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Desde que los asiáticos entraron al mercado del habano, este tipo de tabaco se ha dirigido cada vez más hacia un producto premium. Acá le traemos una radiografía del sector
“Para ser fumador de habano se necesita poder adquisitivo y tiempo”, esta fue la frase con la que Gustavo Morís, socio y gerente general de La Cava del Puro, describió la cultura alrededor de este tipo de tabaco originario de Cuba.
Un producto primitivo que, aunque conserva su originalidad desde 1492, gracias a que su fabricación y venta global es limitada y autorizada por la empresa cubana público privada Habanos S.A., ha sufrido a lo largo del tiempo algunas variaciones: en su portafolio, en el precio, en el tipo de clientes y hasta en sus dueños.
Hace cuatro años, en plena pandemia, se conoció la noticia de que Habanos S.A. cedió la mitad de su participación a Imperial Brands, de inversionistas asiáticos, luego de que esta fuera vendida por los ingleses y anteriormente estado en manos de los españoles. Como consecuencia de la entrada de los asiáticos a este mercado, el precio del habano ha crecido de manera considerable, con cifras de hasta 300%, alza que se traslada a todos los mercados en donde se comercializa este puro, desde Asia, Europa, América y hasta Latinoamérica, y dentro de esta última, Colombia. Con esto, el habano, que siempre ha gozado de cierto estatus dentro de la sociedad, está viendo aumentar aún más su valor como artículo de lujo, pues la estrategia ahora de sus dueños es hacer del habano un mercado premium.
De las 27 marcas que existen de habano, hay dos que han sentido con mayor fuerza el impacto de este incremento, que son Cohiba y Trinidad, ambas comercializadas en Colombia por empresas autorizadas.
La Cava y La Tabaquería son dos de las principales compañías de ventas de habano en Colombia que efectivamente han reportado este incremento. Estas importan el habano a través de la distribuidora autorizada en el país por Habanos S.A. que es Caribe Imports.
“De acuerdo a la última actualización de precios de Habanos S.A. se da a entender al mercado global en general que el puro cubano se volvió un artículo de lujo, es para conocedores”, dijo David Monroy, CEO de La Tabaquería.
Monroy explica que adicional a ese aumento año a año Cuba fija un incremento de precios de alrededor de 20% para las marcas líderes como Cohiba y Trinidad y uno de 12% para el resto de las 27 marcas que integran el portafolio de Habanos S.A.
Así, mientras un habano marca Cohiba Siglo II, que es regular y no de venta limitada, tenía un precio en 2023 de $80.000 la unidad, hoy, con la subida de precios fijada por Habanos S.A., quedó en $283.000; hay otras que llegan hasta casi $2 millones. Pero hay marcas más económicas como Romeo y Julieta y Partagás que inician sus precios desde $40.000 o $50.000.
En su empresa, Monroy vende 15.000 unidades de habanos al año y tiene dentro de su portafolio las seis marcas líderes en el mercado global de habano que son, además de las mencionadas: Montecristo, Hoyo de Monterrey, y H. Upmann. Y en lo que va de este año, las ventas de habano de La Tabaquería suman 7.000 unidades, y esperan que aumente a 15.000 al cierre del año, sobre todo en diciembre, mes de mayor demanda para este mercado, para así mantener el número del año pasado, pues por las condiciones de la economía actual no esperan crecer.
Otro factor que le agrega exclusividad al mercado del habano tiene que ver con la limitada capacidad de producción en Cuba para abastecer todo una demanda global. Según Moris, Cuba apenas representa 8% de la producción de tabaco en el mundo. Esto se refleja en una producción de más o menos entre 100 a 120 millones de unidades al año, mientras que República Dominicana, a modo comparativo, produce 5.000 millones de tabaco que surten al mercado norteamericano, que es el principal comprador.
Esto hace que exista una proliferación de marcas en la región, con más empresas optando por tabacos producidos en otros países, o incluso fabricando sus propios puros, para así no depender solo del habano. Más si se tiene en cuenta que “Latinoamérica es un mercado casi que insignificante para los habanos, no representan ni 10%”, dijo Gustavo Moris. Por ejemplo, su empresa, que importa hasta unos 3.000 habanos mensuales, cuenta con otras marcas de tabacos de países como Honduras, República Dominicana o Nicaragua, y tienen su propia marca de tabaco colombiano. Bribón es otra de los jugadores de este mercado que, además del habano, tienen su propia marca que lleva el nombre de la empresa y la fabrican en Barichara. “Sembramos nuestro tabaco en los Montes de María, que es el lindero entre Sucre y Bolívar, y con esa producción de una semilla en particular que se llama Cubita Negra, es que hacemos nuestros tabacos e importamos la capa, que es la hoja que cubre el tabaco desde Ecuador”, explicó Juan Camilo Rodríguez, CEO de Bribón Cigars.
Los CEO de las empresas consultadas, La Cava del Puro, La Tabaquería y Bribón indican que, en otro de los factores en los que el mercado del habano ha venido cambiando, además de precio, dueño y oferta, ha sido en el tipo de consumidor, pues explican que su margen de consumo se ha ampliado y ahora cada vez hay más jóvenes fumando, en una industria en donde el cliente por excelencia han sido los mayores de 40 años, de alto poder adquisitivo y con mucho tiempo.
“Con los cambios en la estructura económica en los últimos años y nuevos modelos de trabajo, los jóvenes de ahora consiguen dinero más rápido y tienen más tiempo, por ende, se ajustan al tipo de consumidor del habano”, dijo Gustavo Moris.
En ese sentido, para abarcar un público mayor, David Monroy explica que ahora el mercado incluye habanos de menor tiempo de fumada para las nuevas generaciones. Mientras los tradicionales son para fumar entre una y dos horas, ahora el mercado incluye opciones de 15 a 20 minutos.
En el caso de Colombia “el consumidor de habano es más o menos gente de 30 años en adelante, profesionales, y muchos de ellos extranjeros. El habano es un vehículo para fraternizar, para cerrar negocios, en su disfrute social se acostumbra a intercambiarlo. No es un vicio, sino un estilo de vida”, expresó Juan Camilo Rodríguez, CEO Bribón.
La forma tradicional y conservadora con la cual se marida un habano es con los llamados licores nobles, los que se toman solos sin mezclas. Según Gustavo Moris, socio y gerente general de La Cava del Puro, en cuba lo acompañan con ron, en Europa con coñac, los americanos con whisky y en Colombia, café.
Los CEO de La Tabaquería, La Cava del Puro y Bribón Cigars coinciden en que son en su mayoría personas mayores de 40 años, con alto poder adquisitivo y conocedores de vieja data del habano. Sin embargo, destacan que cada vez más hay jóvenes fumadores, con edades que inician desde los 25 a 30 años.
Para que un puro sea considerado un habano debe cumplir con tres requisitos según dijo David Monroy, CEO de La Tabaquería. El primer requisito es que sea hecho con tabaco negro cubano. El segundo, que pese más de tres gramos y la tercera característica, que sea elaborado manualmente.
Y es un negocio más a sumar a otros tantos que ya atesora como su cadena hotelera MIM en Ibiza, Mallorca o Andorra, entre otros lugares
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