UU., pero él se documentó sobre el ambiente y el alto nivel educativo y elegimos Malta”, cuenta Francisco, quien asiste a EC, donde hoy se registran 600 estudiantes internos. 185 son de Colombia, el origen de las mayorías después de Francia y por encima de Corea, Japón y Alemania.
Las clases inician todos los lunes, con cursos regulares, intensivos y específicos para la vida laboral. En tiempo de ocio los estudiantes tienen la gran oportunidad del turismo. Están Paceville para rumbear o la isla de Gozo y sus vestigios fenicios, romanos, árabes, sicilianos, franceses y británicos. Por si fuera poco, a dos horas de vuelo están los destinos clásicos.
Las claves de este destino, que ha venido apareciendo en el mapa de interés hace tres años, son en opinión de Lucas Restrepo, de Viajes y Viajes, el costo del estudio y las facilidades del trámite. “Estados Unidos, Inglaterra y Canadá lideran la industria, pero Malta ha ido generando su voz a voz entre quienes no tienen paciencia para la incertidumbre de los visados”. Restrepo dice que “los costos son menores. Por un curso de 24 semanas se pagan entre $11 y $13 millones, mientras en Estados Unidos es de hasta $18 millones. Estos valores no incluyen matrícula, materiales, gastos ni acomodación”.
Como resultado de todo este cruce de cuentas, se espera para el verano la llegada de unos 1.500 estudiantes desde Colombia. Ya el invierno había reportado un crecimiento de un 15 % en este tipo de viajeros.
Es en ese frente donde cobra relevancia el trámite de la visa, que solo se solicita estando en la isla y que da licencia para trabajar desde el día 91, una vez se obtengan, además, un permiso laboral y una oferta formal.
Demostrar una solvencia de 26 euros (US$27) por cada día de permanencia, tener seguro médico, matrícula de estudio y contrato de arrendamiento de vivienda, son los documentos básicos para la solicitud. Y si bien Nina Beltrán, de Colombianos en Malta, advierte que este no es un país para quedarse (“la visa de residencia por cinco años exige aprender maltés, entre otros requisitos”), entre los viajeros desde Colombia no falta quien persista en el sueño, además del bilingüismo, de hacerse con una visa y también con la posibilidad de un sueldo.
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