La Compagnie, la aerolínea boutique donde todas las sillas son de clase business

Muchos pasajeros repiten la misma táctica si cruzan el charco: buscar online o pedir en el mostrador (a ser posible sin costo) los asientos adyacentes a las puertas de emergencia del avión por aquello del espacio para las piernas. Quizá teman los calambres, la claustrofobia o el llamado síndrome de la clase turista, ese que ralentiza la fluida y correcta circulación sanguínea al estar embutidos en un minúsculo receptáculo durante un vuelo transoceánico.

Para unos y otros, y para que ya no se pregunte al personal de tierra si hay una fila vacía dónde tumbarse por culpa de una gran estatura, se creó La Compagnie. Esta aerolínea francesa se precia de ser única en el mundo: la totalidad de su cabina se habilita como clase business, de tal modo que todos, todos sus asientos son amplios, cómodos, surtidos y tan reclinables que se convierten en camas perfectamente horizontales.

¿Y qué hay del precio, a veces prohibitivo de business? ¿La tarifa se eleva a 11.000 pies si uno quiere viajar como un rey? Pues debe saber que La Compagnie, que cumple cinco años de operaciones, cobra menos de la mitad de lo que sus hermanas suelen hacer por los privilegios de clase ejecutiva.

Además, esta aerolínea boutique se ha encontrado con un nutrido nicho de mercado de viajeros de placer y atareada gente de negocios. Y no hay truco.
Antes de su gestación, sus fundadores, los franceses Jean Charles Perino y Yann Poudoulec se preguntaron, ¿qué pasaría si fuera posible dividir la diferencia entre los onerosos precios de algunos billetes en primera y los precios económicos de la denominada clase turista? Voilá: se pueden ofrecer precios más bajos para sentarse en clase ejecutiva con todos los honores. De tal modo que La Compagnie salió al mercado en 2014 con conexiones entre Nueva York y Europa, y entre Londres y París ofertando aviones enteritos de clase ejecutiva. Hoy vuela a diario entre Nueva York y la Ciudad Luz y, de mayo a octubre, conecta también la Gran Manzana y Niza.

En lugar de un par de docenas de asientos en primera que se tarifan a unos 4.500 euros (US$5.000), la aerolínea apostó por un modelo de avión de fuselaje estrecho configurado con algo más de 70 asientos en clase ejecutiva y cobrar así por cada uno alrededor de 2.000 -2.300 euros (US$2.200 -US$2.600) el pasaje de ida y vuelta. Incluso, hay promociones para volar en los llamados Blue Days y desembolsar apenas 1.000 euros (US$1.115) por el doble trayecto entre Newark Liberty y Orly. “La democratización de la clase ejecutiva está en nuestro ADN. Podemos ofrecer lo mejor a nuestros pasajeros sin la cortapisa de precio. Estamos orgullosos de ser una aerolínea pequeña de asociarnos con la mejor del mercado y de ofrecer una oferta tan competitiva”, aseguró Jean Charles Périno, vicepresidente ejecutivo de ventas y marketing y uno de los fundadores de la compañía que tiene su sede en Le Bourget, a las afueras de París.

Tras un lustro en el aire, La Compagnie va enfilando la rentabilidad. Recientemente ha comprado de dos nuevos aviones Airbus A321Neo equipados con asientos planos de primera calidad, después de confiar en los Boeing 757 de segunda mano que montan los denominados “asientos planos en ángulo”. En el interior de este nuevo Airbus, se habilitan 76 asientos construidos por Collins Aerospace Diamond en una configuración 2-2 (dos filas de asientos con dos asientos en cada, fila separadas por el pasillo).

Con unos relajantes colores azulados y grisáceos en toda la cabina que evocan el firmamento, los mejores asientos del aparato se encuentran de las filas 1 a la 9, ya que ofrecen más espacio para las piernas. En el ámbito del entretenimiento, Zodiac Inflight Innovations montó una pantalla táctil de 15,7 pulgadas, además de ofrecer auriculares con cancelación de ruido. Por supuesto que el WIFI (cortesía de Viasat) es gratuito y de velocidad supersónica. El catering y algunos platos sofisticados corren a cargo de chefs franceses con estrella como Christophe Langrée y Frederic Duca (Paleta de cordero confitada con aceite de oliva y hierbas, barigoule de alcachofas, condimento de cítricos) y la carta de vinos es meritoria. Todos los pasajeros son agasajados con una copa de bienvenida de champán Piper Heidsieck.

Si entra el sueño, suaves mantas y almohadas de plumón. El desayuno se sirve 50 minutos antes de llegar y en él se ofrecen croissants artesanales de la panadería gala Maison Kayser. En cada compartimento, un kit de viaje de la marca de cosmética Caudalie es un recurso perfecto para lucir lozanos tras el aterrizaje.