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Algunas marcas como Stella McCartney, Gucci, Versace y Hope Made In The World se han unido a esta tendencia, cambiando sus materiales y certificando procesos
Anualmente se producen cerca de 80.000 millones de prendas alrededor del mundo en la industria de la moda, que pueden llegar a generar más de 60 millones de empleos, según un informe publicado por Green Peace.
Pero esto genera un alto impacto ambiental, pues cada segundo se desperdicia un camión de basura de textiles y las microfibras liberadas por la ropa al océano cada año equivalen a 50.000 millones de botellas plásticas, de acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur.
Ante estas cifras, además de las malas condiciones laborales de algunas compañías textileras, los consumidores han comenzado a exigir una transformación en las materias primas que usan y en los procesos de fabricación.
“Para las empresas, ser sostenible es una necesidad, no solo porque a largo plazo las beneficia financieramente, sino porque los consumidores lo exigen”, dijo Alejandra Ospina, fundadora de Tribeco, un colectivo que apoya a industrias de moda sostenible.
Sin embargo, criticó que “algunas marcas lo hacen por seguir una tendencia y no por generar un verdadero impacto positivo en la comunidad y el ambiente”.
Jorge Duque, diseñador de moda, resaltó que “algunas marcas de lujo han hecho avances en sostenibilidad; pero hay otras que se han olvidado de los pilares de la moda, centrando su modelo solo en el merchandising que los lleva a crear cientos de pequeñas piezas y realizar procesos que no tienen las mismas certificaciones, o hasta usar la sostenibilidad como fachada”.
Esto último se conoce como Greenwashing, una evolución del Whitewash, donde se destacan ciertos valores de una empresa para recuperar o cautivar a más clientes ocultando procesos poco éticos que afectan al ambiente, a la comunidad o a sus empleados.
No obstante, marcas como Burberry, Gucci, Versace y Stella McCartney comenzaron a trabajar con instituciones de sostenibilidad, certificaron sus procesos, dejaron atrás el uso de pieles en sus colecciones y ahora fabrican sus prendas con materiales reciclables y biodegradables.
Esta tendencia también ha permeado a marcas nacionales como Hope Made In The World, que tiene la certificación de Child Labor Free y usa materiales orgánicos.
El compostaje y las bacterias también hacen parte de la moda sustentable
Cada vez es más común que las compañías opten por comprar materias primas orgánicas. Por ello, términos como la compostabilidad y la pigmentación con bacterias han llegado a la moda. Ahora, algunos de los textiles son fabricados con materiales que pueden convertirse en abono cuando se desechan y se ponen en contacto con microorganismos. Por ejemplo, la bacteria bailarina se ha usado para teñir tejidos con pigmentos que van del azul al lila. Las fibras de caña de azúcar y maíz también son utilizadas para hacer plásticos biodegradables.
Stella McCartney
La marca de moda de lujo de Kering no usa ninguna fibra animal desde 2001. Sus materias primas son recicladas y sus insumos son orgánicos; además, hace campañas como la de Clevercare, donde enseña de manera creativa a las personas cómo lavar, secar y cuidar la ropa para evitar procesos que dañen el ambiente.
Hope Made In The World
La marca colombiana, administrada por Sara Milanés Ripoll, tiene certificación de Child Labor Free, no produce por grandes cantidades y tiene un modelo que no se enfoca en vender masivamente, sino en producir conscientemente usando proveedores certificados como Organic Cotton Plus.
Versace
Desde 2014 la compañía se unió al Cnmi Sustainability Working Group e implantó sus pilares de sostenibilidad: promover el talento joven, desarrollar la diversidad y utilizar materiales sostenibles, lo que va de la mano con el anuncio de Donatella Versace de no usar piel de animales en sus colecciones.
Gucci
La compañía ha lanzado diversas colecciones con materiales reciclables, así como una de bolsos con pieles certificadas junto con la defensora de sostenibilidad Livia Firth. En 2007 anunció que dejaría de usar pelaje animal en sus colecciones y creó el portal web Equilibrium para generar consciencia ambiental y permitir que voluntarios se unan a su causa.
Burberry
La marca fue criticada por destruir los productos que no vendía, por lo que detuvo esta práctica y se involucró en la iniciativa Make Fashion Circular de la Fundación Ellen MacArthur con marcas como GAP y H&M. También anunció que en la primera colección de Riccardo Tisci para Burberry no se usaron pieles reales.
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En el primer set plantó cara a Zandschulp, pero al final le rompieron el saque, también le rompieron el saque al inicio del segundo set