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En estos momentos, prácticamente dos de cada diez vehículos que se venden en Estados Unidos son de gama alta, según datos de la consultora J.D. Power
Entre la Undécima Avenida, la autopista de circunvalación de Manhattan, la terminal donde atracan los cruceros que visitan la Gran Manzana y una tienda de limpieza de alfombras. Allí está el concesionario oficial de Porsche, Bentley y el de Lamborghini, entre otras marcas de alta gama del grupo Volkswagen. Juntos ocupan prácticamente una manzana entera.
Dos calles más arriba está el de Smart y el de Jaguar, y a unos pasos el de Audi. Quienes prefieren el lujo asiático solo tienen que andar una manzana hacia el sur para encontrar el de Lexus (Toyota). Clientes no faltan. Sobre todo en la gama más exclusiva.
En estos momentos, prácticamente dos de cada diez vehículos que se venden en Estados Unidos son de gama alta, según datos de la consultora J.D. Power. Estas cifras incluyen marcas como Tesla, Audi, BMW o Mercedes-Benz, además de las de ultralujo. Sin embargo, son estas últimas las que más han crecido, pese a representar un porcentaje pequeño en las ventas totales.
Solo en el mes de julio se vendieron en Estados Unidos 6.700 coches de marcas como Ferrari o Porsche, lo que supone un incremento de más del 35% si se compara con los datos del mismo mes de hace cinco años, es decir, eliminando de la estadística el impacto de la pandemia en las ventas.
El apetito por tener un Lamborghini se ha multiplicado por tres en el último año. Y sin financiación. Porque las grandes fortunas han ahorrado durante los meses de confinamiento.
Hay quien no necesita un crédito para desembolsar el cuarto de millón que puede llegar a alcanzar uno de estos modelos en el mercado de segunda mano, aunque la gran mayoría prefiere darse el lujo de estrenarlos y salir de un concesionario al volante del último modelo de sus sueños, que puede llegar a superar el medio millón de euros.
Al contrario de lo que está ocurriendo con la vivienda en Estados Unidos, cuyo crecimiento se está enfriando rápidamente debido a las subidas de los tipos de interés y su impacto en el encarecimiento de las hipotecas, en el mercado de los vehículos de lujo se paga al contado. Y para muchos, se trata de una inversión que se puede incluso revalorizar en el tiempo.
Inflación
No en vano, por primera vez en la historia y debido tanto a la inflación como a la falta de vehículos nuevos, en marzo de este año algunos modelos de segunda mano llegaron a cotizar por encima del valor que ese mismo coche tendría recién salido del concesionario oficial. Marcas como BMW o Audi estaban entre las que más se habían revalorizado. Tras el verano, y aunque los vehículos usados siguen siendo un motor de la inflación galopante que vive el país, es uno de los indicadores que primero ha dado signos de ralentización.
El año pasado, en Estados Unidos, la venta de coches nuevos de gama media creció un ligero 1,7%. Sin embargo, el segmento de gama alta se disparó un 13,2%, hasta alcanzar los 2,5 millones de unidades, según datos de la consultora Kelley Blue Book.
Pero, a la hora de hablar de precios, ¿cuál es la diferencia entre gama media y alta? La inflación también ha tenido un impacto decisivo en la evolución del tique medio en la compraventa de vehículos. Hace cinco años, un coche por encima de 40.000 euros (US$40.000) entraba dentro de la clasificación de lujo. Hoy, pagando esa misma cantidad, se puede salir de un concesionario estadounidense con un modelo de gama media muy bien equipado, pero lejos de lo que se considera el segmento prémium, cuyo valor ha hado un salto en el último lustro hasta situarse en cerca de 65.000(US$65.000) euros.
En el último año, el tique medio en la categoría de lujo se ha disparado 16%, prácticamente el doble que la inflación. Y las ventas no se han resentido. Todo lo contrario. Por eso, muchas marcas no han dudado a la hora de plantear nuevos modelos en esta línea. Es el caso, por ejemplo, de Cadillac, la enseña de lujo de General Motors, que prevé cobrar alrededor de 300.000 euros (US$300.000) por su nuevo modelo de vehículo eléctrico.
¿Cuánto cuesta el deportivo más caro del mundo?
Actualmente, 'La Voiture Noire', de Bugatti, presume de ser el superdeportivo más caro del planeta: 16,5 millones de euros. (US$16,3 millones) En esta categoría, destaca también el T.50s Niki Lauda (Gordon Murray Automotive): 4,3 millones de dólares (4,2 millones de euros). El récord en coches clásicos es para un Mercedes-Benz (132 millones se pagarón en la subasta de Sotheby's del pasado mes de mayo por el modelo 300 SLR Uhlenhaut Coupé)
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En 2023, se registraron cerca de 1.500 millones de llegadas de turistas internacionales, lo que demuestra la recuperación del turismo a nivel mundial
Y es un negocio más a sumar a otros tantos que ya atesora como su cadena hotelera MIM en Ibiza, Mallorca o Andorra, entre otros lugares