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Apple suministrarían la tecnología de la batería, de la conducción autónoma y Hyundai producirían el coche y se encargaría de la postventa
Mientras los de Cupertino suministrarían la tecnología de la batería, de la conducción autónoma y de todo el software, los coreanos producirían el coche y se encargaría de la postventa, beneficiándose de los "royalties" de contar con un socio tan prestigioso como Apple.
Olvídese de ese vídeo que ha visto hace unos días de un iCar de ruedas esféricas que puede girar en cualquier dirección desde parado. Si estabas esperando a que alguien te lo confirmase, ya lo hacemos nosotros. El coche es un Mercedes AMG Vision Gran Turismo, al que han cambiado la estrella por la manzana mordida y en el que las ruedas han sido sustituidas por esferas. A día de hoy, y mira que GoodYear lo intentó hace ya unos cuantos años, solo serían posibles ruedas esféricas combinadas con levitación magnética; es decir, sin conexiones físicas con el vehículo, y esa tecnología no existe (o los americanos la tienen escondida bajo 7 llaves en el Área 51).
En cambio, lo que sí es bien plausible es un acuerdo de colaboración entre Hyundai y Apple que, "sin querer", se le escapó a algún ejecutivo de la firma coreana y que elevó las acciones del fabricante asiático en torno al 20% en un solo día. Luego vino el desmentido y aquello de que Apple negocia con muchas marcas, entre ellas, Hyundai Motors. Esto empieza a parecer más un fichaje futbolero de renombre que una alianza entre marcas. Y mientras unos aseguran que las negociaciones están comenzando, otros vaticinan que están muy avanzadas. Sea como fuere, la tentación entre ambas compañías es mutua y la de Cupertino se deja querer, mientras la surcoreana ya le ha dado el primer bocado a tan apetitoso "encuentro".
¿Luz y taquígrafos en marzo?
Posiblemente, porque el aletargado Proyecto Titán de Apple, que se inició allá por 2014, está cada día más cerca. Son siete años de dimes y diretes, en el que contrataciones procedentes de diversas firmas automovilísticas por parte de Apple, principalmente de Tesla, han engordado su equipo humano. Cuando el número de proveedores crece y es imposible mantener tan hermético mutismo, es hora de poner nerviosa a la competencia. Y esta se ha encontrado de la noche a la mañana con que la firma de Palo Alto dispone de una batería recargable de menor densidad energética que las actuales de litio, más potente y segura y hasta 10 veces más duradera, características que responden a un acumulador de litio-ferrofosfatado, que la marca de Elon Musk también ha empezado a utilizar en el Tesla Model 3 el año pasado y cuyo empleo está creciendo como la espuma en China.
Innovación salpimentada
Así las cosas, el coche eléctrico y autónomo de Apple, el iCar, podría presentarse en 2024 y arrancar su producción a finales de 2021. De hecho, hace pocos días hemos conocido varias patentes, como la del parabrisas que detecta sus fisuras y pide cita en el taller para repararlas. También la del sistema capaz de detectar e identificar objetos y peatones en condiciones de baja visibilidad y proyectar en el parabrisas una recreación de su imagen y posición para que el conductor pueda reaccionar a tiempo. O la del parabrisas con realidad aumentada, que puede mostrar direcciones, mapas e incluso llamadas con FaceTime y reconocer gestos o hacia dónde mira el usuario del vehículo mientras solicita una información del entorno, para mostrársela en su campo de visión. Incluso la de los retrovisores inteligentes, que detectan los movimientos de la cara del conductor y la presencia de objetos, vehículos o personas circundantes para saber cuándo tienen que estar retraídos o extendidos. Son patentes en las que el sensor láser LIDAR y la inteligencia artificial están muy presentes.
La última pista
El caso es que el desliz de un ejecutivo ha puesto de nuevo en el candelero el vehículo eléctrico y autónomo de Apple. ¿Desliz o marketing? seguramente, nunca lo sabremos. En cambio, sí se sospecha es que la marca de la manzana mordida tendría en Hyundai al socio estratégico capaz de fabricar ese mínimo de 100.000 unidades anuales, capaces de hacer atractiva la inversión a un precio competitivo. Socio que, además, cumple con otro de los requisitos planteados por Apple, que el coche se fabrique en Estados Unidos. Concretamente, se ensamblaría en la planta de Kia, propiedad del Grupo Hyundai, en Georgia, capaz de fabricar 400.000 unidades anuales. Igualmente, la surcoreana prestaría, posiblemente, su plataforma eléctrica e-GMP (¿retocada?) su red de distribución y su servicio posventa a la norteamericana, garantizando un buen servicio de cara al usuario.
A cambio, además de esa revalorización bursátil de aproximadamente el 20% que ya se ha producido, Hyundai recibiría la tecnología de conducción autónoma de la firma de Cupertino, que podría implantar sobre la plataforma e-GMP que emplearán el Ioniq 5, el Kia CV o los crossover de Genesis, entre otros.
Aunque el acuerdo no está cerrado y parece ser que Apple negocia con otros constructores, ¿serán proféticas las palabras del presidente de Hyundai, Euisun Chung, que en su mensaje de Año Nuevo alentaba a sus empleados diciendo: "tenemos que pensar en el 2021 como un punto de inflexión para dar forma a nuestro crecimiento futuro y prepararnos para convertirnos en el primer impulsor de una nueva era"?
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