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Las tres figuras integran el consorcio de Martin Broughton, que prepara una oferta superior a US$2.500 millones para la compra
A lo largo de las últimas semanas, la joya de la corona de Inglaterra parece no estar sobre la cabeza de la reina Isabel, sino en el Stamford Bridge de Londres, sede del Chelsea FC. La fuga de Roman Abrámovich por la invasión rusa a Ucrania no solo ha llamado la atención de hinchas, futbolistas y empleados del club, sino también de los inversionistas, que desde hace un tiempo han venido mostrando sus cartas sobre la mesa para apoderarse de uno de los activos más valiosos del fútbol mundial.
Pero más allá de los grandes millonarios que empujan con sus bolsas de euros estos grupos de inversión, empresarios, celebridades y estrellas de otros deportes se han unido a la puja, liderada en estos momentos por Todd Boehly, copropietario de los Dodgers; Stephen Pagliuca, copropietario de los Celtics de Boston; y Martin Broughton.
Precisamente, a la sociedad de Broughton se unió el colombiano Alejandro Santo Domingo, cuya fortuna es estimada en US$2.500 millones. Al empresario le siguieron ayer la exnúmero uno del tenis, Serena Williams, y el siete veces campeón del Mundial de la Fórmula 1, el británico Lewis Hamilton.
Para poder ingresar a este grupo inversionista, cada uno de los deportistas tuvo que aportar US$13 millones a la oferta formal que Broughton deberá hacer en los próximos días al banco estadounidense Raine Group, encargado de la operación. En el caso de Serena Williams, teniendo en cuenta que el premio por ser campeona de un torneo de Grand Slam es de aproximadamente US$3 millones, la estadounidense entregaría las ganancias de al menos cuatro de sus 23 títulos de esta categoría para sumarse a la contienda junto al principal inversionista.
Dentro de la gran escala de los acontecimientos, US$13 millones parece una cifra mínima si se tiene en cuenta que el club tiene un valor estimado de US$3.000 millones.
Estas sumas serían solo el precio por figurar como socios, pero el papel de deportistas como Hamilton iría más allá del capital, pues -en caso de que Broughton concretara la compra del club- el piloto de Fórmula 1 podría ser uno de los embajadores del equipo ante el mundo. La diversidad sería uno de los pilares del nuevo Chelsea.
Hamilton, de 37 años, es actualmente uno de los deportistas británicos más adinerados, pues desde 2018 recibe más de US$100 millones por temporada en la Fórmula 1. Además de su salario anual, el corredor recibe hasta US$12 millones por patrocinios con marcas como Qualcomm, L’Oreal, Puma, Monster Energy, entre otros. Williams ya es inversionista en el Angel City FC de Los Ángeles, que juega en Estados Unidos.
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En el primer set plantó cara a Zandschulp, pero al final le rompieron el saque, también le rompieron el saque al inicio del segundo set