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En Colombia, cada uno de los estudios pueden ser edificios enteros llenos de habitaciones acondicionadas para que las modelos realicen sus presentaciones
Un CEO en Colombia de una empresa que facture US$50 millones puede estar ganando $10 millones cada semana. Angélica Álvarez, una modelo webcam que está vinculada hace cuatro años a la industria, puede llegar a hacerse $18,6 millones en esa misma semana. Esa es la realidad que se maneja en una industria que se consolida en Colombia desde hace 20 años y que ya puede estar facturando US$600 millones al año, según los cálculos más conservadores de los empresarios del sector.
Hay otros mucho más optimistas que se atreven a decir que la industria ya pasó los US$1.000 millones en facturación al año. Para hacerse una idea de la magnitud que está tomando el negocio basta con mirar las exportaciones en 2022 del café, té, cacao, especias y sus preparados que registraron US$4.680 millones.
“Son casi dos décadas de esta industria, que ha crecido exponencialmente. Cuando empecé a acompañar a algunos de los estudios había alrededor de 1.000 modelos. Esa cifra con el transcurso de los años se ha multiplicado. Este es un país donde no hay las suficientes oportunidades, incluso para profesionales. En la actividad webcam puedes encontrar abogadas, contadoras o ingenieras”, cuenta Darío Sánchez, presidente de la Asociación de Comercio Electrónico para Adultos, que lleva 20 años en este mercado y ahora lidera una agremiación que se creó para consolidar y prestar asesorías legales a las empresas.
Esa fue la realidad a la que se enfrentó Angélica, diseñadora industrial de profesión, que ingresó al mercado laboral con sueldos que no sobrepasaban los $1,5 millones. “ Las oportunidades que hay en Colombia hasta para las personas profesionales son bastante complicadas. Soy profesional y viendo esa realidad, sí me impulsó a tomar esta decisión”, dice aunque aclara que no están incentivando a menores de edad a hacer este tipo de contenido.
Como ella, hay más de 100.000 modelos que trabajan en esta industria, en ciudades como Cali, Medellín y Bogotá, que se llevan casi 70% del mercado, mientras que otras ciudades intermedias, como Pereira y Armenia completan la torta de participación.
Y como cualquier otra industria, las empresas también son las protagonistas. Los estudios son los encargados de adecuar las habitaciones para que las modelos transmitan y se dividen las ganancias que se obtienen de las transmisiones, a pesar de que algunas trabajan de manera independiente.
Juan Carlos Rivera, gerente de A.J. Studios, una empresa con sede en la capital del Valle del Cauca, asegura que tiene el estudio más grande del mundo, con más de 6.000 modelos vinculadas activamente y con oficinas en México, Brasil, Estados Unidos y Rumania, un país que era líder en el mercado antes de que empezaran las restricciones gubernamentales.
“El modelaje webcam aparece como exportación de servicio (...) mi empresa paga más o menos $8.000 millones al año en retención, en declaraciones de renta pagamos más o menos unos $500 millones, pagamos IVA, en fin, una cantidad de cosas”, dice Rivera, que también lleva dos décadas en este mercado con una empresa que calcula hoy está facturando US$60 millones al año.
Como A.J. Studios, hay otras compañías como Camaleón Estudios, CM Estudios, J y H Estudios y la empresa de Juan Bustos, otro de los pioneros en esta industria en Colombia.
“El modelaje webcam aparece para una cantidad de personas, de chicas, como una gran posibilidad para salir adelante (...). Los estudios están tratando de estar en la formalidad. Te puedo decir que acá en Medellín, fácilmente, hay 4.000 o 5.000 estudios, entre formales e informales. En el país, puede haber alrededor de 10.000 o 12.000 estudios fácilmente”, dice Bustos.
Esta cifra es similar a la que maneja la Fenalweb, una unión de ocho asociaciones vinculadas a este sector. Según Diego Valencia, su representante legal, la cifra puede llegar hasta los 15.000 estudios con alrededor de 300.000 modelos, si se suman aquellas que trabajan de manera independiente.
“En general, la industria no está formalizada, hay muchos estudios de garaje que no cuentan con la formalidad y estructura necesarias, esto es debido a que no hay una reglamentación de parte del gobierno a quien solo le importa hablar de impuestos, pero no más”, asegura Valencia.
En Colombia, cada uno de los estudios pueden ser edificios enteros llenos de habitaciones acondicionadas para que las modelos realicen sus presentaciones. Según Rivera, de A.J. Studios, adecuar una sola habitación para que las modelos hagan su transmisión puede costar $15 millones.
El empresario asegura que prepara una inversión de US$3 millones para transformar el Hotel Don Jaime en Cali en el estudio más grande del mundo. O al menos en el más lujoso, agrega. Esa es la magnitud de las inversiones que se están haciendo en el sector.
Fenalweb añade que si se incluye el personal que se contrata para mantener los estudios o el personal externo, como camarógrafos, la industria puede estar creando 1,5 millones de empleos formales. Como el de Angélica, que dice que seguirá trabajando en esta industria hasta conseguir su libertad financiera.
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